11.12.87 - Flor, no dudes nunca de que Soy Yo, Jesús, tu Salvador. Contempla y mira hacia atrás, para ver de dónde te saqué. 1. Te encontré en la miseria, ¡donde están todavía tantos hijos Míos! Ven, Vassula, ¿ves este Crucifijo? (Jesús se refería al crucifico de Jerusalén, hecho de madera de olivo. Estaba cerca de mi cuaderno ahora. Es el que tengo siempre en mi mano durante la noche). - Sí, Vassula Mía, cógelo ahora en tu mano, llévalo a Mis Labios; sí, levántalo. 2. - ¿Quieres besarlo tú también? 3. - Levántalo. Ahora Yo lo he bendecido. Puedes dejar a David que bese Mi Crucifijo también. Os quiero a todos, bienamados 1 Una visión rápida del pasado 2 Jesús lo besó con inmensa dulzura cuando se lo acerqué a Sus Divinos Labios 3 Lo hice |