31.01.90 Ayer escribí durante siete horas al dictado del Señor y hoy alrededor de seis. Al final, pregunté: "¿Jesús, nos vamos ahora y hacemos otra cosa?" 1 Jesús, sin la menor vacilación, dijo: "¡Entonces, vamos allá!". Parecía muy deseoso de que me pusiera a limpiar la cocina. Se portó como si lo que yo tenía que hacer fuera muy importante y urgente... Mensaje de Nuestra Santa Madre, para ser leído en Niza, el 11 de febrero de 1990. -La paz esté con ustedes. Hijitos Míos, Yo soy su Madre Celestial, la Madre de su Salvador, la Madre de su Redentor. Hoy los invito a todos a mirar las cosas que hay en el Cielo. Les pido que se desprendan de las normas de este mundo y levanten sus cabezas hacia el Cielo. Busquen todo lo celestial. Busquen la Luz y la Luz no les fallará. Agraden a Dios y vuélvanse a Él. No se aferren al mundo, aférrense a Aquel que guiará sus pasos al Cielo. Ah, amados hijos, ¿no han comprendido todavía? El Cielo es su Casa, y la tierra es su preparación, su preparación para encontrar a Dios. Dios les ha dado el don de Su Amor, ¿no van a responder a Su Don? Muchos de ustedes han visto muchos signos. Estas señales deben ser observadas, son los signos del fin de los Tiempos. No son las señales del fin del mundo, son las señales del fin de una era. Jesús y Yo los estamos preparando a todos para entrar en la Era de Amor y de Paz: los Nuevos Cielos y la Nueva Tierra, que les han sido prometidos desde hace mucho tiempo. Por esto, les imploro su conversión antes del día de la purificación, porque el tiempo apremia y Yo les digo que antes que haya pasado esta generación, todo lo que les he dicho, por medio de Mis almas escogidas, desde los tiempos de Fátima hasta este día, se habrá cumplido. Recuerden, amados hijos, que Nuestra Presencia es también un misterio y siempre deben de recordar que ustedes JAMÁS están solos. Aprendan a orar sin cesar y con su corazón; aprendan a ayunar y a hacer penitencia; aprendan a confesarse, por lo menos una vez al mes, no se cansen de hacer el bien, y practíquenlo con los demás. Vivan la Ley del Señor. Los amo hijos, y es por Amor, que yo los preparo a encontrarse con el Señor. Yo los bendigo a cada uno de ustedes. Vuelvan a sus hogares, con Nuestra Paz, y nunca se olviden de que Nosotros estamos con ustedes. 2 -¿Señor? -Yo Soy. Yo te doy Mi Paz. En Niza, revela Mi Santo Rostro. Yo estaré delante de muchos. Hija mía, sé intrépida. El Amor te ama. Jesús me estaba dando ánimos para la reunión de oración en Niza. -El Cielo está hecho de Luz y cuando las puertas del Cielo se abren, aún ligeramente delante de ti, esta Luz te cubre por completo. Yo te he dado la posibilidad de haber "gustado" un poco de Cielo. Déjame, entonces, ser el tema de tus alabanzas, y proclama Mi Nombre a tus hermanos en Mi Santuario. Alábame delante de toda la asamblea, estimula los corazones de Mis hijos, da toda la gloria a tu Dios. El Amor está contigo. -Yo quiero cumplir las promesas que Te he hecho, Mi Señor. Yo trataré, verdaderamente, de ofrecerte mis acciones de gracias. Dame las palabras correctas para hablar y para honrarte. Yo Te bendigo, mi Dios, por haberme consentido y por haberme permitido caminar en Tu Presencia, en la Luz de los vivientes. 1 Yo tenía la intención de empezar a limpiar la cocina 2 Lectura de la Biblia: Lucas 18, 1- 8 |