14.08.89 Víspera de la Asunción. -Yo soy el Señor, hija Mía. Apenas había atravesado Yo este destierro, te he encontrado a ti quien ama Mi corazón. Rápidamente te recogí y te hice volver al camino recto. Yo no te abandonaré mientras no te haga entrar en la Casa de Mi Madre, la Morada de Aquella que Me concibió. Consagra tu jornada de mañana y sé Mi incienso, perfuma tu contorno. Mi Espíritu reposa en ti. ¡Ánimo! Yo no te abandonaré. Mis bendiciones están en ti, Mi niña. |