1. La Anunciación (Lc 1,26-38 ; Mt 1,18-25) Que el mundo entero se arrodille ante Ella que lleva el Nombre Sagrado: Madre de Dios. En Su Vientre Inmaculado, Ella Me glorificó a Mí, al recibirme, el Cordero sin mancha, haciendo un santuario para el Santuario. Ven y canta una nueva canción en Su Honor. Que todos los que viven en la tierra veneren Su Inmaculado Corazón, el Altar en el que Yo fui concebido y donde también Me convertí en Hombre-Dios. [...] Aquel día en que fui concebido por el Espíritu Santo en Su Vientre virginal, todos los demonios se paralizaron, con terror [...] (25.3.96) Cuando Yo, Dios, descendí para ser concebido por el Espíritu Santo y nacer de la Virgen María, ¡Yo vine a Mi cielo! Descendí de un cielo al otro, dejé un trono para sentarme en el otro. (3.4.96) 2. La Visita de la Virgen María a su Prima Santa Isabel (Lc 1,39-55) [...] Hoy, como ayer, cuando el Amor Más Perfecto pasa por encima de la tierra, escoltada por Mis Ángeles, cuyos ojos nunca cesan de admirar a la Admirable, a la Más Santa de todas las Vírgenes, maravillándose de la Belleza de la Obra Maestra de Mi Padre, cuando Ella pasa sobre la tierra, Ella interviene amorosamente y responde a sus súplicas. [...] canta un nuevo himno al Himno de la Santísima Trinidad. Canta y di: "¡Hermanos! ¡Hermanas! Vengan y sean cubiertos por el Manto de Gracia en la Gracia. Vengan y sean cubiertos por la Luz de la Reina. Vengan, seamos eclipsados por la Única que fue cubierta por la sombra del Espíritu Santo. [...] Vengan a la Única, tan Bendita, que muestra Su Amor Maternal a Sus hijos enseñándoles el camino hacia el cielo. (25.3.96) 3. El Nacimiento de Jesús (Mt 2,1-12 ; Lc 2,1-20)
Hoy, Yo quiero mostrarte, en Mi gran Amor, el Corazón de Mi Madre. [...] Entonces, amigo Mío, entenderás lo que es la Virtud, y cómo en este Virtuoso Corazón Virginal, Yo, Dios, Me hice Hombre-Dios. Verás a la Madre de tu Salvador, Madre de los profetas, Madre de los discípulos, Madre de carismas, Madre de Triunfo, Madre de gracias ilimitadas, Madre de inigualable Redención... [...] al mismo tiempo, en el cielo, una gran multitud del ejército celestial, estaba alabando a Dios y cantando: "Gloria a Dios en lo más alto del cielo, y paz a los hombres que gozan de Su favor". (25.3.96) La Virgen de las vírgenes, la Santísima, por siempre ahora en el Cielo, Mi Madre, continúa siendo proclamada en el Cielo como: Mi Madre. (3.4.96) Que el mundo entero se arrodille ante Ella que lleva el Nombre Sagrado: Madre de Dios. (25.3.96)
¿Cómo puede negársele a este Corazón, que llevó a tu Rey, cualquier cosa que Me pida? [...] Levántate y alza tus ojos a esta radiante visión de Su Corazón, que tantos profetas quisieron ver en su tiempo, pero que no vieron. [...] ¿No has oído cómo las naciones vendrán a Su Luz y que los reyes vendrán a Su albeante resplandor, cuando al final Su Corazón triunfe junto con el Mío? Misterio para los ricos de corazón, pero para los pobres y los humildes una Bendición largamente esperada. Vengan a la Corredentora de su Redentor cuyo Corazón, ardiendo de Amor, fue ofrecido para ser traspasado, también, por ustedes. (25.3.96) 5. Jesús hallado en el Templo (Lc 2,40-51)
¿No han notado cómo Su Inmaculado Corazón está proclamando Mi Palabra a todos ustedes y preparando Mi Reino? ¿No han notado cómo el Corazón de su Madre Bendita está instruyendo a Sus hijos y formándolos Corazón-a-corazón para que todos estén preparados para Mi Reino? ¿No han notado cómo, desde Su Tesoro, Ella los está perfeccionando en Su Corazón para Mí? Yo le he dado a la Reina del Cielo y de la tierra, todas las joyas de la Sabiduría en Su Corazón, y de este tesoro, Ella da abundantemente Sus gracias para sacarlos del poder de la oscuridad y hacer de ustedes grandes santos y apóstoles, y grandes guerreros para unirse a Ella en esta gran batalla de sus tiempos. Con Su amor Maternal, la Reina del Cielo busca todas las vías para obtener su libertad, para que se ganen el Cielo. (3.4.96) |