30.10.90 -Vassula, insignificante y débil criatura, ¿sabes cuántas espinas has arrancado de Mi Corazón? -No, Señor. -Suficientes como para descansarme, suficientes, Mi niña. El motivo de crearte también fue el que Me descansaras. Yo te he creado y, aunque seas polvo y ceniza, encuentro en ti un profundo descanso. Acéptame, quiere Mi Cruz y sé ahora agradecida. Niña, mira Mis Labios y escúchame con atención: fe, ten fe en Mí y confía en Mí. Conozco tu inefable debilidad y el que sin Mí no puedes levantar ni el dedo meñique. Ésta es la razón por la que te elegí. He escogido la debilidad para mostrar al mundo Mi Poder. Tengo una razón para haberte elegido en tu estado. Confía en Mí y saca tu fuerza de Mí. Yo te recordaré lo mucho que te odia el diablo, puesto que hoy ya has sentido sus garras sobre ti. Sí, si Yo le hubiese dejado te hubiera hecho pedazos, pero tú estás bajo Mi Divina protección. Cada uno de sus minutos está apuntado hacia ti y hacia Mis otras almas elegidas. Yo te digo: a causa de tu nada y de tu pobreza, insignificante criatura, estás deshaciendo los patrones de Satán. Estás deshaciendo sus bordados puntada a puntada. Cuando supo que Yo te había escogido, te llamó gusano. Sí, sé como un gusano: come y destroza sus diseños. ¿Ves? Puedo utilizar para Mis Trabajos incluso a gusanos... Sí, cómete sus patrones como un gusano. Yo te he permitido sentir su odio, y te odia porque el Padre mismo te ama por amarme. Esto le enfurece lo inimaginable. Dichoso el hombre que no pierda su fe en Mí. Deleita Mi Alma y lléname de alegría quedándote en nada. |