28.09.87 -Vassula, ¿estás contenta de que te haya liberado? -Sí, Señor. Estoy contenta de estar Contigo. Estoy totalmente unida a Ti y contenta. -¿Me crees ahora que tengo lazos de Amor contigo? -Ahora lo creo, Señor. -Pequeña, bendíceme. -Te bendigo, Jesús. Te quiero y Te doy gracias. -Vassula, sabes que Yo he estado dando signos, y los continuaré dando, para haceros conocer Mi Nombre, de forma que el Amor que Yo os tengo a todos esté en vosotros y, de esta forma, pueda estar Yo en vosotros. Pero muchas de Mis almas sacerdotales Me han negado delante de los hombres. -¿Cómo, Señor? -Negando Mis signos Me han negado a Mí, su Dios. ¿Acaso no he dicho que el que Me niegue delante de los hombres será negado en presencia de Mis Ángeles? ¿No he dicho también que seguiré haciéndoles conocer Mi Nombre? Entonces, ¿por qué dudan de que Yo estoy entre vosotros, y de que es por Mi Misericordia por la que Yo os doy signos y milagros, que a duras penas son honrados? Porque, déjame decirte, hija, ¡ellos se han apoderado de la llave de la ciencia! Ni han entrado ellos mismos, ni han dejado entrar a otros que querían entrar. -Dios mío, pareces tan enfadado. -Vassula, ha llegado el tiempo de glorificarme. Estate alerta y cerca de Mí. Te quiero, pequeña. Sé uno Conmigo. -Sí, Señor. -¿Nosotros? -Sí, nosotros. -Ven. |