20.09.1990

¿Señor? Yo Soy. Ven y consuélame. Ven y confórtame. Descánsame. Yo te he creado para ser el Primero y el Único en tu corazón. Te he creado para extraer Mis Espinas que penetraron en Mi Cuerpo. Te he creado para que seas la víctima de Mi Corazón. Yo te amo apasionadamente. Acepta Mi Amor, acepta Mi Conocimiento. Acepta las pruebas con paciencia y no las mires con desdén. Yo acepté Mi Cruz con gran Amor y Obediencia. Bebí Mi Copa hasta la última gota, por Amor, y por complacer al Padre en el Cielo. Te estoy enseñando sólo con moderación, hija Mía. Si Me escuchas aprenderás. Mis Ojos, constantemente, te están mirando, cuidando y bendiciéndote. Yo soy Aquél que más te ama, así que no temas, hija Mía, Vassula. No tengas miedo de Mi Disciplina, que te orientará en Mi dirección, mostrándote la Magnificencia de Mis Palabras, Su Esplendor, las Riquezas de Mi Corazón y el Fuego Abrasador de Mi Amor. ¿Alguna vez te he fallado? ¿Me he resistido alguna vez a tus llamados cuando Me necesitabas? ¡Naciones benditas, pueblos benditos, creación bendita! Entonces, ¿cómo es que se resisten a Mi Amor y se han extraviado y convertido en una presa fácil para Satanás, permitiéndose usar Mi Nombre en vano? El espíritu que está en ti, generación, es un espíritu rebelde, que los manda a todos a vivir una vida sensual, una vida sin meta, una vida sin Dios, cambiando así la santidad por la perversión. ¡Oh, generación! ¿Dónde está el Signo entre ustedes y Yo? ¿Qué han hecho con Él? ¿Dónde está su fe en Mí? ¿Cómo se han permitido llegar al punto de darse por vencidos Conmigo? ¿No han oído antes que cuanto más se acerquen a Mí, más cerca estaré Yo de ustedes? Mantengan sus ojos fijos en Mí, sin mirar a su izquierda ni a su derecha. Déjenme decir un día: Hijo Mío, bienvenido a la Casa de Tu Padre. Tú has sido una fragancia apaciguadora para Mí; has guardado Mi Ley y has vivido santamente. Diste fruto y alimentaste al pobre. Ven, hijo Mío, arrójate a los Brazos de tu Padre y vive por siempre y para siempre en Mi Corazón.