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13.02.92 Señor, ¿es justo reducir a la nada al recién convertido grupo de oración griego? ¿Es justo que ellos sean ahuyentados por un sacerdote y sean dispersados para que regresen al desierto donde una vez estaban? Vassula, ¡sus sacerdotes necesitan oraciones! Señor, ¿le permitirás Tú que seque un Viñedo entero? ¡Tú que has convertido los desiertos en Ríos y las tierras áridas en Fuentes de Agua! Vassula, ¡sus sacerdotes necesitan oraciones! con Tus Frutos, Señor, Tú has satisfecho a los que tenían hambre, Tú reanimaste al fatigado y exaltaste al pobre y al miserable, Tú trajiste alegría a los que sufren, y los enfermos fueron sanados con Tu Amor, y a aquellos que estaban desesperadamente sedientos, Tú les diste Agua. No los abandones... Yo no los abandonaré. Vassula Mía, sus sacerdotes necesitan oraciones... Mira, ten fe en Mí. Ecclesia revivirá. Mi bálsamo sanador es: ¡Pero no hay amor entre muchos de nosotros! Yo derramaré Mi Espíritu sobre toda la humanidad y haré que el corazón de los inflexibles se derrita, y sus iniquidades serán purgadas con Mi Fuego. Señor, me atreveré a decir una cosa más: Ese pequeño grupo de oración está ahora aterrorizado por este sacerdote, como Tú lo sabes. Yo misma no soy digna, estoy perdida sin Ti, y sin Tu Luz, la luz dentro de mí parpadea casi hasta la extinción. Tu corazón está resuelto a decirme más. Acaba tu frase, hija Mía.  ... La unidad no puede ser construida sin los sacerdotes Griegos Ortodoxos. La clase de unidad que Tú deseas no los complace a ellos. Sin embargo, Yo, Vassula Mía, tengo una lista de hombres generosos. Ellos serán un ejemplo para la conversión de esta generación. Pero ten en cuenta a este sacerdote. Honra a Mis sacerdotes y ofréceme sacrificios de reparación, y Yo te atraeré Mis favores. Resígnate a Mí y permíteme probarte de vez en cuando. Yo sanaré todas las deslealtades que Mis Ojos atestiguan. |
