Dhaka, Bangladesh. 30.06.87 Acudí a toda prisa porque Jesús me estaba urgiendo a escribir. -¡Te he llamado! (He sentido y visto a Jesús feliz.) -Sí, soy Yo, ¡Me siento feliz! Ven, vamos a trabajar, voy a repetir Mis deseos; Vassula, no tengas miedo de mostrar Mis Obras. -Señor, me acuerdo ahora de nuestra buena amiga Marta, la impulsiva, estoy impaciente como ella, quiero que las cosas vayan rápido: mañana, hoy, ahora, si es posible ¡tener todos tus deseos cumplidos ya, las espinas arrancadas y arrojadas fuera, sacada la lanza de Tu Corazón ya, y todo lo que Tú desees! -Vassula no te precipites. (He sentido Su mano acariciando mi cabeza.) -Vuelve a escuchar Mis deseos, Yo quiero recordarles Mis Caminos, Yo quiero que dejen de arrojarse unos a otros dardos envenenados, Vassula ¿es que Yo fui un político? (Jesús me ha sorprendido con esta pregunta. Había un tono diferente en Su Voz.) -Bueno, esta vez hasta yo misma sé que Tú no fuiste un político. -Exacto, Yo no fui un político, Vassula, ¿quién dices que fui Yo? -¿Quieres decir mientras Tú estabas aquí encarnado, Señor? -Sí. -El Bienamado Hijo de Dios. -Sí, como ves hasta tú misma sabías que Yo no era un político. Vassula, vamos a ver ... (Jesús estaba pensando con el gesto habitual de Su Brazo cruzado bajo el Pecho y el otro con el Codo en la Cintura y el índice en la Mejilla.) -¿Has notado alguna vez, durante todo Mi Mensaje, algún indicio de maldad por Mi parte? -No, ninguno, Señor, nunca. -Bien. -¿Qué quieres con esto, Señor? -¿Cómo te has sentido, Vassula? (Jesús no ha hecho caso de mi pregunta anterior.) -Me he sentido mimada por Ti, Señor, amada hasta el extremo, abrazada, perdonada. -Continúa... -Me he sentido embriagada por Tu amor, llena de paz, es maravilloso, nunca me he sentido más feliz que cuando estoy Contigo, y con Tu Amor enseñándome de nuevo el camino. Enseñándome EL AMOR, la santidad, la humildad. -Sí, como ves Vassula no hay ninguna traza de convulsión política, ninguna. (Jesús hizo un gesto con la mano subrayando el "ninguna".) -Así es como soy Yo, Yo soy todo Amor y este es el modo como quisiera que fueran Mis verdaderos seguidores. Escúchame: Yo soy la Iglesia, jamás olvides esto. Ten Mi Paz, Vassula. -Te amo con locura, y Tú ahora lo sabes, Jesús. -Bienamada, Mi Corazón te arropará con Su Llama de Amor, permíteme conservarte en Mi Corazón. Pensé en la visión. -Los cinco rayos salen de Mis cinco Heridas. -¿Y el cirio sobre uno de los rayos? -Quiero introducir la luz. -¿En Tus Estaciones? -Sí. -Entonces sí que Te he visto. Sí, Yo llevaba Mi Corona de Espinas, ¿recuerdas? -Sí, pero ¿qué era la última escena? -Mi unción. -Y ¿por qué me empujaban hasta caer? -Deberías haber estado postrada. -¿Y el cáliz, Señor? -Es para purificaros a vosotros y para honrar Mi Santa Eucaristía. -Te doy gracias, Señor. Había comprendido que el Señor me había mostrado una escena del Cielo en la cual Él recibía una unción. -Vassula tengo la punta de la lanza penetrando profundamente en Mi Cuerpo, traspasando Mi Corazón. Siempre está allí. Quiero que se Me quite la lanza. Glorifica Mi Cuerpo estableciendo Paz, Unidad y Amor. -Querido Dios, es demasiado nebuloso para mí, no comprendo el significado de Tus Palabras. -Arranca las Espinas que han penetrado en Mi Cabeza, Vassula, ¿lo harás por Mí? Yo estaré siempre delante de ti. Cura Mi Cuerpo, aplaca su dolor. Mis cinco Llagas están del todo abiertas. ¿Ves? Ámame, adórname, embelléceme, recuérdales que los primeros cristianos Me amaban más que a su propia vida. -Señor, ¡más que hacer fotocopias y distribuirlas, yo no puedo hacer! -Tú harás mucho más, nunca olvides Quién te guía. -Sí, Señor, cuento Contigo. |