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20.05.87 A veces, me admiro, ¿por qué tengo este ansia de ir al encuentro de Jesús tan deseosa de escribir y oír Sus Mensajes? En estos últimos meses, esto es para mí algo indispensable. -Te amo. Soy Yo, Jesús, quien te da este deseo de encontrarme. Vassula, ámame siempre. Te diré Mis deseos, hermana Mía. Jesús estaba muy cariñoso, pero Su Rostro estaba triste. -Yo deseo unir a todos Mis sacerdotes, deseo que ellos Me amen más. Quiero de ellos pureza, celo, fidelidad. Los sacerdotes deben comprender que la unidad refuerza el Amor, la unidad favorece el Amor. ¿Por cuánto tiempo reinará entre ellos la discordia? El Amor es la unidad. Mi Amor los une a Mí. Mi Iglesia es débil por causa de sus discordias. Yo deseo la unidad. Yo deseo que Mi Iglesia sea una. -Pero, Señor, Tú dices que hay discordia; por lo tanto alguien debe someterse. ¿Cómo sabrán lo que (deben) hacer? -Ellos deben rezar para ser iluminados, deben venir a Mí y consultar Mi Corazón. -¿De quién hablas cuando dices "ellos", Jesús? -Hablo para toda Mi Iglesia. Deseo que se unan y que sean uno. Mi Iglesia perdió fuerza por causa de sus diferencias. Perdió fuerza grandemente. -Señor mío, esto me parece un nuevo mensaje. -Te esclareceré, Vassula, enseñándote, poco a poco el modo cómo Yo actúo. -Primero, las enseñanzas para mí. -Sí, Vassula; y ahora, Mis deseos. Mis deseos de unir Mi Iglesia. ¿Cómo puede un cuerpo funcionar, si uno o dos de sus miembros están paralizados, heridos o separados? ¿Tendrá la misma capacidad y la misma Fuerza de un cuerpo sano? Mi Iglesia es Mi Cuerpo. ¿Como funcionará Mi Cuerpo si lo mutilan? Hija Mía, dibuja Mi Signo. Ésta era la señal de los primeros cristianos. El Amor era uno, el Amor estaba unido. -Jesús, sé que la Pascua se celebra en fechas diferentes. ¿Puedes decirme la fecha exacta, en un papel aparte? -Coge un papel. -Gracias, Jesús. (Jesús me dio la fecha exacta de la Pascua.) -Ven ahora, unámonos en oración, en una oración al Padre por la unidad. Padre, vengo a Ti, para pedirte que ilumines a Tus ovejas. Ilumínalas para que reencuentren la Paz y el Amor, en la unidad. Amén. -¡Une Mis ovejas, Vassula! -¡Jesús! ¿Quién soy yo para unir a los sacerdotes y saber algo a su respecto, sobre sus discusiones y lo que está ocurriendo? ¿Quién soy yo para decirles lo que está escrito en un pedazo de papel y decirles que fuiste Tú quien lo escribió? Jesús, Tú me das mensajes, me dices los deseos de Tu corazón. Señor, ¿no sería más fácil dar todo esto a alguien que, ya en el seno de la Iglesia, tuviese acceso a todas las autoridades, alguien de integridad reconocida y digna de confianza? Señor, realmente has escogido una que está lastimada, desanimada por la mitad de los sacerdotes que conocen estos escritos y se desinteresaron de ellos. Estoy ya cansada de quererlos mostrar, porque sé que esto les molesta e irrita. ¿Qué hacer? -Vassula, esto que pesa sobre tus hombros es Mi Cruz. Yo Mismo la compartiré contigo, no te canses nunca. -Señor, ¿de qué modo podrá alcanzar Tu Mensaje los oídos apropiados? -Eso sucederá. Es como un arroyo que corre lentamente y, poco a poco, se hace más ancho; del correr lentamente, comenzará a precipitarse de un modo rápido y se transformará en un vasto océano. Vassula, apóyate en Mí, cuando estés cansada. Te amo y te ayudaré a llevar Mi Cruz Conmigo, bienamada. Nunca te sientas abandonada. Sentí que Jesús me ayudará siempre, sin vacilar. Me hizo comprender que puedo apoyarme siempre en Él, para recuperar fuerza. -Vassula, Yo te guiaré. |
