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AL ASIGNARTE PARA ESTA MISIÓN, TÚ HAS SIDO BENDECIDA

12.04.1993

Sólo el Señor es mi Juez
(1 Corintios 4,4)

Señor, Tú dijiste:
"Yo vendré y rescataré
a mis ovejas de ser engañadas".
(Ezequiel 34,22)

Yo confío en Tus palabras.

La paz esté contigo. Apóyate en Mí. Yo te digo, hija, que por tu parte debes ser paciente y tener estas palabras constantemente en tu mente: "al final, nuestros Dos Corazones triunfarán". Lo que Yo he comenzado y bendecido lo terminaré.

Yo te he bendecido haciéndote partícipe de Mi Plan de Salvación. ¡Oh, cómo amo tu debilidad! ¡Porque en tu inefable debilidad ¡Yo soy Rey! Tan pronto como Yo complete Mis Obras contigo, tú serás, instantánea y simultáneamente, consumida. Muchos de los que han caído se levantarán y anunciarán que verdaderamente Yo soy tu Maestro Soberano y que tú eras el Deleite-de-Mi-Pasión; la bienamada sierva de Mi Pasión, y Me alabarán.

Hoy, satisfáceme, responde a Mis peticiones y presta atención a tu misión. No tengas miedo, prometida Mía. Ven y coloca tu cabeza en Mi Sagrado Corazón, de vez en cuando, y date a ti misma algún descanso. Yo no te reprenderé ni te acusaré por no responder, exactamente, a Mis peticiones. Mi Fuerza te levantará de tus caídas y, lentamente, como un Fuego estruendoso, Yo te consumiré en las llamas de Mi Amor ardiente. Así, terminarás haciendo Mi Voluntad y respondiendo a la perfección a todas Mis peticiones... ¿No soy Yo tu Creador y tu Esposo? ¿No te he provisto de Mis Riquezas? ¿Por qué, entonces, habría de abandonarte? Al asignarte para esta misión, tú has sido bendecida.

¡Al enviarte fuera de tu casa, para reconstruir la Mía, tú vivirás en Mi Luz! Al darte la elección de ocuparte de Mi Casa, antes que de tu propia casa, tú eres bendecida y Yo Mismo seré el Guardián de tu casa. Por lo tanto, no temas, hija Mía. Yo te bendigo por darme tu corazón. Ve ahora entre la humanidad y dales todo lo que Yo te he dado.

Dales estos Mensajes, ellos son Mi carta personal de amor para cada uno de ellos. Ten ansias, como Yo tengo ansias, de salvar a Mi pueblo de la ruina. Dales Mi Paz, hija. ¡Ecclesia revivirá!

Yo te amo.