29.08.1989

Haz que mi corazón esté listo, Señor, para escuchar Tu Palabra. Te ruego a Ti, Señor de Amor, Señor de Misericordia, en Tu Gran Amor, respóndeme. ¡Dios, brilla en mí y reanímame con Tu Luz! Amén. Yo soy el Señor de la Cosecha y ya que Tú has pedido obreros para recoger esta rica Mies, te enviaré esos ayudantes. Ahora, ven más cerca de Mí, acércate. Yo 1 Soy La Resurrección y La Vida y les prometo que el Día de la Devoción no está lejano ahora. Sus muertos volverán a la vida y a todos los que todavía yacen bajo tierra y sepultados por sus pecados, Yo los volveré de nuevo a la vida. Yo agrandaré Mi Reino y restauraré sus tierras que ahora están estériles y son deplorables a la vista. Repetiré aquellas Palabras de las Escrituras: "¿Acaso una mujer olvida a su hijo en el pecho, o falla en amar al hijo de sus entrañas? Pues aunque ésas olvidaran, Yo nunca te olvido". 2 Yo les estoy preparando un Nuevo Cielo y una Nueva Tierra, y el Amor regresará a ustedes y vivirá entre su resto como Amor. Y a todos esos cadáveres que ustedes encuentran en cada esquina de la calle, Yo los resucitaré. Y como el viento, soplaré a sus pastores de regreso a Nuevas Pasturas y, con su cayado de pastor, conducirán a Mi rebaño a pastar como en los días de antaño, porque aún cuando su maldad penetró en Mi Propia Casa y ha engañado a muchos, y aún cuando sus pecados hicieron que el ateísmo se extienda por toda la tierra, Yo estoy listo a perdonar y a olvidar y Mi cólera se hará a un lado y será como si nunca hubiera existido, aún si hoy ellos reconocieran su falta. Pero todavía, hasta este día, Mi Sagrado Corazón está destrozado por la falta de amor y por el inmenso número de los pecados de su era; pecados que han traspasado Mi Corazón y han hecho que el Cielo se sonrojara; pecados que han mancillado Mi Santuario y han profanado Mi Santo Nombre. Sin embargo, si solamente ustedes supieran cómo estoy listo a perdonar los crímenes de su era, con solo una mirada bondadosa hacia Mí, un momento de arrepentimiento, un suspiro de vacilación, una ligera reconsideración. Una sonrisa a Mi Santo Rostro y Yo perdonaré y olvidaré. Ni siquiera miraría Mis Heridas. Yo borraría de Mi Vista todas sus iniquidades y sus pecados. Si tuvieran un solo momento de arrepentimiento, y todo el Cielo celebraría por su gesto, por su sonrisa y su mirada amable será recibida como incienso por Mí, y este ligero momento de arrepentimiento será escuchado como un canto nuevo para Mí. Hoy desciendo sobre ustedes lleno de Misericordia para redimirlos a causa de Mi Amor. Mi Santo Espíritu de Gracia será como la bruma y cubrirá esta Tierra. Yo les digo, muy solemnemente, que multiplicaré Mis Gracias sobre ustedes. Mi Palabra será revelada y escuchada por muchos y Yo multiplicaré sus visiones. Así, pues, todos aquellos que ignoren Mi Santo Espíritu y traten de sofocarlo, sólo estarán dando puntapiés contra un aguijón. Todos sus esfuerzos serán en vano, porque Yo, el Señor, me propongo resucitarlos y cultivar este desierto en el que están viviendo y quiero hacer oasis de sus espejismos engañadores. Yo, su Dios, estoy delante de ustedes y pregunto a todos aquellos que todavía sofocan a Mi Santo Espíritu: "¿cómo es que no pueden discernir Los Tiempos? ¿Cómo es que han decidido dejar sin reconocer Mis Señales y Mis Maravillas? ¿Por qué están, repetidamente, sofocando Mi Voz y persiguiendo a Mis profetas? ¿Por qué están temiendo y siempre ansiosos de extinguir la pequeña llama que ven que alumbra su oscuridad? ¿Por qué se apresuran en pisotear y aniquilar cada flor que crece, con Mi Gracia, en su desierto y aridez? ¿Cómo es que ustedes Me quieren a Mí, su Dios, silencioso y muerto? Déjenme entonces decirles y recordarles Quién Soy Yo: Soy el Verbo y Estoy Vivo. Yo Actuaré. Cuando Yo estaba en la Tierra, multipliqué Mi Pan y Mis Peces y alimenté multitudes y cuando Moisés atravesó el desierto con miles de gentes y no tenían nada que comer, se abrieron las Reservas Celestiales y los alimentaron a todos con Maná. Y así es hoy, puesto que la Tierra yace en desolación y no puede producir el suficiente Pan para alimentarlos. Yo, con Mi Espíritu de Gracia, multiplicaré Mi Pan para nutrirlos, Mis bienamados, a ustedes que están hambrientos y abandonados. En sus días esto es llamado: La Efusión de Mi Espíritu Santo. Ustedes serán nutridos directamente por Mí, porque Yo deseo continuar multiplicando Mi Pan y no dejaré a nadie con hambre. ¡Ay de aquellos que tratan e impiden a Mis hijos venir hacia Mí en estos tiempos de Gracia! Así que, abran su corazón, y no su mente, ustedes, que todavía dudan. Mis enseñanzas son sólidas y sanadoras. No teman, crean con sencillez de corazón. No juzguen ni abusen de Mis Ángeles enviados por Mí con Mi Espíritu. Ni siquiera el Arcángel San Miguel, cuando discutía con el diablo acerca del cadáver de Moisés, se atrevió a denunciarlo con lenguaje injurioso. Todo lo que él dijo fue: "¡Que el Señor te corrija!" 3 Esperen en Mí, tengan Fe y ámenme. Vivan santamente, porque Yo soy Santo. Ayunen y reparen. Arrepiéntanse y ofrézcanme diariamente su abandono. Abandónense en Mis Manos y Yo haré de ustedes columnas vivas de luz. Oren sin cesar, oren con su corazón. Recíbanme 4 con pureza y Mis Gracias se derramarán sobre ustedes. Vengan en el tiempo de la Adoración y adórenme. Confiesen sus muchos pecados. Agrádenme a Mí, su Dios y caminen Conmigo. Sigan Mis Preceptos y no miren ni a la izquierda ni a la derecha. ¡Sean perfectos! ¡Sean Mi Cielo! ¡Oh creación, si tan sólo supieran cómo Yo, su Dios, los amo, ustedes no dudarían en seguirme en Mis Huellas! ¿Por qué buscar consuelo en otras partes? Mi Sagrado Corazón es el Bálsamo para sus heridas. Mi Sagrado Corazón es su Morada. Mis Ojos están sobre todos ustedes. Yo los bendigo a cada uno de ustedes, bendigo a sus familias, bendigo a todos aquellos que leen este Mensaje, dejando Mi Suspiro de Amor sobre su frente. El Amor los ama a todos. Sean uno. Gracias, Señor mío. Te bendigo. 1 Mensaje para la reunión de oración del 15 de septiembre de 1989 en la Capilla del Convento de los Capuchinos, en Saint Maurice 2 Isaías 49,15 3 Judas 9 4 En la Sagrada Eucaristía