29.04.1987
La mañana siguiente. Yo soy el Señor Jesús, tú escuchaste Mi Grito, era Yo. Él te despertó. 1 Yo he gritado desde Mi Cruz. Era Mi último gran Grito, que di cuando Yo estaba aún en Carne, un Grito lleno de sufrimientos, de dolores y de amarguras, que resonaba desde las Profundidades de Mi Alma, traspasando las Alturas en el Cielo. Él sacudió los cimientos de la tierra y partió en dos los corazones de aquéllos que Me amaban, como desgarró el velo en el Templo. Suscitó seguidores devotos Míos, así como levantó a los muertos de sus tumbas, retirando la tierra que los cubría, tal como retiró el Mal. Un fuerte trueno sacudió los Cielos en lo Alto, y todos los ángeles temblando, cayeron postrados y Me adoraron en completo silencio. Mi Madre, de Pie, muy cerca de Mí, al escuchar Mi Grito, cayó al suelo de Rodillas y cubrió Su Rostro, llorando. Ella llevó Consigo este último Grito hasta el día de Su Dormición. Ella sufrió... Estoy lleno de amargura, sufriendo aún por tantas iniquidades del mundo, por su maldad, su desorden y su egoísmo. Mi Grito se está haciendo más fuerte cada día. Fui dejado Solo sobre Mi Cruz, Solo para llevar los pecados del mundo sobre Mis Hombros, Solo para sufrir, Solo para morir, derramando Mi Sangre, la cual cubrió la tierra entera, redimiéndolos, Mis bienamados. Ese mismo Grito está ahora sobre la tierra, como un eco del pasado. ¿Estoy viviendo en las sombras del pasado? ¿Fue Mi Sacrificio en vano? ¿Entonces, cómo es que ustedes no pueden escuchar Mi Grito desde la Cruz? ¿Por qué cierran sus oídos y lo disipan? Señor, ¿para quién es este Mensaje? Para todos aquéllos que tienen oídos para escuchar Mi Grito. Yo me sentí muy conmovida de saber cuánto sufrió estando Él Solo y de cuánto sufre todavía. "Dios Mío, yo acepto ser como Tú deseas que yo sea en Tu Mensaje del 7 de abril: Tu sacrificio, Tu objetivo. Déjame llevar Tu Cruz por Ti y déjame darte descanso. Déjame consolarte. Yo no estoy sola, como lo dije antes. ¡Estoy Contigo!" Te amo, palomita. Yo te he complacido con todas Mis Gracias. Permíteme que te utilice para Mis Propios Intereses y para Mi Propia Gloria. No retengas nada para ti y cuida sólo Mis Intereses. Glorifícame, trabaja para Mí, añade Mis Sufrimientos a tus sufrimientos. Deseo que el mundo entero alabe Tu Nombre y que su voz llegue a Ti. La Unidad fortalecerá Mi Iglesia. La Unidad Me glorificará. Vassula, ámame. Enséñame a amarte como Tú quieres, Señor. Lo haré. Yo no te abandonaré, no te canses de llevar Mi Cruz. Yo estoy cerca de ti, compartiéndola, bienamada. En París, durante la Pascua. Cuando el Archimandrita me dijo, al ver el Mensaje: "Es un milagro", yo también pensé cuán maravilloso es, cuán hermoso es que Dios nos dé un Mensaje. Pero, por otra parte, cuán terrible es; terrible, porque revela a un Dios Triste, un Dios Sufriente. Dios da Su Mensaje en Agonía, Triste y Abandonado por tantos. Es un Mensaje triste. ¿Estoy aprendiendo aunque sea algo, Jesús? No es que Te pregunte para satisfacerme a mí misma, sino para saber por lo menos como voy, ¡me refiero a si he tenido algún progreso!! Vassula, Yo, Jesús, estoy delante de ti y, en efecto, estás creciendo. Yo te he levantado de entre los muertos y te he alimentado. Tú estás comiendo Mi Pan. Mi Luz brilla sobre ti, Yo soy tu Maestro y tú estás aprendiendo de la Sabiduría. Jesús, muchas veces Tú me recuerdas que permanezca pequeña y que sea una nada. Ahora, ¿me dices que estoy creciendo? Sí, tú debes crecer en espíritu, en amor, en sencillez, en humildad, en fidelidad. Deja que todas las virtudes crezcan en ti, mientras que te conviertes en una nada en la vanidad, en la maldad y en todas las prácticas repugnantes y detestables a Mis Ojos. Quiero que tú seas perfecta. 1 El Grito te despertó. ¿Es simbólico? |