Enviado: Martes, 12 de marzo de 2002

Asunto: ¡Se alegran y regocijan de alegría!

El presente mensaje se refiere a dos noticias que llegan desde Italia.

La agencia noticiosa Zenit, publicó un interesante reportaje, en el que
el Santo Padre habla sobre su sucesor.  Fuentes del Vaticano dijeron a
Zenit que, el pasado 12 de febrero, durante la visita del primer grupo
de obispos argentinos, uno de los obispos mencionó a un cardenal como un
sucesor "digno" del Papa. Juan Pablo II, sonriendo, respondió: "Mi
sucesor todavía no es cardenal".

La cadena BBC de Londres, publicó el 6 de marzo lo siguiente: "Miles de
creyentes han acudido a la ciudad de Messina, en Sicilia, después de que
una estatua del venerado Padre Pío, comenzara a derramar lágrimas, que
algunos piensan son de sangre. La policía tomó muestras del líquido que
mana de la estatua de bronce de 2 metros, para analizarlo."

El artículo mencionado se encuentra en inglés, en la siguiente página de
Internet. Ahí mismo, se pueden observar dos fotos de la estatua:

http://news.bbc.co.uk/hi/english/world/europe/newsid_1858000/1858430.stm

El Padre Pío, por supuesto, es mencionado en los Mensajes de la VVeD.
Ver:

http://www.tlig.org/spmsg/spm111.html
http://www.tlig.org/spmsg/spm161.html
http://www.tlig.org/spmsg/spm352.html
http://www.tlig.org/spmsg/spm413.html
http://www.tlig.org/spmsg/spm431.html
http://www.tlig.org/spmsg/spm462.html


A continuación se encuentra la catequesis semanal del Santo Padre, que
fue leída en nombre del Papa Juan Pablo II, ya que él estaba indispuesto
a causa de una dolorosa artritis en su rodilla. La catequesis habla
acerca del Salmo 64 (65).

"Nuestro viaje a través de los Salmos de la Liturgia de las Horas, nos
conduce hoy a un himno, el cual nos cautiva, especialmente, por la
fascinante escena primaveral de la última parte: una escena llena de
frescura, envuelta en llamas de colores, y repleta de voces llenas de
alegría.

En realidad, tiene una estructura más amplia, como resultado del
entrelazamiento de dos tonos diferentes: antes que nada, emerge el tema
histórico del perdón de los pecados, y la cercanía de Dios; luego, hay
una referencia al tema cósmico de la acción de Dios en la confrontación
de mares y montañas, y, finalmente, se desarrolla la descripción de la
primavera. En el caluroso y árido panorama del Cercano Oriente, la
lluvia fértil es la expresión de la Fidelidad del Señor hacia la
creación. Para la Biblia, la creación es el escenario de la humanidad, y
el pecado es un atentado contra el orden y la perfección del mundo. Por
lo tanto, la conversión y el perdón restauran la integridad y la armonía
del cosmos.

En la primera parte del Salmo, estamos en el interior del Templo de
Sión. El pueblo se reúne allí, con la acumulación de sus miserias
morales, para invocar la liberación del mal. Una vez que se obtiene la
absolución de las culpas, los fieles se sienten bienvenidos por Dios,
cerca de Él, listos para ser conducidos a Su Mesa y a participar en la
celebración de la Intimidad Divina.

El Señor, que se eleva en el Templo, está representado con un Perfil
Glorioso y Cósmico. De hecho, se dice que Él es: "la esperanza en todos
los confines de la tierra y de las islas lejanas. Tú que Te revistes de
Poder y que fijas las montañas con Tu Fuerza. Tú calmas el bramido de
los mares y el fragor de sus olas. Tú calmas el tumulto de los pueblos.
Tus Prodigios asombran por Tus Maravillas a los pueblos distantes del
este al oeste".

En el centro de esta celebración de Dios Creador, encontramos un hecho
que queremos enfatizar. El Señor, también, es capaz de dominar y
silenciar el tumulto de las aguas del mar, lo que en la Biblia es el
símbolo del caos, opuesto al orden de la creación. Esta es una forma de
exaltar la Victoria Divina, no solo sobre la nada, sino también, sobre
el mal. Por esta razón, "el bramido de los mares" y el "fragor de sus
olas", también son asociados con "el tumulto de los pueblos",
especialmente, la rebelión de los orgullosos.

San Agustín comenta esto, acertadamente: "El mar es la figura del mundo
presente: amargo por la sal, perturbado por las tempestades, donde los
hombres, con sus apetitos perversos y desordenados, pareciera que se
convierten en pescados que se devoran unos a otros, a voluntad. ¡Miren
este mar tempestuoso, este mar amargo, cruel con sus olas!. No nos
comportemos de esta forma, hermanos, porque el Señor es la Esperanza de
todos los confines de la tierra".

La conclusión sugerida por este Salmo es sencilla: Dios, Quien pone fin
al caos y al mal del mundo y de la historia, puede derrotar y perdonar
la malicia y el pecado que el hombre de oración lleva dentro y que
presenta en el Templo, con la certeza de la purificación Divina.

En este punto, otras aguas entran a escena: aquellas de la vida y la
fertilidad, que en primavera, irrigan la tierra e, idealmente,
representan la nueva vida de los fieles perdonados. Como decía, los
últimos versículos del Salmo son de gran belleza y significado. Dios
calma la sed de la tierra, resquebrajada por la aridez y el hielo del
invierno, dándole lluvia. El Señor es como un campesino que prepara la
tierra y hace que el grano crezca y el pasto germine con Su labor. Él
prepara la tierra, irriga sus surcos, nivela los suelos, riega cada
parte de Su campo.

El Salmista utiliza 10 verbos para describir este amoroso acto del
Creador sobre la tierra, que es transformada en una especie de criatura
viviente. Verdaderamente, "ellos alaban y cantan de alegría". Los tres
verbos ligados al símbolo del vestido son también motivo de análisis:
"las colinas se revisten de alegría. Las praderas se visten de rebaños,
los valles se cubren de trigales". La imagen es la de una pradera
punteada con el candor de las ovejas, las colinas se rodean quizás con
viñas, señal de regocijo de su producto, el vino, "para alegrar nuestros
corazones"; los valles se colocan el manto dorado de la cosecha. El
versículo 12, también, evoca la corona, que tal vez nos motiva a pensar
en las guirnaldas de los banquetes festivos, colocados sobre las cabezas
de los invitados.

Todas las criaturas juntas, casi como en una procesión, se vuelven hacia
Su Creador y Soberano, bailando y cantando, alabando y orando. Una vez
más, la naturaleza se convierte en una señal elocuente de la Acción
Divina. Es una página que está abierta a todos, lista para manifestar el
mensaje trazado por el Creador, porque "por la grandeza y belleza de las
cosas creadas, Su Autor Original es visto, por analogía". La
contemplación Teológica y el abandono poético emergen en esta lírica, y
se tornan en adoración y alabanza.

Sin embargo, el encuentro más intenso, que el Salmista anhela durante
todo su canto, es aquélla que une la creación con la redención. Así como
la tierra revive en primavera por la acción del Creador, así el hombre
resucita de su pecado por la acción del Redentor. La creación y la
historia se encuentran bajo la Mirada Providente y Salvífica del Señor,
que conquista las aguas rugientes y destructivas y da agua que purifica,
fertiliza y sacia la sed. Verdaderamente, el Señor "sana los corazones
rotos y venda sus heridas", pero, también, "cubre los Cielos con nubes,
provee lluvia para la tierra, hace que el pasto brote en las montañas".

Así, el Salmo se convierte en un canto a la Gracia Divina. Comentando
acerca de nuestro Salmo, San Agustín, nuevamente, nos recuerda este don
trascendente y único: "¡El Señor Dios te dice en tu corazón: Yo Soy tu
Riqueza. ¡No vayas tras lo que te ofrece el mundo, sino tras lo que el
Creador del mundo promete!. Presta atención a aquello que Dios te
promete, si tú buscas la justicia, y desdeña lo que te es prometido por
el hombre, para alejarte de la justicia. Por esto, no vayas tras lo que
el mundo te promete. Más bien, considera aquello que el Creador del
mundo promete".




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