27.05.1994
-Apóyate en Mí, hija. No permitas que los muertos 1 te atraigan de regreso hacia ellos. ¿Has comido de Mi fruto? -Sí, he comido Tus Palabras, y son Vida. -Y has revivido. Yo soy la Resurrección. Tú has resucitado. 2 Aprende cómo obra Mi Espíritu. Mi Espíritu estaba profundamente conmovido viéndote yacer muerta entre los muertos. Junto con otros, te habías sumergido hasta el fondo de la tumba, en la oscuridad, en las profundidades de la putrefacción; 3 parte-de-Mi-Cuerpo, Mi Ciudad, tenías oídos pero no oías nada. Tenías ojos pero no veías nada. Doblada bajo el peso de tus pecados, estabas asfixiándote en el polvo, entre el polvo. 4 Sin embargo, ni uno sólo de ustedes nació ahí. Y Yo, viéndote en esa miseria, Me llené de dolor. Mis Ojos estaban agotados por el sufrimiento. Los llamé todo el día, pero ni uno de ustedes escuchó el sonido de Mi súplica. Para honrar Mi Nombre y para honrar las Manos que te crearon y te mantuvieron firme, y a causa de Mi Fiel Amor, te revelé Mi Rostro e hice brillar sobre ti Mi Luz. La Soberanía estuvo de pie, mirándote, y generosamente, Mi Espíritu Santo sopló sobre ti el Aliento de Vida, el Aliento de la Resurrección. Entonces, la Palabra te ungió y estableció en ti Su Trono Real. Y para honrar Su Corona en el polvo, 5 te levantó del polvo, triunfando en ti, convirtiéndote en la flor de Su Fuerza. ¿Ves, hija? Mi Amor obra maravillas por los muertos... Entonces hablé en Mi Santuario, 6 lo abrí de par en par y entré con gloria en Mi dominio. Yo fui el que te fortificó, ciudad, para que la Decepción y el Engaño fueran incapaces de dirigir sus ejércitos contra ti, puesto que tú has sido resucitada para caminar junto a un Rey 7 en Su procesión triunfal. Y ahora que te he resucitado, tienes que renunciar completamente a todo lo que el mundo te ofrece. Ahora que te he resucitado, no mires ni a tu izquierda ni a tu derecha, sino sólo a las cosas de lo alto. Deja que tus pensamientos sean pensamientos celestiales. Aspira de Mí y no del polvo. En tu resurrección, te he despojado de tus vestiduras mundanas y he adornado ahora tu alma con Mis impresionantes Vestiduras. Sí, te he vestido de Sabiduría... y la Imagen del Dios invisible está ahora reflejada en ti para conducirte hacia la divinidad. Yo he pedido al Padre que te revista de Mí Mismo para que Yo te conduzca hacia la santificación; ¡al fin libre!... y con esta imagen atraeré a Mi pueblo hacia la unidad. Sé amable y paciente hasta la segunda resurrección. Tú recibiste el Espíritu de adopción por la gracia, es por esto que tus labios son capaces de exclamar: "Abba", una gracia suficiente para conducirte al Cielo. Continúa con celo y confianza, puesto que Yo soy tu Santo Compañero, y aunque seas perseguida, sopórtalo pasivamente. Poco a poco iré levantando el velo que cubre tu espíritu para que puedas ser revelada Conmigo en la plenitud de Mi Gloria. Yo Soy está contigo. Alaba al Amén y vive para Mí. Esto fue un breve recordatorio para recordarte donde te encontré. 1 Espiritualmente muertos: es decir que el mundo no debe tentarme y que debo permanecer alejada de la tentación 2 El Señor está hablando de la primera resurrección, la del espíritu por el Espíritu Santo 3 Recordé que justo antes de mi conversión tuve una visión de un leproso. El leproso era yo 4 Jesús se refería a los muertos espiritualmente 5 ... "en el polvo", expresión de Nuestro Señor que significa "en ti", puesto que fuimos hechos del polvo 6 Significa: Dios habló en mi interior 7 Él Mismo |