19.06.1993

De edad en edad, Señor, Te muestras Tú Mismo como nuestro Salvador. En Tu Amor y Misericordia, Tú Mismo nos redimes. Tú has prodigado Tu Amor sobre nosotros llamándonos a cada uno por nuestro nombre. Tiernísimo Jesús, una vez más, Tú sales del Cielo para recordarnos que quienquiera que mantenga Tu Ley de Amor vivirá en Dios y Dios vivirá en él. ¿Cómo es que tantos se rebelan y afligen Tu Santo Espíritu? ¿Cómo es que tantos Te emprenden la guerra? ¿Cómo es que la arcilla que Tú has modelado se ha convertido en Tu enemigo? ¿Por qué, Señor, has permitido a tantos descarriarse de Tu Camino y endurecer sus corazones en lugar de temerte? ¿Por qué has permitido a los rebeldes que pisoteen Tu Santuario y se conviertan en una abominación ante Tu Mirada? Vassula, te he dicho que Yo había enviado Mis Advertencias por medio de varios profetas, 1 pero en tu generación Mis Profetas no son tomados en serio. Hoy, cuando el Cielo habla, es lo que menos les importa. Apenas pronuncio una palabra a través de Mi portavoz, ellos se lanzan contra él y lo traspasan; pero Mi Casa será reconstruida por los pobres, los lisiados, los ciegos y los cojos. Los últimos serán los primeros y los primeros serán los últimos. He abierto los ojos y los oídos de los peores entre ustedes y he cegado y he ensordecido a todos los que clamaban que podían ver y oír. Mi Nombre será honrado una vez más y adorado. Mi niña, nunca te canses en tus encuentros Conmigo. Aún no has visto nada de Mis Misterios, criatura, por eso no te asombres cuando Voy a ti visitándote de este modo... Entra ahora en Mis Llagas. Yo estoy contigo para tu salvación y la salvación de otros. 1 ¿Fátima? ¿Y otros como Garabandal?