27.06.90 -La paz esté contigo. Ora, hija, rindiéndome gloria por haberte levantado del mundo de los muertos y haberte permitido entrar y vivir en Mi Mundo de Paz y de Amor y haberte enseñado con Mi dulce magisterio, el Conocimiento de los ancianos. Por eso, no condenes a cualquiera que todavía no distinga su mano derecha de su mano izquierda. Sé compasiva como Yo soy compasivo. No juzgues y tú misma no serás juzgada. No condenes y tú no serás condenada. Resiste al mal y véncelo con el bien. No des un asidero al Tentador. No digas que Yo tu Señor te he abandonado. ¡Con Mis Cinco Llagas, Yo te alimento, alma! Implora el discernimiento. Mira, hija Mía, Yo soy la Esperanza, Yo soy la Vida y ¡Yo estoy cerca de ti! Yo soy el Crucificado y tu Redentor que te digo: Mi amor por ti es eterno. Bendíceme y ámame. Más tarde, para un sacerdote de visita. -Di esto a Mi servidor, escribe: Yo te doy Mi paz. Toma esta prenda como un don de Mi Amor. Toma Mi Palabra y profetiza a las naciones. Diles que "una vez más Mi Espíritu será derramado desde lo alto. Entonces vuestro desierto será una tierra fértil. La rectitud traerá la paz" 1 , una paz que el mundo jamás ha conocido antes. Mi pueblo vivirá en una patria apacible". Sí, ellos vivirán en Mi Sagrado Corazón porque Yo los guardaré a salvo. Pero antes de que este desierto se cambie en una tierra fértil y en hermosos viñedos, Mi Aliento vendrá a soplar en este mundo tenebroso como un torrente de azufre que pegará fuego por todas partes para purificar esta era y renovarla enteramente, uniéndola en Un Solo Pueblo Santo. A vuestros renegados los cambiaré en un pueblo santo, y su apatía en fervor por Mí vuestro Dios. Yo os haré santos como Yo soy Santo. Recuerda que Mi Ciudad será reconstruida sobre sus ruinas (...) Seas bendecido. 1 Is 32,15-16 |