10.10.90 -La paz esté contigo, niña. Déjame utilizar tu mano. Soy Yo, tu Jesús. Es el Amor el que te habla, y te pide... -¡Oh, ven e invádeme! -¡Ah, Mi Vassula!, te llenaré... Escúchame y escribe este Mensaje para el mundo entero. Mensaje para la reunión de oración del 17 de noviembre de 1990 en Nuestra Señora des Marches, Broc, Suiza, y del 20 de febrero de 1991 en Gera Lario, Como, Italia. -La paz esté con vosotros. El Amor os está hablando. El Amor se os está ofreciendo y os está curando, incluso las heridas que parecían estar lejos de toda curación. El Amor está consolando a los que estáis abandonados. Mi Amor por vosotros es eterno y es sabido que soy constante en Mi afecto. Acercaos... Venid junto a Mí, mediante la oración con el corazón. Yo os ofrezco un lugar en Mi Escuela. Estoy ofreciendo la Sabiduría para enseñaros Mi Conocimiento. Benditos los que aceptan humildemente Mis Instrucciones y ponen Mis Palabras en su corazón. Escuchadme, Mis bienamados, dicen las Escrituras: "el lenguaje de Mi Cruz puede sonar ilógico para los que no se encuentran en camino de salvación, pero los que están en camino lo ven como el poder de Dios para salvar" 1 . Yo vengo a enseñaros este lenguaje. En Mi Escuela oiréis este lenguaje de Amor, y vosotros, los que queréis aprender, sed benditos, sed fuertes y felices. Aunque los obstáculos tienen que venir, no tengáis miedo, confiad en Mí; sin embargo, ¡ay del que los ponga, tendrá que responder ante Mí el Día del Juicio! Mi Regreso es inminente y os estoy dando constantes signos para prepararos. El Amor está en la Senda del regreso, Yo estoy en Mi camino de vuelta a vosotros. Decidme, cuando un rey entra en una ciudad, ¿no se harán preparativos para recibirle? La ciudad entera será un alboroto, y el rey enviará delante de él a su elegido y a su corte imperial para preparar su camino y hacer rectas las sendas. Él enviará a sus mensajeros para anunciar su venida, y les dirá que griten con voz fuerte: "Aquí está vuestro Rey, ¡viene vuestro Rey con el Corazón en Su Mano para ofrecéroslo a vosotros! La Misericordia se inclina desde el Cielo y, desde Su Trono, Él se ha apiadado de vosotros". Por esto es por lo que envío delante de Mí, antes de Mi Regreso, al Arca de la Alianza, la Mujer de la Apocalipsis, la Segunda Eva, que aplastará la cabeza de la serpiente con su calcañar. Yo os estoy enviando delante de Mí a Mi Madre para abrir una vía espaciosa y la allane, en este desierto. Yo os estoy enviando a la Reina y Puerta del Cielo, a preparar e instruir a todos los que todavía yacen en el polvo, para que avancen y hagan la paz Conmigo, vuestro Rey, antes de Mi Gran Regreso. Yo os envío a la Reina de la Paz, para que trille la tierra de un extremo al otro, y os recoja uno a uno. Yo os estoy enviando, antes de Mi Gran Regreso, a Mis siervos los profetas, para recordaros Mi Ley y quitaros de vuestros caminos de maldad para vivir en santidad, y para que os anuncien acontecimientos antes de que tengan lugar. Yo envío a Mis Ángeles para recordaros Mi Santidad, Mi Magnificencia y Mi Esplendor. Yo envío a Mis portavoces para que griten y proclamen sobre los tejados de las casas las Bodas de Mi Espíritu Santo. No Me cansaré de llamaros para que os desposéis Conmigo. No Me desalentará vuestra hostilidad, ni vuestra aridez. Perseguiré vuestro corazón y, como el joven que se casa con una virgen, así se desposará contigo Aquél al que todo el tiempo heristeis, y Yo, en Mi Amor, os haré sustituir las Espinas que rodean Mi Corazón, por una Corona de flores. Como el novio llevando su corona nupcial así la llevaré Yo, pues esta corona será la Corona de Mi Victoria. Éste será el premio de Mi Misericordia... Generación, te haré Mía. Te levantaré y te llevaré a cuestas como el novio lleva a la novia hasta sus aposentos. En Mi Amor perpetuo, te llevaré en Mi Sagrado Corazón y te haré Mía por toda la eternidad. Pronto, muy pronto, abriré los cielos y bajaré en pleno poder. Si comprendierais totalmente lo que quiero decir, no pasaríais el tiempo en el letargo, y Me estaríais orando continuamente, pues de repente, y tan veloz como el rayo, descenderé en llama de fuego devorador, y descubriré todo lo que habéis tenido oculto. Señalaré con la punta de Mi Dedo a los que Me habéis honrado sólo con servicio de labios, sin jamás servirme con el Lenguaje que Yo les había enseñado: el Lenguaje de Mi Cruz, el Lenguaje del Amor, el Lenguaje que os enseña cosas más allá de la comprensión humana. Os revelaré a los Caínes, cuyo lenguaje no es Mi Lenguaje, sino el de ricos mercaderes que comercian. Rezad por estos Caínes, no los juzguéis, gastad vuestro tiempo en oraciones por ellos, no dejéis que resbale vuestra lengua. No seáis uno de esos que dicen a Mis videntes: "no tengáis visiones", y a Mis profetas: "no profeticéis". Dejad que Mi Corte Imperial Me prepare el Camino. Nunca vino una profecía por iniciativa del hombre. Cuando Mis videntes y profetas hablan por Mí, lo hacen por la Gracia y por Mi Santo Espíritu que los llena, que los mueve y les abre la boca para repetir Mis Palabras. Seguiré recordándoos la Verdad por medio de Mis portavoces, incluso si ya la conocéis. Continuaré revelando Mis planes a Mis siervos los profetas, y en visiones mostraré Mi Magnificencia a Mis videntes. Dejad libres a Mis almas elegidas y predilectas para que preparen el camino para Mí, vuestro Rey. Dejadles completar su testimonio. Estoy enviando Mi Corte Celestial para profetizar el fin de los Tiempos en el desierto de vuestra era, para convertiros antes de que llegue Mi Gran Día. Daos cuenta que no desciendo por Misericordia únicamente, sino también para el Juicio. No les digo a Mis mensajeros que sólo llamen a los justos, sino que llamen también al injusto, al pobre, al cojo, a los desechos de vuestra sociedad, y a todo el mundo que encuentren por las calles, para que vengan y llenen Mi Escuela. Quiero llamar a todos los que nunca Me han buscado ni Me conocían, para que vengan y prosperen en Mi Casa, porque éstos son los tiempos de Misericordia y de Gracia. Así es que dejad que los que os miren, contemplen atónitos vuestra transfiguración, dejad que se note en vuestros rostros y por el brillo de vuestro corazón, que habéis estado asistiendo a Mi Escuela, y que vosotros sois Mis alumnos y que Yo soy vuestro Maestro. Dejad que vean en vuestros ojos el reflejo de todo lo que habéis sido testigos, y que vean en vuestro cuerpo las marcas de Mis Heridas. Y si alguno os preguntase cómo las habéis recibido, decidle que las recibisteis en la Casa de los amigos de vuestro Maestro, donde Él primero las recibió... Después, levantad vuestra cruz y seguidme. Yo, Jesucristo, Bienamado Hijo de Dios y Salvador, soplo Mi aliento sobre vosotros y os bendigo dejándoos el Suspiro de Mi Amor sobre vuestra frente. Id en paz y sed uno en Mi Nombre. Mensaje de nuestra Madre Bendita. -La paz sea contigo. Incienso de Dios, ten ánimo pues Yo estoy contigo. Estoy contigo y con Mis innumerables ángeles te rodeo para protegerte. Yo desciendo con los santos para guiarte. Soy la Reina del Cielo, soy la Reina de la Paz, soy la Madre de tu Salvador. Soy la que precede la venida del Señor. Yo soy la que abrió una amplia vía para que descienda tu Redentor a la tierra, y hoy de nuevo el Altísimo Me está enviando para suavizar y nivelar una Senda para Su Regreso. Aunque Satán utilice a los hombres para retrasar Mi Trabajo y poner obstáculos en medio, no temas, el Señor es Todopoderoso y al final prevalecerán Nuestros Corazones; confía en Su enorme Fortaleza, porque Él puede levantar las montañas y fundir las rocas, nada puede detener Su Mano Poderosa. ¿Qué veis encima de vosotros? Mirad lo que el Señor está levantando sobre vuestras cabezas. Está levantando el Estandarte de Su Gran Amor y Misericordia. Él viene a restauraros con Sus caricias, a alimentaros con Sus delicias, a daros fragancia con Su delicado perfume de Mirra, Él viene a suavizar vuestras heridas con Su bálsamo de Ternura, Él viene a derramar Su aceite sobre ti, generación, y a ungirte. El Rey os introducirá en Sus Aposentos para consolaros y limpiar vuestras lágrimas. Él os vigila como a las niñas de Sus Ojos. Y vosotros, ¿Le corresponderéis a Su Amor? Ofrecedle vuestro corazón y vuestra voluntad. Muchos de vosotros habéis olvidado los caminos de Dios, habéis ido a la deriva como llevados por la corriente de un lago, acabando en un estanque de letargo. Polucionados por el materialismo, vuestro curso cambió de dirección y, de la Santidad y de la Senda recta, ¡os han conducido justo dentro de las redes del diablo y de la boca del león! No habéis seguido las marcas de la Sangre Preciosa que dejó Jesús tras Él, como un indicador para que le siguierais. No, vosotros habéis seguido las direcciones polucionadas que Satán ha montado para vosotros; direcciones que conducen todas al desierto, donde no habrá nadie que cure vuestras llagas, ni nadie que os consuele, y donde moriréis. Tu generación no supo apreciar el gran Amor de Dios, esto es por lo que vuestras tierras han sido incendiadas por el egoísmo, por el ateísmo y por la furia de Satán; y todavía hasta este día su mano está alzada para golpearos y prender fuego a todas las naciones. Por vuestro ateísmo y perversidad os habéis envuelto vosotros mismos en el sudario de muerte, vosotros habéis envuelto a vuestros seres queridos en una nube de pedernal. Yo os llamo en angustia a todos desde arriba, para que hagáis las paces con Dios, para que os reconciliéis con vuestras familias. Cuando venís a orar en peregrinación, ¿venís con un corazón limpio? ¿habéis dejado de hacer el mal? ¿estáis en paz con vuestro prójimo? ¿os habéis confesado y arrepentido verdaderamente de vuestros pecados? ¿habéis bendecido a vuestros enemigos y los habéis perdonado? ¿habéis devuelto amor por mal? ¿estáis preparados de verdad para encontraros con el Señor con las manos llenas de obras buenas?. Bendecid a los que os persiguen, y rezad por ellos, no los juzguéis, seguid orando, pues ¿de qué os sirven las ofrendas si vuestro corazón no perdona y guarda rencor? Entonces, ¿dónde está vuestra santidad? Purificaos y vivid en la Luz de Dios y en el Amor de Dios. Sed testigos verdaderos del Evangelio, mediante el calor y el brillo de vuestros corazones. Sed testigos de Jesús llevando con Él Su Cruz. Sed testigos de la Iglesia siendo constantes en vuestra fe y estando unidos al Vicario de Cristo. No dejéis que resbale vuestra lengua. Sed perfectos como el Señor es perfecto. Mostrad que realmente sois los primeros frutos del Gran Amor de Dios. Dejad que todo ojo sea testigo de vuestra buena conducta y sepa que se debe a que sois hijos del Altísimo. Dejad que las marcas de Sus Cinco Llagas se noten también en vuestro cuerpo. Dejad que éstas sean el Signo que muestre que sois Sus alumnos y Yo vuestra Divina Maestra. Vivid Nuestros Mensajes y sed como granos para esparcirlos. Dejad que vuestro grito de amor vaya por toda la tierra y hasta los confines del mundo. Yo os bendigo a cada uno de vosotros, y os agradezco el que Me hayáis concedido vuestro tiempo. Id en paz. 1 1Cor.1,18 |