En este Boletín,
presentamos una breve introducción a los Iconos, de manera que
conozcamos los tesoros y riquezas de la Iglesia
Ortodoxa.
Recordemos las Palabras de
Jesús:
"Tomaré la vara en la cual grabé el
nombre de Pablo junto con todos aquellos que son fieles a él y
pondré la vara de Pedro y de sus leales como una. Haré una
vara de las dos y las sostendré como una. Las uniré con Mi
Nuevo Nombre. Ése será el puente entre el Oeste y el Este, Mi
Santo Nombre unirá el puente, para que puedan intercambiar sus posesiones a través
de este puente. Ya no practicarán solos, sino juntos, y Yo
reinaré sobre todos ellos." (24 de octubre de
1994)
El siguiente texto está
tomado del libro “Iniciación a la Lectura de los
Iconos”, escrito por José Antonio Marín Jiménez, Librería
Parroquial de Clavería, S.A. de C.V., México.
¿Qué es un Icono?
La palabra icono proviene
de la palabra griega eikôn, que significa imagen o
representación.
El Icono ocupa un lugar
importante en la espiritualidad Cristiana de Oriente, desde
los primeros siglos del Cristianismo. El Icono es “una imagen
pintada que representa a Cristo, a la Virgen María o a los
Santos, propuesta a la veneración de los fieles”.
Los Iconos se pintan sobre
madera, que es materia viva. Esta madera puede ser de ciprés,
de haya, de castaño o de acacia.
La imagen es grabada sobre
la madera y, posteriormente, se cubre con un fondo color
oscuro que se llama proplasma. Este color proplasma se obtiene
con polvos negros, rojos y ocre amarillo, dando como resultado
un color tierra.
Las pinturas se preparan a
partir de pigmentos naturales, en polvo, mezclados con yemas
de huevo.
Simbolismo de los
Colores
En la pintura de los
Iconos, los colores expresan una realidad teológica muy
importante. El simbolismo de los colores es definido de la
siguiente manera:
Ø
El oro u ocre
amarillo es símbolo de luz. Es brillante, inalterable,
refleja el Resplandor de Dios, en el que son bañados todos los
elegidos. También es símbolo de la Gloria de la Resurrección.
Algunas veces subraya el borde de los vestidos de Cristo y de
la Virgen.
Ø
El blanco es el reflejo
de la luz. Sus trazos luminosos subrayan los retratos para
significar iluminación interior. Es el color de Cristo en la
Transfiguración y en la Anástasis o Descenso de Cristo a los
infiernos. También es el color de los ángeles y de los
elegidos.
Ø
El azul marino o celeste
profundo resalta una participación divina, una transparencia
impalpable, el Cielo. El azul claro simboliza la sabiduría y
la realeza y algunas veces los trazos blancos de los
rostros.
Ø
El rojo es símbolo de la
Sangre de la Alianza y del fuego. Expresa el amor, el
sacrificio, la belleza, el poder bajo su aspecto humano. El
fuego del Espíritu Santo es anaranjado, tirando a oro.
El rojo claro es reflejo de la Gloria Celestial.
Ø
El verde simboliza la
vida vegetal, signo de vida y de renovación.
Representa la regeneración espiritual.
Ø
El pardo es el color de
la tierra. Es utilizado frecuentemente para las caras y las
partes visibles del cuerpo humano, sacado de la tierra y
destinado a volver a la tierra. En ocasiones, iluminado
por el amarillo, es símbolo de humildad.
Ø
El negro es la negación
de la luz, es símbolo de la nada.
El Iconógrafo
Iconógrafo significa
pintor “escritor” de Iconos. Se le llama “escritor de Iconos”,
porque su obra es una página escrita, no con palabras, pero sí
con colores, con símbolos e imágenes.
El iconógrafo no es
solamente un artista. Debe ser, ante todo, un hombre de fe, y
ha de unir a esta fe un cierto grado de contemplación. Antes
de disponerse a “escribir” el Icono, debe pasar algunos días
en oración-retiro, ya que el silencio interior es necesario
para profundizar en el Misterio de Dios. Debe de ser un hombre
de oración asidua y constante, y debe abstraerse de las
realidades de este mundo para introducirse en las realidades
del Misterio que ha de plasmar, posteriormente, al elaborar el
Icono.
Su experiencia de Dios la
transmite, la plasma en el Icono que realiza. Su fuente de
inspiración es, sobre todo, la Palabra de Dios. De ahí que
casi todos los Iconos representen escenas Bíblicas, Escenas y
Misterios que antes han debido ser contemplados y meditados
por el iconógrafo.
El Lector de
Iconos
Un Icono se debe
contemplar con los ojos de la fe como lo que real y
verdaderamente es: una revelación, una página de la Historia
de la Salvación, escrita con escritura distinta, pero
verdadera, y llena de sentido teológico-salvífico. Ésta debe
ser la postura de un creyente ante los Iconos.
A quien contempla un Icono
desde la fe se le llama “Lector” de Iconos, porque con los
ojos de la fe está leyendo una página del Misterio de la
Salvación, lectura que se hace a través de las expresiones, de
los símbolos, de los colores usados por el “escritor”. Con los
ojos de la fe interpreta y actualiza lo que la figura
representa.
Iconostasio
Se llama Iconostasio a la
mampara que en las Iglesias Orientales separa el Altar de la
nave, y donde se suelen colocar los Iconos más
venerados.
El Iconostasio está dotado
de tres puertas de acceso:
-
La Puerta del Centro,
llamada también Puerta Real o Puerta Santa, por la que
únicamente entra el Sacerdote. Suele estar ricamente
adornada y decorada.
-
Hay también dos puertas
laterales: la Puerta Norte, situada a la izquierda, por
donde entra el diácono, y la Puerta Sur, a la derecha, por
donde entran los demás ministros.
Las tres puertas hacen
relación al Cielo con su santidad y su misterio.
La disposición del
Iconostasio está sujeta a reglas estrictas: los Iconos se
superponen, simétricamente, según la jerarquía, el tamaño y el
número de ellos, en torno a una figura central: Cristo.
El primer Misterio
venerado en todo Iconostasio es el de la
Anunciación-Encarnación, porque es el principio de todo el
Misterio Salvador del Nuevo Testamento.
Lugar preferencial ocupan
el Pantocrátor (Jesucristo-Majestad-Salvador), a la derecha, y
la Theótocos (Virgen, Madre de Dios) a la izquierda.
Icono del Cristo
Pantocrátor
El Icono por excelencia,
es el Icono de Cristo.
Entre todos los Iconos de
Jesucristo el más difundido es el de Cristo Pantocrátor.
“Pantocrátor” significa
“El que todo lo contiene”. De ahí también las traducciones “el
Omnipotente”, “el Todopoderoso”. Con este nombre
confesamos que Cristo es el Verbo, por Quien todo ha sido
creado y ha venido a morar entre nosotros.
Él es el Hijo de Dios, la
Palabra Eterna que se ha hecho Carne. Cristo, con el Padre y
el Espíritu, es el Creador del mundo. Él es Dios, pero ha
querido hacerse hombre como nosotros. Es el gran Misterio de
la Encarnación: Dios y Hombre: Hombre y Dios.
v
El Icono del Pantocrátor
representa a Cristo de frente, con mirada solemne, vuelto al
infinito.
v
El perfil recto de la nariz, la
frente amplia y el mentón, confieren a la figura fortaleza y
severidad, mientras que la mirada lo revela como Juez
Misericordioso, como Salvador y Amante, solidario con el
hombre.
v
Destaca su cabellera abundante
que cae como en cascada sobre los hombros.
v
Cuello grueso, símbolo de la
posesión del Espíritu.
v
Mano izquierda que sostiene el
Libro de las Sagradas Escrituras. Algunas veces el Libro está
abierto y otras cerrado.
v
Mano derecha en actitud de
bendecir: dos Dedos alzados y separados del resto, símbolo de
la doble naturaleza de Cristo, Divina y Humana. Los otros tres
Dedos juntos, simbolizando las Tres Personas de la Santísima
Trinidad.
v
Túnica roja que expresa su
condición de Hijo de Dios, y manto blanco y azul que expresa
su condición humana.
v
Aureola cruciforme,
generalmente luminosa, con la inscripción de las letras
griegas: O arriba; W a la izquierda y N a
la derecha. Estas tres letras se relacionan con la revelación
del Nombre de Dios, en la Teofanía del Sinaí: Yo Soy el que
Soy.
v
Fuera de la aurolea, en la
parte superior izquierda y derecha, hay otras inscripciones:
IC (Jesús) y XC (Cristo), nombre y título de
Jesucristo.
v
Ojos ovalados, rasgados,
penetrantes, que siempre miran de frente.
v
Porte majestoso, hierático y
rostro sereno, serio.
En su conjunto, el Icono
del Pantocrátor revela la majestad y la soberanía de Quien ha
sido colocado a la derecha del Padre y rige y gobierna el
mundo.
El Icono del Pantocrátor
revela a Cristo como:
¨
La Imagen visible del Dios
invisible.
¨
El Primogénito de toda la
Creación.
¨
Con rostro y figura de
hombre.
¨
Palabra Eterna del
Padre.
¨
El Alfa y el
Omega.
¨
El Amén de Dios.
¨
El Señor.
¨
El Vencedor en su lucha
contra el pecado.
El Pantocrátor, en
definitiva, revela siempre la Misericordia de Dios que ha
venido a buscar y salvar lo que estaba perdido.
__________________________________________________________________________________