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QUE TUS ORACIONES SEAN COMO UN ABOGADO
PARA DEFENDER A TU GENERACIÓN


17.01.92

Señor de Misericordia,
Tu pueblo necesita ser consolado.
Tu Cuerpo, dividido, se está hundiendo,
y hay muy pocos que Te pueden reconfortar.
Tu pueblo está desesperado,
por tanto, Señor de Misericordia,
escucha y mira nuestro dolor.
Amén.

-Empapado en Mi Sangre Estoy a causa de todo lo que ven Mis Ojos y oyen Mis Oídos. Hija, Yo Me propongo hacerte la espada de Mi Palabra. Por medio de ti, Yo traspasaré los corazones de los hombres, para dejar que Mi Palabra penetre profundamente en ellos. Mi Voz resonará como un eco en ellos, y aunque suscorazone no tienen ni un aliento de vida en su interior, Mi Palabra, dadora de Vida, los reavivará y de ellos emanará una fragrancia que calmará Mis Llagas.

Hija Mía, ánimo. Muchos continuarán viviendo una vida impía y muchos seguirán pecando y ofendiendo Mi Santidad, sin prestar atención a Mis advertencias, sin hacer caso a los signos que hoy doy al mundo, y la maldad continuará aumentando Mi Copa de Justicia. La maldad y el ateísmo, la sed de poder y el racionalismo, son llevados como un anillo de sello por estos hombres.

¡Ah, Mi Vassula...! ¡Habrá una pérdida como no se ha visto nunca! El pecador acecha su oportunidad, y ¡como un merodeador vendrá de noche! Numerosos serán los gemidos de los dirigentes, de los magistrados y de los hombres influyentes, ¡todos gemirán! Hija Mía, escucha Mis suspiros, escucha Mi Corazón.

¡Oh, bienamada de Mi Alma! Ven y consuela Mi Corazón. Ten hambre de Mí. Yo soy la Resurrección. Ámame. Que tus oraciones sean como un abogado para defender a tu generación de la ira de Mi Padre. Que tus gritos y tus plegarias sean como una súplica al Padre. Yo, el Señor, te bendigo, hija, ven...