4.02.88 He recibido una carta de David y los recortes de un diario que me ha enviado. El artículo se refería a la desconfianza de la Iglesia y del público con respecto a las "revelaciones actuales". Ahora yo comprendo mejor por qué los sacerdotes no aceptan fácilmente esta Revelación. Hay muchas falsas revelaciones y muchos falsos profetas. Yo no puedo olvidar sin embargo, el escepticismo a propósito del Milagro de Fátima y hoy día respecto de Garabandal. Tal vez acepten Garabandal un poco más tarde. El escepticismo es demasiado fuerte. Padre yo tengo miedo... yo dudaba. - Dilo. - Temo que el Santo Padre rechace todo esto. ¿Porqué debería creerme? ¿por qué cualquier otro debería creerme? ¡Ojalá esto les hubiera sucedido a ellos! Sólo entonces... - Vassula, Yo te he dado Mi Pan y te he alimentado con los frutos de Mi Jardín. Yo te he alimentado con Mi propia Mano. ¡Ah! querida hija. ¿Quién te ha convertido? ¿No he sido Yo? ¿Quién te ha buscado y te ha encontrado muerta entre los muertos y se ha inclinado a ti para levantarte y resucitarte? ¿No he sido Yo? ¿Quién te ha conducido con piedad a Mi Casa para sanarte, cuidarte y devolverte la salud? ¿No he sido Yo? Quién te ha enseñado a diario Mis Caminos? ¿No he sido Yo? Y ahora, ¿quién convierte a Mis hijos? ¿No Soy Yo? Yo Soy tu Salvador 1 . Vassula, ahora tú formas parte de Mí. Sola, tú eres incapaz de sobrevivir, tú tienes necesidad de Mí. Como una rama no da fruto por sí misma, sino que debe estar unida al árbol, así eres tú Conmigo. Tu fruto viene de Mí. Mi Fruto alimenta a un gran número. Mi Fruto es tu testimonio. Los que dudan podrán juzgarte según tu fruto: un árbol sano produce buenos frutos. Cuando Mis hijos hambrientos gustan de Mi Fruto y vuelven a Mí, arrepintiéndose entre lágrimas, Yo Me siento feliz, ¡Me pongo tan feliz! Yo les saco de las garras del demonio. Vassula, sé paciente. Yo he dicho que Mi Palabra es como un arroyo, que se desliza. Luego el arroyo comienza a ensancharse y precipitarse como un río, y luego se desborda. Y Mi Palabra vendrá a ser como un vasto océano de Amor, inundando vuestros corazones de Amor, y el Amor estará entre vosotros como Amor. Yo te he advertido, Vassula, que tú serás rechazada por muchos. Aprende a aceptarlo. Yo Mismo he sido rechazado por un gran número, ¡y su obstinación Me ha hecho llorar! Jesús me hablaba como se habla a un niño, sonriendo, intentando persuadirme y hacerme comprender cómo El Mismo había tropezado con dificultades. - Ven, tú aprenderás. Yo te amo. Yo te sostendré. Yo convertiré, además, a muchos otros. ¿Nosotros? Siente Mi Presencia. Tú Me alegras cuando lo haces. - Sí, Señor, Yo te doy gracias por tu protección. 1 Jesús me recuerda todo de nuevo |