10.01.89
Mensaje para el grupo: ¡Señor! Yo Soy. Todo lo que pido de ustedes es que oren en santidad. Oren sin cesar, oren con su corazón. Sean buenos unos con otros, sean Mi Reflejo, Mi Divina Imagen, sean como espejos que reflejan Mi Santidad y Mi Pureza. Que el mundo vea en ustedes que son Míos, que son los hijos del Amor, porque donde está el Espíritu del Señor, está la Santidad y el Amor, está la Luz y la claridad. Así pues, ¡ámense los unos a los otros, amen a sus enemigos! ¡Sean perfectos como su Padre en el Cielo es Perfecto! Benditos son todos ustedes. Benditos sean los recién llegados. En verdad les digo: "Yo Soy la Puerta de la Vida Eterna, el que cree en Mí, aunque muera, vivirá. Yo Soy la Resurrección". Tomen Mi Paz. Yo les ofrezco Mi Paz. Tómenla y difúndanla en el mundo. Sean Mi descendencia. Que cada alma Me reconozca en ustedes. Justo antes de que el Señor quisiera que yo hiciera público Su Mensaje, alguien vino a ofrecerme una bellísima estatua de Nuestra Señora de Fátima. (70 cm. de altura). Yo supe que Nuestra Señora llegó aquí a tiempo, para acompañarme en todas mis reuniones públicas. En una de las reuniones organizadas fuera de Lausana, me dijeron que no llevara a Nuestra Señora de Fátima, porque ellos habían preparado todo. La misma noche, vi en sueños a Nuestra Señora de Fátima, delante de mí, en forma de estatua. Le pedí que me diera una señal para saber si yo había comprendido bien que Ella vendría a acompañarme en las reuniones. En cuanto dije estas palabras, Nuestra Señora abrió Sus Brazos y los estrechó a mi alrededor y se quedó así. Me desperté y esa misma mañana Nuestra Señora escribió: "Por favor, no Me dejes. Llévame contigo". Vassula, ten Mi Paz. Lee las señales que el Señor te da, disciérnelas y síguelas. Por favor, ayúdame a darme cuenta de ellas. Yo te estoy ayudando. Gracias, Santa Madre. Ayer escuché sobre la reacción de un sacerdote que oyó de mí. Él dijo: "Aléjense de ella, ¡es una charlatana!". En cierto modo, su comentario me agradó, ya que estaba siendo acusada como impostora, tal como Jesús fue acusado, por los fariseos, de ser un falso profeta. Esto me recordó el Mensaje que me diste el 7 de diciembre de 1988. Tantas veces Jesús me ha dicho que yo seré acusada, perseguida, y escudriñada, que esto sólo confirma Sus Palabras. Estoy feliz de ser acusada y perseguida por Su Causa. Hija Mía, ora por aquellos que te acusan y levantan juicios contra ti. Ora para que abran su corazón. Ora por todas las almas que no reconocen las Señales Misericordiosas del Señor. Permanece junto a Mí. ¿Nosotros? Sí, Nosotros. |