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MI ESPÍRITU SANTO

5.10.92

Padre, una vez, antes de que Tu Majestad
reviviera la memoria de mi pobre alma,
yo había olvidado a Aquel Quien me creó.

En el momento en que Tú restableciste mi memoria,
me pediste que levantara mis ojos a los cielos;
luego, un rayo de Luz brilló sobre mí
y como un fuego consumidor, Tu Espíritu se posó sobre mí.

Luz Verdadera, Tesoro Inagotable,
¡Tú eres impresionante y estupendamente Grande!
¿Cómo puedo yo dejar de darte gracias y alabarte, Padre Tiernísimo,
por reposar Tu Espíritu en mi alma miserable
y por hacer de Tu Espíritu uno conmigo?

La paz esté contigo.

Soy Yo, Yahvé, tu Padre Eterno, El que te enseñó con la Sabiduría. Yo Soy el Santo, Quien se acercó a ti en tu miseria y te curó.

Yo te hablé en tu sueño y desde entonces, al caer las escamas de tus ojos, has visto la Luz. Yo te he enseñado, hija, a no temerme, sino a temerme sólo cuando tú Me rechazas y te rebelas contra Mí. Te he enseñado a morar con confianza en Mi Presencia, mostrándote Mi Infinita Ternura y el Amor Paternal que tengo por cada uno de ustedes. Yo Mismo he arrancado de raíz tus pecados y en su lugar, con el espacio dado a Mí, he plantado Mis gracias en ti. Aunque tu alma saltaba como si estuviera en llamas, Yo debía continuar Mi ruta en tu alma y derribar todos los rivales que habitaban dentro de ti. ¡En Mi Amor Celoso, Yo reemplacé aquellos rivales con fruto abundante y de ahora en adelante, Me convertí en tu compañero de mesa, en tu deleite!

Escucha ahora, hija Mía, Mi Propiedad, y escribe y di esto a Mis hijos:

¡Desde las profundidades de Mi Corazón, los llamo a todos ustedes! Benditos sean los que tienen oídos para oír. Si no fuera por Mis profetas, ¿podrían nombrarme entonces quién predijo la venida de Mi Hijo? Si dicen que viven en la Verdad y en Mi Amor, ¿por qué, entonces, su generación suprime hoy a Mis profetas y los persigue, igual que sus ancestros lo hacían?

Por Mi Infinita Misericordia, se está construyendo una Ciudad para Mi Propio pueblo. ¿Será esta Ciudad renovada, reconstruida sobre la sangre de aquellos a quienes van a perseguir por siempre? Hoy más que nunca les estoy enviando Mi Santo Espíritu para que los renueve, pero ¿durante cuánto tiempo continuará esta generación resistiendo a Mi Espíritu Santo? Dime, ¿puede vivir un cuerpo sin corazón? Aprendan que Mi Espíritu Santo es el Corazón del Cuerpo que es la Iglesia; aprendan que Mi Espíritu Santo es el Aliento de la Iglesia, la Esencia del celo por Mí, su Dios. Mi Espíritu Santo es el dulce Maná del Cielo que nutre a los pobres.

Dichoso aquel que abre su corazón a Mi Santo Espíritu. Él será como un árbol plantado a la orilla de un río, dando nuevo fruto en cada estación, con hojas que nunca se marchitan y que son medicinales. Dichoso el hombre que abre su corazón a Mi Santo Espíritu; como clara corriente cristalina fluirá Mi Espíritu Santo en su corazón, renovándolo, pues por donde sea que corre este río ¡aflora vida y alegría! ¿No han leído: el Río de la Vida, que nace de Mi Trono y del Cordero, bajará por la calle de la ciudad?

Mi Espíritu Santo se apartará de las almas maliciosas, pero se dará a conocer abiertamente al inocente, al pobre y al sencillo. Con gran regocijo, Mi Santo Espíritu envolverá a estas almas y se convertirá en su Santo Compañero y su Guía, y cuando caminen, su marcha será sin estorbos; cuando corran no tropezarán y si beben veneno mortal, permanecerán ilesos. Si se encuentran una legión de demonios en su camino, pasarán intactos.

Mi Santo Espíritu les enseñará la dulzura que fluye de Mí, las profundidades de Mi Eterno Amor.

Mi Santo Espíritu tomará a los inocentes y hará con ellos un Pacto de Amor y de Paz, para hacerlos aptos y convertirlos en compañeros Suyos.

Mi Espíritu Santo los levantará y llevará como el esposo lleva a su esposa a través del umbral, así también Él los llevará tras los muros del santuario donde residen insondables riquezas y misterios, misterios que ningún ojo antes vio. Y como un Esposo adornando a su Esposa con joyas, también Él los adornará de conocimiento imperial para su deleite, con trono y cetro. ¡Oh, qué no hará Mi Espíritu Santo por ustedes!

Mi Espíritu Santo es el entusiasmo de su vida, la Corona Real de Esplendor, la Diadema de Belleza que proviene de Mi Boca, la Gloria radiante del Viviente, la Revelación Secreta de su creación. Mi Espíritu Santo es el sabor de sus homilías en Mis Asambleas y el cumplimiento de sus Tiempos... Él es el Fuego Ardiente de su corazón y la percepción de Mis Misterios. Mi Espíritu Santo es el tema de sus alabanzas a Mí, revelándole a su corazón que Yo Soy El Que Soy, revelando a su espíritu que Yo soy su

Abba

y que ustedes son Mi descendencia y Mi semilla... Benditos sean los puros de corazón, ellos Me verán. Regocíjense y estén contentos y ábranse para recibir Mi Espíritu Santo ¡para que también ustedes puedan deleitarse y escuchar Mi Voz! Abran sus corazones y verán Mi Gloria, y como un niño que necesita consuelo Mi Espíritu Santo los confortará, cuyo amor por ustedes sobrepasa cualquier humano amor.

Yo, el Creador de los cielos y de la tierra, les digo: Mi Espíritu Santo es el Esposo de la Novia, de Ella que sostuvo al Infante Quien debía salvarlos y redimirlos y por Quien, a través de Su Sangre, obtendrían libertad y el perdón de sus pecados. Él es el Esposo de Aquella a Quien Él halló como un jardín cerrado, conteniendo las más raras esencias de las virtudes, una fuente sellada, la más encantadora de las Mujeres, bañada en pureza a causa de su perfección única. Mi Espíritu vino sobre Ella y la cubrió con Su Sombra y Me glorificó haciéndola la Madre de Dios, la Madre de toda la humanidad y la Reina del Cielo.
1 Tal es la Riqueza de Mi Espíritu Santo...

Estoy derramando sobre todos ustedes Mi Espíritu Santo, ahora... hoy... Yo, Yahvé, el Todopoderoso, les digo: Les estoy dando a todos este regalo gratuito para salvarlos, debido a la grandeza del Amor que tengo por ustedes. El Amor y la Lealtad descienden ahora. Yo, Yahvé, Me inclino desde el Cielo para abrazarlos a todos ustedes. Mi ayuda salvadora les es ofrecida desde lo alto, a ustedes. ¿Están dispuestos a obedecer Mi Ley que se les ha dado? ¿Están dispuestos a confiarme su alma?

No digan que no Me conmuevo por su miseria y que no respondo a sus oraciones. Si las llamas aniquilan sus países y el fuego devora a su gente, y si los habitantes de la tierra saborean la desgracia de la muerte, todo se debe a su gran apostasía. Ustedes han rehuido a Mi Espíritu Santo, Aquel que los hubiera vestido de bendiciones, Aquel que hubiera hecho que su corazón y carne saltaran y cantaran de alegría por Mí, su Dios, pero ustedes prefirieron convertirse en seres sin hogar, empobrecidos y huérfanos de padre y hoy, quedan reducidos a nada en las sombras de la muerte. ¡Cuánto los compadezco... ¡Oh generación! ¿Cuánto tiempo más pueden desafiarme?

Mi Amor llena la tierra, Mis llamados llenan las bocas de Mis enviados y aunque Mi dolor es agudo y Mi Justicia está rebosando, todavía puedo ceder y puedo aceptar el homenaje que Me ofrecen. Yo estoy listo para perdonarlos a través de la Sangre derramada por Mi Hijo y a través de Su Sacrificio, si toman Mis Palabras de corazón.

Pronto, muy pronto ahora, Mi Espíritu Santo soplará sobre ustedes con tal fuerza, haciendo un sonido poderoso que resuene en los cuatro extremos de la tierra, como un recordatorio ante todos los habitantes de la tierra. Inmediatamente después, al sonido del Aliento de Mi Santo Espíritu, los habitantes de la tierra, todos juntos caerán rostro en tierra en adoración a Mí, el Señor, el Todopoderoso, el Altísimo, y al final, la gente se deberá inclinar ante el Trono del Cordero y recibir la Bendición desde el Trono.

Y ahora, Yo que los creé y que los formé, les pregunto: ¿Me dignaré a escuchar sus gritos de arrepentimiento?



1 Quiero hacer notar que cuando el Padre me estaba dictando este pasaje concerniente a Nuestra Madre Bendita, si no fuera Dios, hubiera podido decir que Él estaba exaltado, ya que era tanta Su Alegría