Suzy y Avo Vardanian envían este testimonio desde Australia. Para obtener
fotos de las estatuas que lloran, en su casa, contacten a Avo en: avovar@bigpond.com
Mi nombre es Doris y soy francesa. Hace dos años y medio,
llegué a Australia. Tenía casi 33 años de edad y había prestado mis servicios en
la Armada Francesa durante doce años. Decidí tomar un descanso de mi
trabajo, para aprender inglés, pero también para descansar. Mi plan era viajar
al extranjero, para luego regresar a Francia, después de un año, y solicitar un
empleo en las Naciones Unidas o en la Unión
Europea.
Australia me atrajo y especialmente, Queensland, ya que
yo quería continuar buceando. Como Dios tiene el primer lugar en mi vida, Le
pedí que me condujera hacia Su gente en Australia. Él me respondió,
especialmente, a través de los Mensajes de la Verdadera Vida en Dios. Él me
mantuvo tan ocupada con Sus asuntos, que ni siquiera pude bucear una sola vez.
Mi ‘primera
conversión’
A la edad de 20 años, contraje una enfermedad del sistema
inmunológico que me hizo darme cuenta que, sí, incluso a los 20 años, mi vida
podía terminar pronto. Luego comprendí cuán egoísta era, ya que todos tenemos
que morir algún día. Estaba haciendo una tormenta por el hecho de que me estaba
sucediendo a mí. En ese momento, se volvió muy importante saber, ¿qué pasaría
después de la muerte? No podía creer que mi vida terminaría simplemente ahí.
Tenía que encontrar la verdad. No mucho tiempo después de esto, mientras estaba
acostada en mi cama, fui iluminada de que no estaba perdida y abandonada aquí en
la tierra y aunque fuera a morir, no había necesidad de tener miedo, porque
Aquel que me creó estaba ahí y estaba esperándome.
Aunque fui bautizada como Católica Romana, en casa no
practicábamos nuestra fe, aunque siempre asistí a la Iglesia. Ahora, había
llegado la hora de que yo creciera en el entendimiento de mi fe. Mientras
trabajaba en París, había empezado a pasar muchos días y muchas horas en
Iglesias y Catedrales Católicas. Lo que más necesitaba era estar en la Casa de
Dios, estar con Dios y absorber Su Paz. Yo necesitaba Sus Palabras y Su Amor que
era la única manera de obtener descanso.
Un día, mirando un gran Crucifijo en una Iglesia, Jesús
crucificado me dio la Gracia de encontrarlo en Su Corazón. Pensé que Dios Mismo
había sufrido tanto para mostrarnos lo que es el Amor. ¡Yo creí en Él! Era la
primera vez que yo estaba experimentando una profunda alegría en el sufrimiento.
Yo dije que Te seguiría y aceptaría cualquier cosa que sucediera, porque Tú eres
la Verdad. Yo me sentía segura con Él. Llegué a comprender que mi enfermedad era
en realidad una bendición (cinco años después fui
curada).
¡Entonces, empezaron las luchas, cuando tuve que
enfrentar la realidad de que creer en Jesús no era suficiente, para tener paz
entre los hombres, e incluso entre los Cristianos! ¿Dónde estaba la verdad? ¿A cuál Iglesia
acudir? ¡Un Dios, el Creador, una fe y no un pueblo! ¡Qué decepción! Por
la Gracia de Dios, mi corazón se enamoró de los escritos del Papa. Yo,
simplemente lo amaba e incluso si no entendía todo, mi espíritu estaba en paz
con sus enseñanzas. Sin embargo, todavía tenía cierta dificultad en aceptar
totalmente a la Iglesia, ya que no podía aceptar que los creyentes del Mismo
Dios, pudieran estar divididos. Mi corazón no quería esa división y estaba
pidiendo que toda la humanidad fuera una familia, sin ninguna diferencia entre
nosotros. No sabía y no entendía por qué era así. Faltaba la Unidad. ¿Acaso no
procedemos todos del Mismo Creador?
Mi primer contacto con el Creador de todo,
como una niña
En mi niñez, yo buscaba entre mis padres, mis parientes y
maestros, a alguien que supiera la verdad. Obtuve la Gracia de saber, en mi
corazón, que el Papa era para mí, el único en la tierra, quien tenía dentro de
sí, la única verdad existente. Eso sucedió cuando lo vi en la televisión dando
su bendición Urbi et Orbi. Nadie sabía acerca de esto, pero yo estaba en
completa paz, y de ahí en adelante, pensé que de seguro no estábamos abandonados
o perdidos aquí en la tierra, e incluso, si yo no entendía todo, creí en el
Poder Invisible de Dios y que todas las enseñanzas venían de Él. Crecí en
Alsacia, un pequeño pueblo en las afueras de Francia, y pasaba fuera de mi casa
la mayoría del tiempo.
Solía caminar en el bosque, buscando hongos, recogiendo
diferentes flores y hierbas y observando a los animales y a los insectos. Ayudaba a mis padres y vecinos con el
jardín, las flores, verduras o
frutas y con todo aquello que se me pedía. Acostumbraba a pasar mucho tiempo con
los ancianos y disfrutaba escucharlos cuando hablaban de sus vidas. Me gustaba
asistir a la escuela. Disfrutaba todo acerca de la naturaleza y estaba asombrada
por su belleza y perfección, hasta en las cosas más pequeñas. Ya, ahí, Dios me
estaba llevando más cerca de Él. Admiraba la creación y me enamoré de Aquel que
hizo todas las cosas. Él era mi descanso y mi
consuelo.
Mi primer contacto con la gente de Dios, en
Australia
En marzo de 2001, llegué a la Costa Dorada, en Robina,
para tomar un curso para aprender inglés. Tan pronto como fue posible fui a la
Casa de mi Padre, a la Iglesia del Sagrado Corazón, en las Islas Clear Waters.
Le agradecí por haber llegado con bien y Le pedí Su ayuda, ya que no podía
entender bien el inglés y necesitaba escuchar Sus Palabras durante la Misa.
Aunque tenía mi Biblia en francés, decidí comprar una Biblia en inglés en una
tiendita de la Iglesia.
Fue ahí cuando Marianne se acercó a mí. Ella me había
visto tratando de explicarle a la mujer de la tienda, acerca de la Biblia que
quería comprar. Marianne dijo que ella me traería la que yo estaba buscando. Al
mismo tiempo, le dije que yo estaba buscando alojamiento. Ella me invitó a su
casa. Fui ahí y decidí quedarme a vivir en su casa.
Le dije a Dios: “Me pongo en Tus Manos, por favor
cuídame”. Un poco después, una tarde, después de Misa, mientras iba a casa,
Marianne me dijo que se iba a reunir con unos amigos y que yo estaría entre
personas de Dios. Sentí el cuidado de Marianne hacia mí, como una madre quería que no
tuviera miedo. También me platicó acerca de Vassula Rydén, una mujer que recibía
Mensajes de Jesús, los Mensajes de la “Verdadera Vida en Dios”. Pensé y Le dije
al Jesús que yo conocía: “Oh no, por favor, eso no. ¿Dónde
estoy?”
Cuando Marianne dijo eso, yo me quedé confundida; no
sabía acerca de quién estaba hablando. El Jesús que yo conocía no daba Mensajes.
De repente, era como si fuera la primera vez que escuchaba Su
Nombre.
También habló de sus amigos Suzy y Avo, quienes son
Ortodoxos Armenios y distribuyen los libros de Vassula. ¡Más aún, esa pareja
tiene una estatua de Nuestra Señora de Lourdes en su casa que llora y despide un
olor a perfume! Marianne dijo que iríamos a su casa. Marianne estaba muy
contenta y dijo que Vassula, precisamente, había hecho un viaje a Australia, de
hecho, apenas el mes anterior. Ella me dijo que bueno era leer los Mensajes. Le
dije a Marianne que, de cualquier forma, yo no podía leer los libros, porque era
demasiado difícil a causa de mi poco inglés. Tenía una buena
excusa.
Marianne siempre me quiso tal como soy. Ella me dio los libros de la VVeD
y las oraciones, pero nunca me insistió en que los leyera o hiciera las
oraciones. Ella me ayudó con el idioma inglés. Leíamos juntas la Biblia y
lentamente, vi de verdad el Amor de Dios, a través de ella. En el fondo de mi
corazón no era que no quisiera leer los Mensajes de la VVeD, ya que yo amaba a
Dios, pero tenía miedo de equivocarme de camino. Así que ahora, verdaderamente,
tenía que aprender inglés para poder averiguar acerca de estos Mensajes. Con la
ayuda de un diccionario, leí lo que el Papa y los sacerdotes Católicos pensaban
acerca de ellos, al igual que los Protestantes y los Ortodoxos. El sitio de
Internet www.tlig.org me dio una gran cantidad de información
para ayudarme a discernir y especialmente, para ver cuánto se habían difundido
los Mensajes.
Leí muchos testimonios. De hecho, supe lo que los
Mensajes habían obrado en otros. Han
habido muchas conversiones. Visité la casa de Suzy y de Avo, vi la
estatua de la que Marianne me había hablado y olí el perfume de rosas que emana
de la estatua. Pasé la Pascua
con ellos. Aprendí a rezar el Rosario. Lo que más me gustó fue que ellos
eran Ortodoxos y no hacían ninguna diferencia con los Católicos. Combatí, luché
contra todo lo que estaba sucediendo y oré a mi Padre, ya sea para que me
mantuviera ahí y me ayudara si esto venía de Él, o que me alejara
rápidamente.
Tiempo de discernimiento y mi resistencia ante
los Mensajes de la VVeD
El período de marzo a agosto de 2001 fue un tiempo de
discernimiento. Yo era muy lenta para discernir. Entonces, una mañana mientras
estaba caminando en la playa y leyendo de nuevo unos extractos del pequeño
cuaderno de la VVeD “Un Divino Llamado Nupcial”, ¡de repente, recibí la Gracia
de reconocer que venía de Dios Todopoderoso!… ¡y que yo no creía!.... y que no
reconocía a Aquel a quien yo afirmaba amar.
El curso de inglés había terminado. No sabía que iba a
hacer después. Decidí regresar a Francia a trabajar, pero antes de eso, viajaría
alrededor de Australia, hasta diciembre. Partí de la Costa Dorada y viajé al
Norte. Fue en Cairns, una tarde mientras me bañaba, que sentí una protuberancia
en mi seno. Pensé, bueno Doris, no entendiste la primera vez, ahora, he aquí
otra ocasión para que te des cuenta que tu vida no te pertenece. Eso me hizo
regresar a la casa de Marianne en la Costa Dorada. Me tenía que hacer exámenes
de laboratorio. Al mismo tiempo, hubo una Misa de sanación en la Iglesia del
Sagrado Corazón. Antes de ir ahí, estuve orando y llorando ante la estatua de
Nuestra Madre Bendita en casa de Suzy, diciéndole a la Virgen, que se hiciera la
Voluntad de Dios. Dentro mi corazón supe que mi oración había sido escuchada.
Durante la Misa, me entregué de nuevo y dije que no tomaría ninguna decisión
para ir aquí o allá, nunca más, sino que haría lo que Dios tuviera preparado
para mí desde toda la eternidad. Que yo deseaba que Él viera por
mí.
Dios no desperdició ni un momento y al final de la Misa,
Él empezó a darme Sus Gracias. Había llegado el momento de mi más profunda
purificación. Él me mostró cuán Poderoso es y qué Él es la Luz Pura. Él me llevó
hacia Su Corazón. Me mostró cuánto sabía Él de mí y que sólo estando unida a Él
sería posible para mí el vivir mi vida aquí en la tierra, y después en Su
Gloria. (Mientras tanto, la protuberancia en mi pecho, gradualmente, se había
ido reduciendo y ahora, ha desaparecido,
completamente).
Aprendiendo a entregarte a Él para poder recibir
Su Ayuda
Luego, empecé a decir un “sí” tras otro. Acepté todas las
invitaciones que recibí a través de las personas que Él puso en mi camino. Viajé
desde la Costa Dorada hasta Sydney, Melbourne, a diferentes lugares en Victoria
y Nueva Zelanda, luego de regreso a la Costa Dorada, luego a diferentes lugares
en Australia del Oeste. No conocía a nadie en ninguno de todos estos lugares,
pero de alguna manera, todo fue arreglado. Eso duró, desde septiembre de 2001 a
diciembre de 2002.
Primero, Dios me enseñó cuán pecadora, enferma, impotente
y temerosa era yo. Me entregué a Él y Le pedí desde el fondo de mi corazón que
me ayudara. Le pedí a la Madre de mi Dios que me ayudara, porque yo La amaba y
no conocía a nadie más que me pudiera entender. En ese entonces, apenas estaba
sobreviviendo, más que viviendo. Mi único descanso eran las oraciones, Misas,
lectura de la Biblia y extractos de los Mensajes de la Verdadera Vida en Dios.
Empecé a experimentar el Poder de Sus Palabras Amorosas y Sanadoras al leer de
los extractos de los Mensajes de la VVeD. Sentí que era importante que yo leyera
los Mensajes empezando con el Volumen 1. Me di cuenta que la tormenta en la que
yo me encontraba era un gran gracia y supe que Él me sacaría de ella. Cuando
leía los extractos, no podía dejar de leerlos.
Yo estaba recibiendo Su Himno de Amor, que estaba
restaurando mi espíritu después de haber estado tan inquieto. Fue entonces que
empecé a leer los Mensajes desde el principio.
Así que me llevó seis meses para discernir y seis meses
en la tormenta, antes de que yo me comprometiera a
leerlos.
El crecimiento espiritual en la comprensión de
Quién es Dios y quién soy yo
Me tomó casi un año leer todos los volúmenes. Durante ese
periodo, sentí como si estuviera en un hospital, pero en un verdadero hospital.
El hospital, el cual es el Corazón de nuestro Dios. Con gran Amor y Bondad, me
llevó de regreso al tiempo en que Él me creó, mostrándome las diferentes etapas
de mi vida, sumergiéndome en Su Amor. Jesús me reconcilió con Su Iglesia
compartiendo conmigo, en Sus Mensajes, cuánto sufre por nuestras
divisiones.
Su Cuerpo está en agonía por nuestros pecados. Los
Mensajes de la VVeD me hicieron comprender, de una manera más profunda, que Él
es el Único Bueno y que ningún hombre es bueno. Que todos debemos inclinarnos
ante Él y que sólo entonces, estaremos verdaderamente en unidad y reconciliados.
En los Mensajes, Jesús dice que la unidad vendrá con amor y humildad. Ésa es la
clave. Su Iglesia debe ser reconstruida, primero, en cada
corazón.
Cuando Jesús estaba muriendo en la Cruz, Él oró a Su
Padre para que nos perdonara, porque no sabíamos lo que estábamos haciendo. Por
supuesto que si supiéramos, no actuaríamos como lo hacemos. Necesitamos ser
enseñados de nuevo. Los Mensajes de la VVeD son como una escuela donde todos
nosotros somos llamados a aprender a vivir, para lo que hemos sido creados. Son
un pan de entendimiento.
Dios me condujo de una nueva manera hacia Él, Presente en
el Bendito Sacramento, para permitirme ser amada por el Amor. Entonces,
comprendí que Él había estado haciendo esto desde que yo era una niña, ya que
había sido siempre difícil que yo pasara por una Iglesia y que tratara de
resistir a no entrar en ella, aunque fuera por un momento. Un misterio que yo no
había comprendido.
Por Su Amor y Misericordia, Él me dio Gracias
especiales
Al final de diciembre de 2002 regresé a Queensland. Yo
estaba en la etapa de orar por la restauración de mi familia que es muy querida
por mí. Estuve luchando mucho en esa área. Entonces, regresé a vivir con
Marianne y una tarde, recibí por primera vez la gracia de tener mi recámara
llena de perfume de rosas. Mi corazón estaba lleno de agradecimiento a mi Madre
Celestial por estar tan cerca de mí, una hija tan indigna. No podía entenderlo,
pero recibí este regalo con lágrimas. Sabía que esto ocurría, pero jamás me
hubiera imaginado que me hubiera ocurrido a mí. Pensé que esto nunca más
volvería a pasar. Unos días después, de nuevo, en la noche, después de haber
estado orando, cuando ya me iba a la cama, me sentí atraída a oler mi almohada,
algo que yo nunca había hecho antes.
Mi almohada olía exactamente como una gran rosa, así de
fuerte era el perfume. Llamé a Marianne, aunque mi primera reacción fue la de
guardármelo sólo para mí. Esa
noche, realmente no dormí; tenía el perfume alrededor de mi cara, toda la noche.
El perfume permaneció la noche entera y algunos días después, tanto en la noche,
como en el día. Comprendí que Mi Madre Celestial me estaba consolando de una
manera muy poderosa, ya que yo estaba pasando una época muy difícil. En febrero de 2003, nuevamente, mi cama
tenía olor a rosas, durante algunos días y noches. Más adelante, el perfume a
rosas continuaba de nuevo, ya sea a mi alrededor, o en imágenes o Rosarios. Esa
experiencia ocurría incluso en lugares públicos. Sabía que, realmente yo no estaba caminando
sola.
Hace algunas semanas (julio 2003), cuando regresé de
Australia del Oeste, después de haber estado fuera de la Costa Dorada, durante
cuatro meses, me encontré con otra sorpresa en la casa de Suzy y Avo: la estatua
del Sagrado Corazón de Jesús que estaba junto a la estatua de Su Mamá, en el
pequeño altar en su sala. La estatua de Jesús emana aceite de la Llaga de la
Mano Derecha y del Pie Izquierdo y despide un perfume
celestial.
El número de miembros del grupo de oración de la
Verdadera Vida en Dios que conocí, cuando por primera vez llegué a casa de Suzy
y Avo, en marzo de 2001, eran quizás alrededor de 15 personas. Hoy, ellos tienen
dos reuniones de oración cada mes, con una asistencia de cincuenta a setenta
personas. Primero, empiezan con el Santo Rosario y algunas veces recitan en
diferentes idiomas porque hay veinte diferentes nacionalidades en las reuniones
de oración. Luego, leen un Mensaje de Nuestra Santa Madre de los Mensajes de la
VVeD. Algunas veces, hay celebración de la Santa Misa o continúan con oraciones
de intercesión, una lectura de la Biblia y una lectura de Jesús de los Mensajes
de la VVeD. Luego, Avo da una plática de las Escrituras y de los Mensajes de la
VVeD. Terminan la reunión de oración con himnos, oraciones al Espíritu Santo
para la sanación y la paz del mundo. Luego, todos nos dedicamos a conocernos,
los unos a los otros, y platicamos, mientras tomamos té, café y emparedados.
Muchas personas traen alimentos a las reuniones de
oración.
El perfume de rosas y los Mensajes de la
VVeD
Hace poco tiempo, mientras leía los Mensajes de la VVeD,
me encontré con el Mensaje del 26 de septiembre de
1988.
Vassula: ¿Dios mío?
Jesús: Yo soy. Vassula Mía, trátame como un Rey.
Conduce a todas las almas a Mí. Aquellas que quieran escuchar, las levantaré y
las colocaré en Mi Sagrado Corazón.
María:
Bienamada
Vassula: Sí, ¿Santa
Madre?
María: Sí, escúchame. Mi perfume, lo propago
entre ustedes.
(Muchos de aquellos que siguen esta revelación, han olido
incienso y rosas)
Dénse cuenta de que Nuestra Presencia está entre
ustedes, escuchando sus corazones. ¡Cuánto los amamos! Hijos, Yo soy Su Madre.
Permitan a Mi Hijo que los conduzca y los sane, purificándolos. Déjense ser
sanados por Jesús. Reciban esta Gracia que Mi Hijo les está ofreciendo.
Comprendan por qué Él busca cada alma. ¡Jesús los ama infinitamente! Yo, la
Madre de toda la humanidad, la Madre de su Salvador estoy cerca de ustedes,
hijos y siempre atenta a ayudarlos. ¡Vengan! Abran sus corazones a Nosotros.
Nosotros Somos su Sagrada Familia. Reciban Nuestra Paz. Jesús y Yo los
bendecimos a todos.
Vassula: Yo te bendigo Santa Madre, Madre de
Dios.
Acción de gracias a mi Dios y a Sus
hijos
Yo le agradezco a nuestra Santa Madre por ser una de
aquellas quienes han olido el perfume. María es una verdadera Madre dada a
nosotros por Jesús Mismo. Como yo tengo a mi Padre en el Cielo, María se ha
convertido, de una manera más íntima, en mi Madre Celestial, a quien yo necesito
para que me conduzca hacia mi Salvador. Ella me enseña cómo vivir y cómo amar.
¡Como hija, yo la admiro porque Ella fue el único ser humano que había aceptado
toda la verdad en Ella, y todo lo que hizo fue por un acto puro de fe! La
Anunciación tiene un lugar muy especial en mi
corazón.
Durante estos dos años y medio, Dios no me permitió vivir
por mí misma, sino que siempre me condujo a vivir entre Sus hijos en el campo.
Él me dio muchas señales para mostrarme Su Mano en todo lo que estaba
sucediendo, especialmente utilizando la naturaleza, ya que Él sabe que este es
el lugar donde yo puedo meditar y aprender de Él.
Le agradezco a Dios con todo mi corazón por todos
aquellos que me han recibido y han orado por mí, aquí en Australia y en Nueva
Zelanda, y Le pido a Dios y a Sus hijos que me perdonen por mi falta de amor y
misericordia hacia ellos. He escrito todo esto para compartir el Amor que el
Cielo tiene para todos nosotros. Los Mensajes de la VVeD me han llevado a una
unión más íntima con nuestra Familia Celestial. La próxima semana viajo de
Australia, a Inglaterra, donde Le pido a Dios que continúe enseñándome cómo
amarlo a Él, a mi familia y a mi prójimo. Le pido Sus Gracias para hacerme apta
para servir a la Vida y para unirme al Ejército Celestial contra Satanás, quien
“merodea a través del mundo, buscando la ruina de las almas”.
Amén
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