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QUE TU CORAZÓN EXULTE DE GOZO EN MI PRESENCIA


17.12.89

Yo sentí al Señor lejos de mí. Pierdo la cabeza cuando me siento así. Sé que es enteramente mi culpa, y la prueba es pesada. En mi cuaderno personal, mi mano no escribe sino garabatos. El Señor acudió inmediatamente en mi ayuda escribiendo.

-¿Debo recordarte que no dejes tu mano libre? Quiero que tú escuches. Te estoy alzando pero tu espíritu está lejos de Mí. ¡Escucha! ¡Yo, el Señor, quiero que escuches! Únete a Mí, sé uno Conmigo, Yo y tú, tú y Yo. Entonces NOSOTROS podremos trabajar unidos, ¿comprendes? Pon atención, Vassula. Estando unidos NOSOTROS podemos asociarnos en el trabajo.

Yo estaba descontrolada porque después de haber recibido estas revelaciones y haber estado así guiada de una manera extraordinaria, y haber gustado el Cielo y la Presencia de Dios, sin el menor mérito de mi parte, me parecía de pronto que el Cielo había cerrado Sus puertas: ya no sentía Su Presencia.

-No tengas miedo. Yo había esperado con ardor este momento en que estaría contigo. Así que, no pienses nunca que te estoy dejando afuera. Simplemente te he desafiado a salir del letargo, y trabajaré contigo hasta el fin. Que tu corazón exulte de gozo en Mi Presencia. Tengo todavía muchas cosas que decirte pero entonces no serías capaz de tomar nota de todo. Eres frágil y sé que eres igualmente débil. Ven, no tienes necesidad de servirte de palabras para decirme que Me amas, háblame con el corazón para desearme, para amarme, para contemplarme, y entonces estás haciendo Mi Voluntad, porque Mi Voluntad es que Me ames y Me adores. Así, si haces simplemente esto, TODO se hace entonces en silencio. Ofréceme tu voluntad. Ofréceme todo lo que tienes, tu voluntad, tu "yo", tus goces, todo.

-Yo Te ofrezco, mi Señor, mi voluntad, mi "yo", mis goces y todo lo que Tú quieres. Siéntete LIBRE, mi Rey, de tomar y tomar sin más de mí lo que Te plazca.
-A cambio, ¿quieres todavía Mi Cruz de Paz y Amor?
-Sí, mi Señor, enteramente. Incluso si, a causa de Su tamaño, yo tenga que caer al suelo. Yo La llevaré, aun cuando tenga que arrastrarme de rodillas.
-Hija, Mi Cruz de Paz y Amor santificará a muchos de Mis hijos. Déjame entrar y descansar en tu corazón. Yo, el Señor, te bendigo. Bienamada, espera y verás.
-¡me gusta tanto cuando dices: "Espera y verás"!
-Lo sé, pequeña. ¿Nosotros?

-Sí, mi Señor.
-¿Nosotros?
-Sí, Santa Madre.