10.08.1994
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Te doy Mi Paz. Yo soy el Señor y, gustosamente, te estoy proveyendo con alimento del cielo. Escribe, paloma Mía, escribe estas palabras de las Escrituras:  y Mis Palabras permanecen en ustedes, pueden pedir lo que quieran y lo obtendrán!" (Jn 15,7) Escucha y escribe: por misericordia Yo Me he apiadado de ustedes y es por eso que estoy aquí, para instruir a los no instruidos y para dar Mi Ley a los que carecen de ley. Continuaré alimentando a esta generación con la herencia de Mi Padre en el Cielo. El Pan que los cura viene de lo Alto, el Pan de la instrucción desciende del Cielo, de las reservas de Mi Padre. Ninguno debería decir: "no tengo qué comer"; aquí estoy Yo ofreciéndoselos para que no estén tentados de comer lo que es vil y mortal, eso que viene de la raíz del mundo. Mi Espíritu les está ofreciendo Vida y paz. Yo les estoy escribiendo estas breves palabras a través de Mi flor. Señor, algunos de los clérigos Griegos Ortodoxos no creen que eres Tú quien habla, porque utilizas la palabra "flor" para llamarme. Lo sé, pero ¿no han leído?: "...la flor de su descendencia había perecido..." (Sabiduría 18,12). Para esos digo: "abran su corazón y recibirán Luz y creerán." Ahora ellos son como un grupo lamentable, vagando en las sombras y en la desolación. ¡En Mi Misericordia paso por alto muchas de sus malas acciones, para darles tiempo a arrepentirse! Ven, amiga Mía, no he olvidado lo que Me has ofrecido aquél día. Se acercan los días a ese instante, en que podré hacer buen uso de tu ofrenda; 1 hasta entonces, Yo te prepararé. Mis apariciones continuarán sobre ti para que Yo pueda animarte. Ah, niña Mía, ¿qué no haría Yo por ti? En la Ternura de Su Amor, Mi Padre cubrió tu camino con zafiros: un Rey, y sin embargo, tan maternal; un Juez, y sin embargo, tan tierno y amoroso; el Alfa y el Omega, y sin embargo, tan manso. Ven, Yo y tú. ¿Nosotros? ¡Sí! Habla en Mi Nombre, eso Me complace y Me honra. Señor, Te amo y disfruto cada minuto en Tu Presencia. Yo también Me complazco en hablarte de esta manera. Esto es constante, Señor mío; en cualquier momento y en cualquier lugar que esté, este don siempre estará conmigo ¿no es así? ¡Sí! Esto es lo que el Padre y Yo te ofrecimos. Ah Vassula, un día aparecerás en las Cortes de Mi Padre junto Conmigo. Sin embargo, no arrancaré Mi flor, hasta que Mi Plan en ti haya sido consumado. Hasta entonces, continúa bebiendo Mi Sangre y comiendo Mi Cuerpo. El Santo está contigo. 
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