27 al 29.04.1988
Estos días, Satanás está atacándome constantemente: susurrando en mi oído que nada saldrá de esta Revelación. Quiere que me olvide de todo el bien que ya ha hecho y está haciendo todavía. Me hizo perder el sentido de la realidad. Me quitó la confianza, alejándola de mí. Ha velado el amor que tengo por el Señor, para que este gran amor que tengo por Él aparezca como manchado. Me dio imágenes del mundo tan real como es y cuán falsa e irreal es la espiritualidad. Me dio agonías y turbó mis pensamientos, confundiéndome. El Señor me había advertido. Entre más progrese la Revelación, más serán los esfuerzos de Satanás para evitar que crezca. Yo sé que es Satanás, porque deja mi alma desconsolada y en desesperación. ¡Alabado sea el Señor! ¡Gloria a Dios! (San Miguel dijo: "Alabado sea el Señor", después de que oré su oración y la Santísima Virgen pronunció: "Gloria a Dios", después de que oré Su oración). Flor, ten fe en Mí. Ora, Vassula, ora, Vassula Mía, para que el mundo abra sus ojos y escuche con sus oídos. La Justicia triunfará. ¡Oh Creación pervertida! Hasta los pecados de Sodoma parecerán menos pervertidos, en comparación con los suyos. Sus pecados son grandes, ¡pero los suyos han traspasado la eternidad! Garabandal no será sepultada. ¡Las gracias de Garabandal revivirán! Jesús, oh, Jesús ¡Qué contenta estoy por estar de nuevo unida Contigo! Ven. Yo, Jesús, nunca te he abandonado. Acepta estas pruebas, pues todo está permitido por Mí. Vassula, Satanás te está persiguiendo. Por eso, no te duermas. El dormir te conduce a la tentación. Te conviertes en una presa más fácil para Satanás, si estás inconsciente. Así que estate alerta. Estate siempre pendiente. Cuando estás consciente, sientes Mi Presencia. Recuerda Mi Presencia. Jesús solía sacudirme para despertarme esos días en que estaba siendo atacada por Satanás. |