14.08.2001
a cada uno de nosotros, estudiándonos. ¿Quién de nosotros está dispuesto a ofrecer a nuestro Padre una guirnalda de virtudes? ¿Quién entre Tu población, mi Yahvé, está escalando Tu montaña santa? ¿Cuántos dicen la verdad desde el fondo de su corazón? ¿Quién está sin culpa? He sido ayudada, y aún recibo ayuda, pues mi alma, en su miseria, clama a Ti constantemente, pidiendo ayuda. Si apartaras de mí tan sólo un breve instante, Tu Santo Rostro, mi vida se reduciría y caería en la sombra de la Muerte. Tú eres mi Luz, mi Fiesta, la Divinidad que me mantiene viva. Permaneceré viva mientras continúes respirando en mí. En tu inefable benevolencia, Tú me has otorgado tantos favores... Me has concedido llamarte en cualquier momento para conversar contigo; un don difícil de creer para los demás. ¡Oh, Señor, ayúdame a aceptar todas sus acusaciones! La paz sea contigo. Pequeña flor Mía. ¿Por qué no Me he de sentir libre de hablarte? ¿O debo pedir ahora consejo a los hombres? (...) 1 Hay más que eso... Siéntete libre de llamarme cuando lo desees. Yo, Yahvé, te he concedido este don. ¡Soy libre de dar a quien quiera y tanto como quiera! Deléitame, hija, teniéndome en tu mente sin cesar. 2 Le he puesto en tu camino. Cada paso que des en Mi Nombre, lo bendigo. Cada sonido que pronuncie tu boca referente a Mí, lo bendigo. Mira, ten más confianza, he puesto Mis Palabras en tu boca. Así pues, ten buen ánimo. Continúa haciendo el bien. La bondad viene de Mí. Ven, continuaremos Mi obra a este nivel. 3 Permíteme emplearte durante algún tiempo más. Cada palabra viene de Mí. Te he elegido como Mi morada; así pues, que no se aflija tu corazón por los que te acusan. Yo, tu Creador, estoy contigo, de modo que siéntete feliz. Nunca olvides esto... Eres demasiado pequeña para comprender esto... Nunca dudes, ven. 1 Aquí le dije algo a Yahvé, mi Dios 2 En este momento recibí una imagen de cierto sacerdote que conozco 3 Nivel de instrucción |