14.02.1987
Vassula, Yo Soy, Jesús. Te estoy dando Fuerza para que Me encuentres. Progresa Conmigo, pues Yo instituiré Mis Palabras que doy, para que muchos puedan leerlas y se beneficien de ellas. Hija, cuando Mi Enseñanza dada sea establecida, te prepararé para que Me encuentres. Yo anhelo tenerte cerca de Mí. Vassula, mírame. 1 ¿Estás feliz de encontrarme de esta manera? Sí, mucho. No merezco, en absoluto, este carisma. Acéptalo. Acepta lo que Yo te doy. Yo doy incluso a las almas más miserables. Vassula, ¿has oído que Yo doy la Sabiduría a los niños sencillos y no a los eruditos y a los inteligentes? Sí, lo he oído. ¿Por qué es esto? Porque los niños son Mi debilidad, ellos Me dejan formarlos. He escogido almas indignas para formarlas, unas que saben poco o casi nada. Yo te proveeré, Vassula, porque Yo soy Rico. Conmigo, nada te faltará. Te amo. ¿Comprendes lo Feliz que Me haces cada vez que nos encontramos? Me siento Feliz de, finalmente, tenerte cerca de Mí. ¿No se alegraría un padre al haber encontrado a su hijo perdido? Tú estabas perdida y Mi Corazón estaba completamente desgarrado de aflicción. Tú te habías alejado, dejándome angustiado. Fui a buscarte y te encontré. ¿Cómo entonces, no Me alegraría de tenerte cerca de Mí? Vassula, cerca de Mí, aprenderás. Te enseñaré todas las virtudes para permitirte glorificarme. Hija Mía, aprende a absorber el Rocío de la Rectitud, aprende a glorificarme, aprende de la Sabiduría. Te amo. Ahora, vete en paz y llámame cuando lo desees. Oremos juntos. Oramos. Sé, ahora, Mi acompañante y guárdame en tu corazón. 1 Miré el Rostro de Jesús y Él me vio directamente |