Contenido: 1.
Orar
por España y la paz del mundo
2. Mensaje de Cuaresma de Jesús 3. Guía para una buena
Confesión
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1. Orar por España y la Paz del
Mundo
Toda la familia de la Verdadera Vida en Dios nos unimos en
oraciones por el pueblo de España, pidiendo al Espíritu Santo
les dé fortaleza, consuelo y resignación a todos aquellos que
perdieron a sus seres queridos y la pronta salud y
recuperación para todas las víctimas.
Reforcemos nuestros oraciones por la paz en el mundo. Como
nos dice Nuestra Señora en el Mensaje del 3 de noviembre de
1990:
…. Como una madre
que alimenta y consuela a sus pequeños hijos, así soy Yo al
alimentar sus almas y darles la Palabra de Dios. Como una
madre que consuela a sus hijos en los tiempos de aflicción,
también Yo Me inclino hacia ustedes para consolarlos. Yo estoy
cuidando su alma con Mis oraciones. El Señor no es lento
para cumplir sus promesas, sino que está esperando
pacientemente a que cada uno tenga la gracia para ver la Luz y
se convierta.
…El Príncipe de la Paz los exhorta
a orar por la paz y Yo, la Reina de la Paz, les pido que oren
por la paz.
Para leer este Mensaje completo, ir a: http://www.tlig.org/spmsg/spm569.html
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2. Mensaje de Cuaresma de Jesús
10 de
marzo de 1990
...Hija Mía
¿has comprendido plenamente Mi Pasión? Yo soy El que te ha
librado de la muerte. Fui perseguido por tu causa...
desfigurado por los golpes, escupido, despreciado, mofado y
burlado por tu salvación; flagelado sin piedad a causa de Mi
Gran Amor por ti. He llevado tus pecados sobre Mis Hombros sin
pronunciar queja alguna, "como cordero llevado al matadero,
como una oveja muda ante los trasquiladores, no abrí Mi Boca".
1 Y por
liberarte, bienamada, Me dejé traspasar por aquellos mismos a
quienes creé. Sí, ellos perforaron las Manos que los crearon,
y a través de Mis Llagas yo te he sanado... Por amor a ti,
soporté horas de sufrimientos para sacar tu alma del abismo.
Yo soy tu Santo, sin embargo les he permitido extenderme en la
Cruz hasta que Mis Huesos se dislocaron. Siente hoy Mi Agonía,
siente Mi sed por falta de amor, un amor que ningún raudal
podrá jamás apagar y ningún torrente podrá jamás ahogar. 
¿Te veré a ti que todavía
estás errante en el desierto? Vuelve a Mí, a reconciliarte
Conmigo, y vive santamente abandonando tus caminos.
Con dolor y lágrimas he visto a esta generación impía
alejarse, siguiendo el Vicio en vez de la Virtud; la Muerte en
vez de la Vida, porque esta generación ha confiado en la
mentira, concibiendo así el racionalismo que dio a luz al
ateísmo. ¿Por cuánto tiempo deberé permanecer abandonado y
solitario detrás de cada Tabernáculo, mientras corren por Mis
Mejillas Lágrimas de Sangre, dejando desgarrada cada fibra de
Mi Corazón? Mis Agonías de Getsemaní se repiten en Mi Alma,
hora tras hora; entra en Mis Llagas y comprenderás Mis
Agonías.
Yo había previsto desde el principio cómo, a
pesar de Mi Sacrificio, se levantarían clanes contra Mí y
dividirían Mi Cuerpo, dando pie a tantas nuevas doctrinas; y
que una vez que su sentido de lo que es cierto y falso
estuviera embotado por su discordia, perderían el sentido de
la fraternidad... y el gemido de Mis ovejas, desde entonces,
ha perforado Mis Oídos... y ahora, como un eco, Mi Clamor
desde la Cruz sale a diferentes naciones para llamarlos de
regreso y hacerlos uno. Así que, a quien Me pregunte: "¿Por
qué corren a torrentes estas Lágrimas de Sangre por Tus
Mejillas?", Yo le responderé: Éstas se derraman por ti, hijo
Mío, son Lágrimas causadas por los pecados y las impurezas. Y
si Me preguntan: "¿Y qué son estas marcas de Tu Cuerpo? ¿Por
qué están abiertas Tus Heridas de par en par?, les responderé:
"Estas Heridas, hijo Mío, Me las causan diariamente, sin
piedad, aquellos a quienes más amo, pero que ahora se han
vuelto contra Mí, dejando Mis Heridas abiertas de par en par.
Sin embargo ellos fueron los que una vez dijeron: "Nosotros
quisiéramos aprender Tus Caminos y seguirte". Intelectualmente, ellos están en la
oscuridad y hasta que no mueran a sí mismos, no serán
capaces de ver la Luz.
Hoy, nuevamente, en estos días
de Cuaresma, vengo a ti, hijo Mío pecador, justo o injusto, o
rechazado por la humanidad o zarandeado de un lado a otro, en
este mundo, vengo a pedir de ti, tu reconciliación. Ve
a reconciliarte con tu hermano, porque al reconciliarte con
él, te estás reconciliando Conmigo, tu Dios. Ofréceme tu paz
como Yo te ofrezco Mi Paz. Imítame y sé santo; sacrifícate y
ayuna para que puedas crecer en Mi Espíritu que es: Amor,
Santidad y Verdad.
Para leer este mensaje
completo:
http://www.tlig.org/spmsg/spm515.html
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3. Guía para
una Buena Confesión
La siguiente guía es utilizada en la Iglesia Ortodoxa,
como una ayuda para hacer una buena confesión. Gracias a
Georgia Klamson, de Nueva York, por compartirla con
nosotros.
DURANTE LA GRAN CUARESMA, y
los otros ayunos del Año Eclesiástico, es común que todos los
Cristianos Ortodoxos acudan a la Confesión con su
sacerdote.
Propiamente, esto debe ser
hecho varias veces al año, la frecuencia exacta depende de las
veces en que uno tenga la bendición de recibir los Sagrados
Misterios y de acuerdo con los consejos y bendición del
director espiritual de cada uno. Como una preparación para
esta Confesión Sacramental y para ayudar que a un examen de
conciencia antes de acudir a la Confesión, algunas veces se
distribuyen las siguientes preguntas en las Iglesias y aunque,
por supuesto, la lista no es exhaustiva, es de ayuda para
todos nosotros.
Pecados contra
Dios
¿Oras a Dios en la
mañana y en la noche? ¿Antes y después de los
alimentos?
Durante la
oración, ¿has permitido que tus pensamientos divaguen?
¿Te has
apresurado o has dicho de prisa tus oraciones? O ¿Cuando estás
en Misa?
¿Lees
diariamente las Escrituras? ¿Lees, regularmente, otros
escritos espirituales?
¿Has leído
libros cuyo contenido no es Cristiano Ortodoxo o incluso
anti-Ortodoxo o es dañino espiritualmente?
¿Has
pronunciado el Nombre de Dios sin reverencia, bromeando?
¿Le has pedido
ayuda a Dios antes de empezar cada actividad?
¿Has hecho la señal de la Cruz, descuidadamente,
irreflexivamente?
¿Has jurado?
¿Has murmurado contra Dios? ¿Has pecado olvidando a Dios?
¿Has sido
perezoso para asistir a la Iglesia?
¿Has
consagrado aunque sea parte de los días de fiesta,
particularmente los domingos y las Doce Grandes Fiestas a
Dios?
¿Has hecho tu mejor esfuerzo en asistir
a la Iglesia en esos días, para evitar pasarlos tan
“pecaminosamente” que otros días ordinarios?
Si estás imposibilitado para asistir a
la Iglesia por algún motivo, ¿has tratado, no obstante,
de dedicar alguna parte de esos días a la oración y a la
lectura espiritual?
¿Te has reunido en oración con personas
de otra fe o asistido a sus servicios religiosos?
¿Has ayunado?
¿Te has comportado irreverentemente en
la Iglesia, o ante el clero y los monjes?
¿Te has reído o hablado en la Iglesia, o
te has movido innecesariamente, y por lo tanto también has
distraído a otras personas de su oración?
¿Te has vestido modestamente y de una
manera adecuada cuando has asistido a la Iglesia?
¿Has tratado de prestar atención
reverente a las lecturas, los himnos y las oraciones en la
Iglesia?
¿Te has esforzado en orar durante la
liturgia, persignándote, etc., o más bien has estado
simplemente ahí, soñando despierto?
¿Te has preparado de antemano para los
servicios, buscando las lecturas de las Escrituras,
asegurándote que tienes los textos para seguir el servicio,
etc., especialmente si el servicio será en un idioma que tú,
sin esfuerzo, no comprendes?
¿Alguna vez te has salido de la Iglesia
después de recibir los Servicios Divinos, particularmente
después de recibir los Sagrados Misterios, e inmediatamente te
has ocupado de hablar de cualquier cosa, olvidando así las
bendiciones y gracias que has recibido?
¿Te has avergonzado de tu Fe o de la
señal de la Cruz frente a la presencia de otros?
¿Has hecho un espectáculo de tu
piedad?
¿Has usado tu Fe Ortodoxa o sus
enseñanzas simplemente, para intimidar a otros o para
despreciarlos?
¿La has usado como un escudo o excusa de
tus propias insuficiencias, más que para humillarte a ti
mismo?
¿Has creído en sueños, en adivinos, en
la astrología y en otras supersticiones?
¿Das las gracias al Señor por todas las
cosas?
¿Le has robado a Dios al no dar tu
diezmo?
¿Alguna vez has dudado de la providencia
de Dios en relación contigo?
¿Por lo menos tratas de percibir Su
Voluntad en todas las cosas que te
ocurren?
PECADOS CONTRA EL
PRÓJIMO
¿Respetas y obedeces a tus
padres?
¿Los has ofendido actuando groseramente
o contradiciéndolos?
(Estos dos aplican también a los
sacerdotes, a los superiores, maestros y ancianos)
¿Has insultado a alguien?
¿Te has disgustado o peleado con
alguien? ¿Le has pegado a alguien?
¿Eres siempre respetuoso con los
ancianos?
¿Te enojas alguna vez, tienes mal
carácter o eres irritable?
¿Has dicho groserías? ¿Usas lenguaje
obsceno?
¿Te has burlado de algún discapacitado,
pobre, anciano o de alguna manera desfavorecido?
¿Has albergado malos sentimientos,
rencor u odio contra alguien?
¿Has perdonado a aquellos que te han
ofendido?
¿Has pedido perdón a aquellos a quienes
tú has ofendido?
¿Estás en paz con todos?
¿Has dejado a los necesitados sin ayuda,
cuando los podías haber ayudado?
¿Has asistido a los enfermos o a los
ancianos cuando te han pedido su ayuda?
¿Has sido bondadoso y atento con todos,
recordando que Dios está esperando dicha actitud de ti? ¿Le
has pegado a los animales sin causa alguna o has sido cruel
con ellos o has sido negligente de aquellos a tu
cuidado?
¿Has robado algo?
¿Has tomado o usado las cosas de otras
personas sin preguntar?
¿Te has guardado dinero u otras cosas
que te prestaron, sin devolverlas?
¿Has derrochado el tiempo de tu patrón o
sus recursos? ¿Has tomado cosas de tu trabajo para tu propio
uso, usado el teléfono de tu oficina o cualquier otra cosa
para tus propios propósitos sin permiso o reembolso?
¿Eres obstinado y siempre tratas de
salirte con la tuya?
¿Has sido desconsiderado con los
sentimientos de otras personas?
¿Has tratado de vengarte de aquellos que
te han ofendido?
¿Has albergado rencor? ¿Has engañado a
las personas?
¿Has sido chismoso?
¿Has dicho falsedades?
¿Has juzgado y condenado a
otros?
¿Te has esforzado por reconciliarte con
todos, antes de acercarte a la
Confesión?
Pecados Contra ti
Mismo
¿Has sido orgulloso? ¿Presumes de tus
habilidades, de tus logros, de tu familia, de tus relaciones,
o de tus riquezas?
¿Te consideras a ti mismo digno ante
Dios?
¿Eres vanidoso, ambicioso? ¿Tratas de
ganarte la alabanza y la gloria?
¿Soportas fácilmente cuando eres
culpado, reñido, o tratado injustamente?
¿Piensas demasiado acerca de tu aspecto,
de tu apariencia exterior y de la impresión que das?
¿Has pecado en pensamiento, palabra u
obra, con una mirada, o de cualquier otra forma contra el
séptimo mandamiento? (Adulterio, fornicación, todas las
relaciones sexuales extra maritales, masturbación, participar
en actos sexuales anti-naturales, etc., fantaseando,
pornografía, etc.)
¿Has envidiado a alguien o algo? ¿Has
sido demasiado susceptible?
¿Has sido perezoso? ¿Has cumplido con
gusto tus obligaciones?
¿Has desperdiciado tu tiempo, tu energía
o tus capacidades en cosas que no son de provecho para tu
alma?
¿Te has vuelto obsesivo de alguna cosa?
¿Has estado desalentado o apático?
¿Has pensado en suicidarte?
¿Te has maldecido a ti o a otros, o
deseado un mal a otros, siendo impaciente?
¿Tienes debilidad por el alcohol? ¿Has
bebido demasiado o te has vuelto dependiente a la
bebida?
¿Has tomado drogas y otras sustancias
aparte de las medicinas necesarias? ¿Has fumado?
¿Has visto la televisión demasiado o
indiscriminadamente? ¿Te has entregado a cualquier otro
pasatiempo similar, el cual desperdicia tu tiempo y energía y
puede haberte dañado?
¿Has sido codicioso, ya sea en relación
a los alimentos o a las posesiones?
¿Te has consentido al comer para sentir
consuelo?
¿Has sido alguna vez melindroso con los
alimentos o los desperdicias, olvidando que tantas personas
carecen de alimentación adecuada? ¿Has sido desperdiciado?
¿Has sido despilfarrador?
¿Te preocupas y buscas primero la
salvación de tu alma, la vida espiritual y el Reino de Dios, o
has puesto en primer lugar las cosas terrenales?
¿Hay algún otro pecado que pesa en tu
conciencia o el cual tienes vergüenza de
decir?
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Quien sea que se prepare para la
Confesión debe pedir ayuda a Dios para tener la determinación
de decir todos sus pecados. Un penitente debe prepararse para
la Confesión y pensar en sus pecados, por lo menos un día
antes de la Confesión. La cosa más valiosa ante los Ojos de
Dios es la Confesión del pecado que pesa más en la
conciencia.
La lista de preguntas tiene la intención
de ayudar a los Cristianos Ortodoxos a examinarse a sí mismos
e identificar los síntomas de sus enfermedades espirituales.
No deben ser tomados como una clase de prueba para determinar
qué bien lo estamos haciendo, como si hubiera una especie de
“calificación”. Ante la Perfección de Dios, siempre
fallaremos. Es por esta razón que, como Cristianos creyentes,
nos arrojamos ante la Misericordia del Señor y no confiamos en
nuestra propia rectitud.
El poder ser capaces de hacer a un lado
el orgullo, el ego, y a menudo, la vergüenza, para acudir ante
el sacerdote, quien también es un pecador y admitir nuestros
pecados, es el primer paso para obtener la liberación de
ellos. En este misterio de la Iglesia, el Amor de Dios se
vuelve presente en nosotros, el cual nos va a guiar a nuestra
sanación. Por favor usen estas preguntas para dirigir las
verdades en nuestras vidas y antes de la Confesión, para que
nuestra salvación no se vea amenazada por nuestros pecados,
sino que regresemos a Dios.
Recuerden que nuestros pecados no pueden
nunca pesar más que el Amor de Dios por nosotros. Incluso si
parecemos haber fallado en todos los puntos mencionados arriba
y más. No debemos desanimarnos, sino que debemos confesar
nuestros pecados sin vergüenza, debemos arrepentirnos por el
mal que hemos hecho, debemos estar resueltos a hacer
reparaciones y recibir cualquier penitencia que nuestro
confesor sea inspirado para darnos. Sobre todo, debemos estar
seguros de la bendición de Dios que la Confesión trae sobre
nosotros.
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¡EL
AMOR TE
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