17.01.1989
Siento que estoy retrocediendo, así que Le supliqué a Jesús que me levante y me recuerde las meditaciones que Él me enseñó para discernirlo y escuchar Su Voz. ¿Jesús? Yo Soy. Flor, Yo te recordaré cómo meditar y cómo escucharme. Yo, Que Soy El Verbo, te inspiraré y te instruiré con la Sabiduría. Ábrete, ábrete y permite que Mi Espíritu te llene. Sí, medita, ¿cómo podrías, de otro modo, alcanzarme? Eleva tu alma hacia Mí en silencio, con fe. Ofréceme a Mí, tu Padre, tu voluntad, y Yo, Quien conozco tus necesidades, te guiaré y te alimentaré. Así pues, trabaja, pequeña, trabaja más. Señor, lo estoy intentando. Compláceme hablando Conmigo. Ora, ora, ora. Todo lo que Yo pido son oraciones. Escribir Contigo ¿es también una forma de oración, Señor? Sí, porque tú estás en Conversación Conmigo, tu Dios Todopoderoso. Me siento Complacido cuando estoy contigo, ¿por qué, qué hay Más Grande que estar en Constante Unión Conmigo, tu Dios? Ahora, Yo estoy unido a ti. Yo y tú, tú y Yo, juntos en Unión de Amor. ¡Ah, Vassula! Paz, hija Mía. ¿Cómo pudiste imaginar que tú habías podido escribir todos estos Mensajes por ti misma? En efecto, te he ocultado Mi Rostro, sólo por un tiempo, para hacerte sentir y comprender cómo sin Mí, tú eres incapaz de escribir Una Sola Palabra de Conocimiento. Yo Soy la Revelación Quien habla, Quien ofrece, Quien instruye, Quien revela, Quien resucita y Quien alimenta a las personas ateas. Vassula Mía, ¿estás feliz Conmigo? ¿Estás feliz de saber a Quién le perteneces? Yo Soy Dios. El Dios Vivo, tu Creador. Yo Soy el Amor, Yo Soy tu Padre Quien te habla ahora, Yo Soy la Santísima Trinidad. Conságrate a Mí. Aunque tú eres absolutamente nada, Yo te he perseguido como un amante persigue a su prometida. Te he convencido para que Me ames y compartas Mis Obras. Poco Me importa lo que tú no eres. Yo Me basto a Mí Mismo, pero Me deleita tenerte en Mi Luz, Me deleita tenerte en Mi Corte, Me deleita alimentarte y adornarte. Hija Mía, ¿comprendes? No Me aflijas, 1 los papás están siempre cerca de sus hijos. Sé íntima Conmigo, siempre, sin embargo, nunca olvides Mi Santidad. Yo te amo y quiero que Me ames en santidad. Respeta Mi Ley. Al respetarla, tú Me estarás respetando. Ama Mi Ley, porque al amarla, tú Me amarás, también. Sigue Mi Ley, pues al seguirla, Me estarás siguiendo. Mi Ley te conducirá a Mí en Mi Casa, la cual es también tu Casa. Ten fe en Mí, porque Mi Poder es Grande. ¿Nosotros? Por toda la Eternidad, Señor. Alábame. Señor, indícame en las Escrituras un Capítulo de Alabanza para leértelo. Lo haré. Abre la Sagrada Biblia. La abrí. Era el Libro de Daniel, Capítulo 3, 52-90. Leí entonces al Señor, esos versículos. Esto Le agradó. 1 Debido a la familiaridad e intimidad, breve y repentinamente, tuve dudas, preguntándome si era Dios, Quien me estaba hablando. Esto lo lastimó |