Enviado: Domingo, 5 de mayo de 2002
Asunto: Blasfemando
contra el Espíritu Santo
Recientemente, le fue mostrada a Vassula una carta de una mujer llamada
María que, una vez, creyó en los Mensajes, pero ahora piensa que no son
de Dios.
María citó un Mensaje: "ocultar Mi Voz es un pecado mortal..."
28 de septiembre de 2000 http://www.tlig.org/spmsg/spm1060.html
y, también, una carta de Vassula de fecha 10 de enero de 2002:
"...lo siguiente es un recordatorio para todos aquéllos que, sin temor
alguno, persiguen la llamada Misericordiosa de Dios, incluso llamándola
maligna, arrojando lodo sobre de ella, y que al hacer esto, están
blasfemando contra el Espíritu Santo, cometiendo el pecado
imperdonable".
María conlcuye:
"...las revelaciones privadas, y las apariciones, no son dogma de fe, y
los Católicos tienen el derecho de no creer en ellos..."
"...ya que el no creer en una revelación privada no es pecado, entonces,
de ninguna manera, se puede haber cometido un pecado MORTAL, poniendo en
peligro nuestra alma. Afirmar lo contrario, sería una contradicción a
las propias Palabras de Jesús en el Evangelio, base de las
recomendaciones de numerosos santos y las enseñanzas de la Iglesia".
En seguida, se encuentra la respuesta de Vassula, a estas objeciones:
Es un pecado mortal, si se llama maligna, a cualquier buena acción que
procede de la Misericordia de Dios, así como tratar de silenciar la Voz
de Dios, porque impide a las almas el conocer la Voluntad de Dios, y
ocasionará que muchas almas, que podrían haberse beneficiado de la obra
de Misericordia de Dios, y ser salvadas, perezcan. Cuando Dios da un
don, ya sea el don de la sanación, la palabra de conocimiento, el don de
profecía, o el que sea, siempre es para el beneficio de la Iglesia, y Él
otorga estos dones por Su Misericordia Infinita. Ahora, cuando uno no
cree, en absoluto, en los dones que Dios ha dado, estas personas,
automáticamente, disminuyen la Misericordia de Dios, en su corazón, no a
la persona que tiene el don, sino la Misericordia de Dios.
Se convierte en una blasfemia al Espíritu Santo CUANDO UNO JUZGA la
acción de Dios como maligna, y toma como su obligación, perseguirla,
calumniarla y condenarla, atribuyéndola a espíritus engañosos. Entonces,
estas personas están cometiendo una blasfemia, porque llaman maligno lo
que en realidad es una obra divina que viene del Espíritu Santo. Un
ejemplo está en las Escrituras, cuando uno de los milagros que hizo
Jesús fue llamado maligno, y que venía de Belcebú. ¿Qué dijo Él,
entonces?. María parece conocer las Escrituras, pero no entendió esta
parte, ni la relacionó con las obras Misericordiosas de Dios.
Santos como San Simeón, Santa Catalina de Siena, San Silouán y otros, lo
han confirmado. Con Santa Gertrudis, Jesús muestra, también, Su
Severidad, para con los que están listos a calumniar Su Obra Divina en
ella (en sus escritos). Jesús le había pedido que publicara Sus
Palabras, pero ella estaba indecisa por el temor a la calumnia y el
escepticismo de la gente. Entonces, el Señor le dijo: "En cuanto a esos
corazones tan llenos de maldad, que quieren calumniar Mis Dones, que sus
pecados pesen sobre sus cabezas, mientras que tú permaneces sin
culpa..." (Las Escrituras dicen que la Severidad de Dios es tan Grande
como Su Misericordia).
El Padre Eterno le dijo a Santa Catalina: "Por éstos, y por otros
pecados, los hombres caen en FALSO JUICIO, como te lo explicaré ahora.
Continuamente, se escandalizan de Mis Obras, que son todas Justas, y
todas realizadas en la Verdad, a través del Amor y de la Misericordia.
Con este falso juicio, y con el veneno de la envidia y el orgullo, las
Obras de Mi Hijo fueron difamadas e, injustamente, juzgadas, y con
mentiras, Sus enemigos dijeron: "Este hombre obra por virtud de
Belcebú". Estos hombres malvados, que se sostienen por amor propio,
impureza, orgullo, avaricia, y basados en la envidia, y en perversas e
impacientes irreflexiones, se escandalizan siempre de Mí y de Mis
servidores, a quienes juzgan que están fingidamente practicando las
virtudes, porque su corazón está podrido, y habiendo corrompido su
gusto, las cosas buenas les parecen malas, y las cosas malas, es decir,
el vivir desordenadamente, les parecen buenas".
Si uno no cree en la revelación privada o profética, y lo hace a un
lado, es otra cosa. No hace ningún JUICIO, así que no es pecado mortal;
pero se vuelve pecado mortal, si uno, a propósito, llama maligno, a lo
que es Santo y persigue la Obra Misericordiosa de Dios. San Pablo dijo
que estas personas son llamadas"Theomakhi", que quiere decir,
enemigos
de Dios. Si María cita las Escrituras, también debería aprender otras
cosas, y especialmente, lo que Nuestro Maestro dijo sobre el buen árbol
y el buen fruto.
He aquí lo que dijo San Simeón: "Hermanos y padres, como el más santo
oráculo del Salvador dice: "Cada pecado le será perdonado al hombre,
pero aquél que blasfeme contra el Espíritu Santo, no será perdonado, ya
sea en estos tiempos, o en los tiempos venideros". Averigüemos,
entonces, ¿qué es la blasfemia contra el Espíritu Santo?. La blasfemia
contra el Espíritu Santo es atribuirle Sus Obras al espíritu contrario,
como dice Basilio, el Grande. ¿Cómo hace uno esto?. Siempre que uno ve
milagros obrados por el Espíritu Santo, o cualquier otro Don Divino en
cualquiera de sus hermanos- esto es, remordimiento, o lágrimas, o
humildad, o Conocimiento Divino, o una Palabra de la Sabiduría de lo
Alto, o cualquier otra cosa que está conferida por el Espíritu Santo, en
aquéllos que aman a Dios- y dice que esto viene por engaño del demonio.
Pero, también blasfema contra el Espíritu Santo quien trabaja en ellos,
aquél que dice que aquéllos que, como hijos de Dios, son conducidos por
el Espíritu Divino, y cumplen los Mandamientos de Su Dios y Padre, están
siendo engañados por demonios. Esto es lo que los judíos dijeron en
contra del Hijo de Dios".
He aquí lo que dijo San Silouán, el Antonita: "Al 'no aceptar' (el don
dado por Nuestro Señor a alguien), el Cristiano se resguarda a si mismo
contra el peligro de considerar las maquinaciones demoníacas como
inspiración Divina, y por esto, "prestar atención a espíritus
seductores y doctrinas de los demonios", y rendir homenaje divino a los
demonios. Al "no rechazar" uno evita otro peligro, es decir, atribuir
la
acción divina a los demonios, cayendo en el pecado de la "blasfemia
contra el Espíritu Santo", como los fariseos que declararon que Cristo
"no arrojaba demonios, sino Belcebú, el príncipe de los demonios". El
segundo peligro es más terrible que el primero, ya que el alma se puede
acostumbrar a rechazar la Gracia, detestándola, y creciendo tan
acostumbrada a resistir a Dios que, así, ella se define a sí misma, en
el plano eterno, por lo que su pecado "no será perdonado,....ni en este
mundo, ni en el mundo venidero". Mientras que el alma que rápidamente
reconoce el haber actuado mal, a través del arrepentimiento, obtiene la
salvación, ya que ningún pecado es imperdonable, excepto el pecado del
que uno no se arrepiente".
He aquí lo que Jesús le dijo a María Valtorta, cuando las personas
decían "si esto es obra de Dios, Él se encargará de ella...." y le daban
la espalda a Su Obra. Jesús dijo: "Harían bien en meditar sobre la
página del Evangelio donde yo, el Maestro de maestros, Sabiduría,
Palabra y Verdad encarnados, dije que los pecados contra el Espíritu
Santo no serán perdonados. Y en verdad, esta es la obra del Espíritu de
Dios, del Amor, del Padre y del Hijo, del Espíritu que conoce toda
verdad, y viene a hablar de la verdad a las personas atrapadas en la
confusión de hoy en día".
Y finalmente, he aquí, del Profesor Niels Christian Hvidt, teólogo en la
Universidad Gregoriana en Roma, de su tésis publicada sobre la profecía.
Esto está tomado del capítulo "Profecía en la Iglesia Antigua".
"Los fieles son advertidos de tener cuidado de no juzgar a los profetas:
'No trates de juzgar a ningún profeta que habla bajo el Poder del
Espíritu. Porque cada pecado será perdonado, pero ESE pecado no será
perdonado. El didacta, firmemente, nos advierte que no juzguemos a
aquéllos que llevan todos los signos de haber sido enviados por el
Espíritu de Dios, ya que esto significaría blasfemar contra el Espíritu
Santo- el único pecado no perdonado (Mc 3,23). El que habla contra un
verdadero profeta se arriesga a cometer el pecado contra el Espíritu
Santo, ya que el verdadero profeta habla por el Poder del Espíritu".
Si tuviera más tiempo, encontraría más referencias sobre este tema, pero
por ahora esto servirá.
Si María está interesada, y está buscando la verdad, le recomiendo que
compre los libros de los santos y los lea. La tradición sigue las
Escrituras. El libro de Santa Catalina es acerca de su diálogo con el
Padre Eterno. Generalmente, yo nunca respondo a este tipo de críticas y
las dejo pasar, ya que no estoy aquí para tratar de convencer. La gente
puede escoger el creer o no, pero deben estar concientes de las Palabras
de Nuestro Señor: "No juzgues para que no seas juzgado...",
especialmente, cuando se trata de falso juicio.
Desafortunadamente, muchas personas creen que lo saben todo (como
Nuestra Señora dijo en Medjugorje), pero, en realidad, no saben nada.
También, se necesita un poco de humildad, en todo esto. María no debería
de creer que ella sabe más que todos los teólogos que leen la Verdadera
Vida en Dios, varias veces, para tomar pasajes de los Mensajes, y
escribir sus propios libros espirituales. Ella no debe creer que ha
descubierto algo que los teólogos pasaron por alto, o que no
entendieron. Esta es una tentación típica del maligno, y es el ponerse
por encima de los demás. Todos tenemos que aprender.
En Dios,
Vassula
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