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QUIERO QUE TODOS MIS SACERDOTES SEAN SANTOS


27.03.87

-Vassula, te amo.
-También yo Te amo, Jesús.
-¡Cómo deseo que todos Mis sacerdotes sean santos, puesto que ellos Me representan! Deseo que sean puros, santos, humildes y misericordiosos. Me gustaría que ellos Me permitieran derramar Mi Amor Sobreabundante en su corazón. Yo quiero que ellos profundicen más en las riquezas de Mi Corazón para impregnar y llenar su corazón, a fin de que desborde y se extienda así por todo el mundo.
Es necesario que intenten comprender y amar a Mis corderos
1 para curarlos. Pero, para poder hacerlo, tienen que aprender a amarme como Yo les he amado. Tienen que aprender a amar a Mis hijos como Yo les amo. Deben honrar a Mi Iglesia. Yo deseo amor, Vassula, díselo, hazles saber que Mis Labios están secos y sedientos de Amor.
¿Para qué sirven sacrificios y rituales si sus corazones están petrificados y áridos? Yo deseo fertilizar ese desierto con la integridad. Necesito calor, necesito una llama viva, de pureza, de celo y de Amor ardiente. Así pues, no dudéis en venir a beber de Mi Amor infinito y llenad vuestros corazones. Todo lo que os pido es fidelidad, pureza y amor. Venid, venid y arrepentíos. Venid a cambiar vuestras vidas. Yo os exaltaré y vosotros Me recibiréis. Yo quiero recordaros Mis Caminos.
Yo os he dado muchos mensajes y signos, signos que vosotros ignoráis. ¿Habéis olvidado Mis Palabras? No os sorprendáis por los débiles instrumentos de los que Me sirvo para daros a conocer Mis Palabras. ¡Podría coger cualquier piedra y transformarla en uno de Mis devotos servidores! Algunos de vosotros buscarán pruebas de que soy Yo, Jesús, quien da este Mensaje. ¿No he dicho que derramaría Mi Espíritu sobre toda carne y que vuestros hijos y vuestras hijas profetizarían y que haría signos en el cielo y en la tierra? Mis Caminos no son vuestros Caminos y Mis signos no son vuestros signos.
Yo revelo todavía Mi Rostro, pero ¿cuántos de vosotros creerán? Yo gimo de dolor, Me siento sofocado viendo Mis simientes llenas de palabras muertas.
¡Fidelidad! ¿Es a esto a lo que vosotros llamáis ser fiel, cuando vuestros corazones están muertos? Venid, venid a embeberos de Mi Corazón. Yo os pido, con solemnidad, que os arrepintáis y reparéis. Amadme con un corazón puro y honrad Mi Santa Eucaristía. Sí, todos vosotros, que os consideráis justos y piadosos, venid a cambiar vuestros corazones. Abrid vuestros corazones para recibirme y, cuando lo hayáis hecho, Yo quitaré el velo de vuestros ojos y abriré vuestro oído.
Vassula, te dictaré mañana. Puedes descansar. Bienamada, ¿conseguiste verme cuando Yo escribía?
-Sí, Señor. Tú estabas detrás de mi brazo derecho. ¿No eras Tú?
-Sí, era Yo, y ahora estoy delante de ti, Vassula. Sí, siente Mi Presencia como ya lo haces. No tengas miedo, Yo estoy junto a ti. Ven, reposemos el uno en el otro.


1 los corderos son los laicos, las ovejas los sacerdotes