Espíritu Santo,
yo, humildemente, te pido el don de la SABIDURÍA.
Que mi vida gire
alrededor de cosas celestiales,
de todo lo que
es santo e imperecedero.
Sé mi Guía y mi
Director.
Guíame dentro de
la vida de la Adorable Trinidad.
Espíritu Santo,
yo, humildemente, te pido el don del ENTENDIMIENTO.
Guíame en los
Misterios de las Verdades Divinas,
protégeme del
racionalismo.
Ayúdame a
hablarte, no desde mi mente,
sino desde mi
corazón, con una fe como de niño.
Ayúdame a ser
atraído a las Cosas Sagradas reveladas por Dios.
Espíritu Santo,
yo, humildemente, te pido el don del BUEN CONSEJO.
A obedecer Tus
Mandamientos y a hacer el bien.
A pagar el mal
con amor, a desear la integridad,
la humildad, la
lealtad, la bondad.
A tener
reverencia ante la Presencia de Dios,
especialmente
ante Su Sacrificio Perpetuo.
A vivir una vida
santa, a tener sed de Dios,
a amar a Dios, a
mantener Sus Verdades.
Espíritu Santo,
yo, humildemente, te pido el don de la FORTALEZA.
Fortaleza para
vivir en la obediencia de la fe,
en rectitud,
gozo, amor y paz.
A no
desalentarme por la oposición del mundo.
Fortaleza para
llevar mis cruces,
para vencer los
obstáculos, para tolerar y perseverar.
Fortaleza para
vencer el pecado,
para confiar en
el Poder del Espíritu Santo,
para resistir
las tentaciones.
Espíritu Santo,
yo, humildemente, te pido el don de CIENCIA.
A poner la
voluntad de Dios primero, y no la mía.
A poder
reconocer las distorsiones que hagan
de la Palabra de
Dios y de las Sagradas Reglas de Dios.
Enséñame como
poseerte a Ti, mi Dios.
Enséñame cómo
acercarme a Ti,
siguiendo las
huellas de Tus ángeles.
A conocer a la
Santísima Trinidad y
a verme a mí
mismo en Tu Trinidad Santa, como un niño.
Espíritu Santo,
yo, humildemente, te pido el don de PIEDAD.
A encontrar gozo
en Tu Presencia,
a morir a mis
principios, mi parcialidad,
mi tibieza, mi
letargo y mis ambiciones.
A vivir sólo
para Ti, a poner mi voluntad en Tus Manos.
Espíritu Santo,
yo, humildemente, te pido el don del TEMOR DE DIOS.
A arrodillarme
en admiración ante Tu Presencia.
A temer el
desagradarte a Ti,
un Padre
Misericordioso y Tierno, lleno de perdón.
A detestar todo
lo que es malo y opuesto a Dios.
A reconocer a
Dios con reverencia, fidelidad, amor, y honor.
A tener
intimidad con Dios, sin olvidar nunca que Dios es Santo.
Gloria al Padre,
al Hijo y al Espíritu Santo.
Amén.