Los siguientes testimonios fueron enviados en agosto de
1999, por dos personas de Estados Unidos de
América.
Empecé a leer la Verdadera Vida en Dios de Vassula Rydén,
en septiembre de 1992. Yo era un hombre mayor en la Iglesia Presbiteriana, muy
activo en los estudios de la Biblia. Habiendo estudiado la Biblia durante años,
escuché, inmediatamente, la Voz de Dios. Cuando Él le dijo a Vassula que Él
quería que ella conociera, amara y honrara a Su Madre, supe que Él me estaba
hablando a mí, también, para que La conociera.
Así que, en enero de 1993, empecé a rezar el Rosario
todos los días. Desarrollé un gran amor por nuestra Madre Bendita. Sin embargo,
sentí que podía permanecer siendo Presbiteriano y amarla,
también.
Mientras continuábamos leyendo la Verdadera Vida en Dios, (en nuestros
estudios de la Biblia), me di cuenta que Cristo estaba realmente Presente en la
Eucaristía. ¡Yo estaba asombrado!
¡Finalmente, en octubre de 1994, le dije SÍ a Jesús!
¡Entré en la plenitud de la fe en la Iglesia Católica en la Pascua de 1996, a la
edad de 60 años! Fue el resultado directo de la Verdadera Vida en
Dios.
Nunca he estado tan feliz y tranquilo en mi fe como lo
estoy ahora. Asisto diario a Misa, acudo a la Confesión una vez al mes, disfruto
pasando el tiempo con Jesús frente al Santísimo Sacramento y aún rezo el
Rosario, diariamente.
Todo esto es el resultado directo de las cosas que
Jesús nos enseña acerca de las Escrituras y los Sacramentos, a través de la Verdadera Vida en Dios y de Vassula
Rydén.
J.B.
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Yo fui inspirado a leer la ‘Verdadera Vida en Dios’ por
una mujer en mi grupo de oración, quien se convirtió a través de la VVeD. Yo soy
Católico desde que nací, y pensaba que siempre he estado cerca de Jesús,
especialmente durante una reciente enfermedad. Pero los Mensajes de los libros
de la VVeD hicieron que comprendiera Su verdadera Presencia en mi vida.
Mientras leía Sus Mensajes, yo estaba tan emocionado que quería decirle a todos
acerca de las Palabras de Jesús y que Él le estaba hablando a alguien como
yo.
Leía todos los días y me parecía como si Jesús me
estuviera llevando paso a paso, muy suavemente. Aunque Él le estuviera hablando
a Vassula, yo sentía que Él me estaba hablando a mí. Nunca me sentí tan cerca de
mi Salvador. Aquí estaba Él, inclinándose desde el Cielo para estar conmigo, un
miserable pecador.
Aprendí que Él quiere que estemos en oración constante
con Él todo el día. Así que, de pronto, me di cuenta que le decía que lo amaba,
continuamente durante el día, lo que afectaba mi manera de tratar a los demás,
ya que Él está ahí, observando y escuchando.
Comprendí, a través de los Mensajes, que Jesús sufre
mucho por la división de nuestras Iglesias y que algunos no honran Su verdadero
Sacrificio Eucarístico.
Yo siempre he amado y orado a nuestra Madre Bendita, pero
a través de la VVeD, comprendí cuánto quiere nuestro Señor que todos La
honremos, y cómo sufre Su Corazón por aquellos que ni siquiera saben quién es
Ella y piensan que es sólo una persona común.
Y lo que es más importante, aprendí que Jesús nos ama a
todos hasta la locura. Él me enseñó a orar por aquellos que Él ama, pero que no
Lo aman. A sacrificarme y ayunar por aquellas pobres almas. Ser un alma víctima
para salvar a otras.
Estos Mensajes de la VVeD me han hecho comprender que
Jesús es tan Amoroso y Misericordioso y quiere Ser
amado.
M.M.
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