(Mt 27,35; Mc 15,24; Lc 23,34; Jn 19,23-24)
Al llegar al Monte, Me aventaron a la tierra, Me arrancaron Mis Vestiduras y Me dejaron Desnudo para exponerme a la vista de todos. Mis Heridas se volvieron a abrir, y Mi Sangre fluía sobre la tierra. Los soldados Me ofrecieron vino con hiel. Lo rechacé, porque tenía muy dentro de Mí, la amargura que Me habían dado Mis enemigos. (9 de noviembre de 1986)Tus ropas, Mi niña, se enrollarán en tu sangre, y esto, también será evidencia que tú vienes de Mi. Tú naciste para esto y tu aceptación Me deleita, porque a través de tus sufrimientos, Yo salvaré a muchos. (25 de octubre de 1995)