3.12.91 (Otro mensaje para las Filipinas.) -Dile a Mi pueblo que ellos son como ladrillos y Yo los puedo utilizar para la restauración de Mi Casa. Yo puedo utilizar a cada uno de ellos, si ellos Me lo permiten. Permitidme guiaros a todos. Abandonaos a Mí sin preguntar por qué. Simplemente, confiad en Mí, vuestro Señor. Ofrecedme vuestra voluntad, no os opongáis a Mí cuando Yo la utilice. Rezad con vuestro corazón y confesad vuestros pecados. Meditad en Mi Pasión y sobre todo lo que Yo os he ofrecido. 4-12-91 (Antes de una de las reuniones en las Filipinas.) -¿Señor? -Yo Soy. No temas. Yo no te he abandonado. Te amo. Hija bienamada, tu apostolado es el extender Mi Luz Gloriosa en cada nación. Difunde todo lo que has recibido de Mí. Esto, Mi niña, es lo que tendrás que hacer. El resto lo haré Yo. Yo te protegeré mientras cumples el trabajo que te he dado. No tienes nada que temer. Yo, Jesús, te amo tanto... Ahora, no trates de comprender, pero poniéndote a prueba, Yo hago crecer a tu espíritu en santidad. Estate a Mi servicio, hija, haciendo el trabajo que Yo te he dado. Yo te alentaré siempre a dar testimonio con celo por Mí y por Mi Casa, y te disuadiré siempre de mirar a tu izquierda y a tu derecha. A causa de tu espantosa miseria, Yo no seré severo contigo. Puesto que servirás a la Rectitud Misma, Yo te tendré ligada a Mí para que estés firme a Mi Lado, de lo contrario, sola, vas a vacilar. Ahora, Mi Espíritu, tu Santo Compañero, te conducirá con entusiasmo hasta Mis hijos. Por gracia, tú hablarás por Mí. Yo estoy contigo y nunca te fallaré. Ven. |