9.09.92

-Hija Mía, el mundo Me está ofendiendo diariamente, no teniendo reverencia a Mi Santidad. Ellos abusan de la libertad que les he dado destruyéndose a sí mismos. Esta generación se ha convertido, ante Mis Ojos, en una mancha repugnante. Ellos devuelven mal por mal, ésta es la razón por la que no perdonaré a esta generación. Nadie puede decir que no les he avisado. Nadie puede decir que no he tenido paciencia.

La tierra pronto temblará y con un estruendo el cielo desaparecerá dejando a todos en una oscuridad total y con gran violencia los elementos de la tierra, los montes y las islas, se encenderán y se consumirán. Cada hoja de hierba arderá y permanecerás ante Mí, generación, desarmada. El poder de invocarme y arrepentiros está en vuestros labios, pero preferís estar sin hogar y errar en pecado, preferís vivir en desiertos.

-Señor, siento que Tu Corazón está tan afligido. En lugar de esto Tú me dirás que me apiade de mis hermanos y hermanas. Lo hago, pero también estoy apesadumbrada por Tu tristeza pues Tu Corazón está lacerado. Con Tu Gracia, mi Señor, puedes hacer que todos sean aceptables a Tus Ojos. Tú puedes hacer que nos dispongamos a hacer Tu Voluntad. Yo, que según has manifestado, soy la persona más despreciable de todas, he sido agraciada con ese don, ¿por qué no pueden recibirlo los demás?

-Vassula, tú eres audaz, por preguntar a Mi Sabiduría ¹ .

-Quizás sea audaz, pero es debido a que conozco cómo siente Tu Corazón. A Ti no Te agrada castigarnos ni humillarnos.

-Todo lo que proviene de la tierra vuelve a la tierra. ² . Los pecados de tu generación han llegado hasta la Eternidad y han atravesado Mi Corazón. Reza e intercede, Mi Vassula, para que haya todavía tiempo para marcar con Mi Sello al mayor número posible antes de que llegue Mi Día, pues en esos días sufrirán buenos y malos.