La Asociación de la VVeD, en Argentina, solicita
urgentemente sus oraciones, debido a que los dueños del local donde se
presentará Vassula, en Buenos Aires, el próximo jueves 22 de mayo, están
amenazando con cancelar, alegando que tienen un evento deportivo ese mismo
día. Gracias por sus
oraciones para que la Palabra de Nuestro Padre Amoroso llegue a
Argentina.
El Padre John Abberton, guía espiritual de la VVeD en
Inglaterra y Gales, escribe:
Últimamente, he estado muy preocupado sobre lo que parece
ser una falta de buen discernimiento en la VVeD. No puedo entrar en detalles, ya
que incluye personas y acontecimientos específicos y no quiero mencionar
nombres. En todo caso, es algo que todos nosotros debemos
considerar.
Últimamente, he tenido que tratar con alguien que
necesitaba liberación, quien sostenía haber recibido revelaciones privadas de
Dios. El material era peligroso y herético y no tuve ningún problema en ver
esto. Esta persona no podía verlo. Muchas veces podemos ser engañados por el
enemigo (o sus agentes), para considerar algo como que viene del Espíritu Santo
cuando, realmente, viene de nosotros mismos. ¿Puedo enfatizar este punto? No todo lo que está equivocado o
distorsionado viene directamente de Satanás. Mucho de ello, quizás la mayor
parte, viene de nosotros. Somos personas imperfectas y nuestros propios egos,
visiones erróneas, escaso razonamiento, carencia de buena teología, así como
otras motivaciones subconscientes psicológicas y el simple orgullo, juegan una
parte de una manera u otra. Necesitamos un conocimiento propio, humilde y
adecuado, y debemos orar para ser protegidos de nuestras debilidades y
compulsiones.
Aquellos que reciben locuciones, revelaciones privadas de
una clase u otra, inspiraciones y cosas así, no son, normalmente, quienes
disciernen su propio material. En algunos casos extraordinarios, (creo que
Vassula es uno de ellos) el don del discernimiento está presente como un don
especial del Espíritu Santo. Yo creo que es un grave error que los miembros de
la VVeD asuman que ellos tienen el mismo don. En la mayoría de los casos,
necesitamos directores espirituales y necesitamos crecer en nuestro
entendimiento de doctrina. Esto no significa que no haya casos en que somos
conducidos a seguir algo, porque tenemos un sentido interno que nos dice que es
correcto, pero el sentido común y una espiritualidad sensata nos sugeriría que
consultemos con un buen director espiritual. Esto es necesario porque, el
consultar con otros del “mismo parecer”, puede no sacar a relucir toda la
verdad. A menudo, podemos ser conducidos a consultar a aquellos que dirán lo que
queremos escuchar. Cuando se consulta a un director espiritual, es necesario,
también, presentar el caso lo más ampliamente posible. Un director puede ser
engañado por versiones “cortadas” de nuestras inspiraciones o ambiciones. Con
frecuencia, es hasta después que el director espiritual dirá: “si me hubieras
dicho eso, yo te hubiera dicho algo diferente”.
La VVeD es un movimiento extraordinario del Espíritu.
Nuestro Señor está cerca de nosotros y nos habla a cada uno, pero es por esto,
precisamente, por lo que debemos ser más cuidadosos de lo que éramos antes de
que nos involucráramos con esto. Tomando nuestras debilidades con nosotros,
hemos llegado a ser parte de un movimiento para la santidad y la renovación.
Debemos tener mucho cuidado, incluso, con lo que parecen ser buenas
inspiraciones. Todo debe ser probado en la oración y el conocimiento propio es
algo que todos necesitamos (hasta el punto que Dios lo permita), para que
nuestras vidas espirituales puedan ser, gradualmente, purificadas de aquellos
elementos que causan distorsiones y ambiciones
erróneas.
Sí, el enemigo es poderoso e inteligente, pero no lo
culpen de todo lo que sale mal. No sólo estamos luchando contra de él, estamos
luchando contra nuestras propias debilidades y motivos ocultos. Uno de los
salmos habla del “pecado oculto”. A
menudo pienso en el subconsciente cuando leo esto y qué tan cuidadoso debo de
ser para permitir al Espíritu Santo que me guíe, a través de los caminos
enredados que no puedo ver, claramente, o que no puedo despejar mediante mis
propios esfuerzos.
Tengamos nuestros pies firmemente plantados en el suelo,
mientras le ofrecemos nuestros corazones y mentes al Señor. Jesús Mismo caminó
esta buena tierra y es bueno sentir el suelo bajo nuestros pies. Todavía no
estamos flotando en las nubes.
Padre
John Abberton
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