LOS
SACRAMENTOS
Los Sacramentos no son lo mismo que los símbolos. Los Sacramentos tienen más que un simple significado interior. En un Sacramento, las substancias ordinarias se convierten en “portadores del Espíritu”, es decir, vehículos de la Gracia Divina. Los Ortodoxos, generalmente, llaman a los Sacramentos, “Misterios”, lo cual no significa que éstos sean indefinidos o dudosos, sino que son Maravillas de Dios, superiores al entendimiento humano.
Hay muchos actos que se consideran Sacramentales, pero en la práctica moderna (adoptada de los Católicos Romanos), hay Siete Sacramentos.
EL
BAUTISMO
La entrada de una persona a la comunidad Cristiana es por inmersión, la cual se hace tres veces. Con las aguas del Bautismo, la persona se purifica y también, se sumerge dentro de la muerte de Cristo y resucita con Él, volviendo a nacer como un hombre nuevo.
Los hijos de padres Ortodoxos son bautizados siendo bebés. Son desvestidos y sumergidos, totalmente desnudos, tres veces dentro de la pila bautismal. Después del Bautismo, se les viste con una blanca vestimenta Bautismal. A los adultos, que son bautizados, se les permite usar traje de baño.
Inmediatamente después del Bautismo, en la misma ceremonia, utilizando un aceite especial llamado CRISMA, la persona es ungida como rey, sacerdote y profeta del Reino de Dios. El sacerdote le unge los ojos, los orificios nasales, la boca, los oídos (todos los sentidos), el corazón, las manos y los pies con las palabras: “El Sello del Don del Espíritu Santo”. Así, la persona entera, cuerpo y alma, se consagra a Dios y se llena con Su Espíritu.
Las personas que han sido bautizadas en otras Iglesias y se convierten a Ortodoxos, son recibidos por Crismación. El Bautismo y la Crismación confieren total pertenencia a la Iglesia Ortodoxa, sin ser necesaria la Confirmación posterior. Por esto, cada Ortodoxo, incluyendo a los bebés y los niños, pueden recibir la Sagrada Comunión.
LA SAGRADA COMUNIÓN
Aunque todos los Cristianos celebran la Sagrada Comunión, la diferencia radica en la creencia de cada Iglesia, a este respecto. La Iglesia Ortodoxa cree que el pan y el vino son, verdaderamente, cambiados por el Espíritu Santo, en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. No se consideran solamente símbolos. Dios es visto uniéndose a Sí Mismo, al Pan y al Vino, como Se unió a la Carne Humana cuando Se convirtió en Hombre.
Los Ortodoxos no reciben la Comunión, cada semana, automáticamente. Se requiere una preparación y un examen de conciencia, cuidadosos, por lo que, comúnmente, se involucra el Sacramento de la Confesión (aproximadamente, desde los siete años en adelante). Algunos Ortodoxos sólo reciben la comunión ocasionalmente. Sin embargo, los niños son llevados a la Comunión, a menudo.
LA
CONFESIÓN
Desde los tiempos antiguos, la práctica de la Iglesia era el excluir de la Comunión, a personas que habían cometido pecados graves, tales como apostasía, asesinato y adulterio. Eran admitidos, nuevamente, después de arrepentirse frente a toda la congregación. Hoy en día, el sacerdote actúa como representante de la congregación para escuchar la Confesión de cada persona. La Confesión se hace a Dios, con el sacerdote como testigo, el cual transmite el perdón de Dios (no su propio perdón) al penitente. Asimismo, da consejos muy útiles para evitar la comisión de esos mismos pecados en el futuro.
La Confesión le permite al individuo, la retroalimentación que no existe en la oración privada, así como la certeza concreta del perdón y del amor.
LA SAGARADA UNCIÓN
La unción de los enfermos se lleva a cabo cuando una persona está muy enferma, ya sea, física o espiritualmente. No es un “último rito”. Una persona moribunda recibe la Comunión.
En una larga ceremonia, en la cual se leen siete lecturas de la Biblia, entre ellas la Epístola de Santiago, el aceite se bendice y se unge a la persona sobre los ojos, oídos, boca y manos (y aquella parte del cuerpo que está enferma).
La tarde del miércoles de la Semana Santa, la Sagrada Unción es dada a todos como una sanación final, en preparación para la Pascua.
La Iglesia Ortodoxa tiene un ministerio que consta de tres partes: obispos, sacerdotes y diáconos.
Los diáconos y los sacerdotes deben decidir, antes de ser ordenados, si desean ser monjes o contraer matrimonio, ya que después de su ordenación no pueden casarse. Los obispos siempre son monjes, por lo que invariablemente son solteros.
Originalmente, los diáconos hacían trabajo parroquial, tal como cuidar de los pobres y los enfermos, pero hoy en día, su función es conducir la oración durante los servicios, por lo que ellos son quienes cantan las letanías. Los diáconos no se convierten, automáticamente, en sacerdotes. Algunos de ellos, prefieren seguir siendo diáconos toda su vida.
Los sacerdotes celebran los Sacramentos. Un sacerdote Ortodoxo es llamado “Padre” y tiene un papel paternal en la parroquia. En los servicios, él representa a Cristo.
Los obispos son los guardianes de la fe Ortodoxa, la cual les ha sido transmitida, junto con su autoridad, en una línea inquebrantada desde los apóstoles, mediante la imposición de manos. A esto se le llama: Sucesión Apostólica. Todos los obispos tienen la misma responsabilidad a este respecto, y cuando se convoca a los Concilios de la Iglesia, ningún obispo tiene más peso que otro.
Los obispos mayores son llamados arzobispos o metropolitanos, y los jefes de algunas Iglesias, por ejemplo, en la Iglesia Rusa, son llamados patriarcas. El Patriarca de Constantinopla es llamado el Patriarca Ecuménico y tiene un honor especial, aunque no tiene ninguna autoridad sobre las demás Iglesias Ortodoxas.
Aunque, a través de la Ordenación, algunos hombres son los encargados de celebrar los servicios, TODOS los Ortodoxos son ungidos en el “sacerdocio real de todos los creyentes” y, en ese sentido, concelebran la Liturgia. La Ordenación es únicamente para hombres adultos, pero cada Ortodoxo es llamado a la vocación de ser santo.
SANTO MATRIMONIO
La ceremonia del Matrimonio apareció tardíamente en la vida de la Iglesia. Fue introducido en Constantinopla hasta el Siglo Noveno. Antes de eso, una pareja que deseaba casarse, simplemente, recibía la Comunión juntos. Actualmente, hay una ceremonia elaborada, en la cual la novia viste de blanco y usa un velo como una novia inglesa.
El servicio se divide en dos partes: los Esponsales y el Rito de la Coronación.
Los ESPONSALES se llevan a cabo al fondo de la Iglesia. La novia y el novio son bendecidos e intercambian anillos, los que son usados en el cuarto dedo de la mano derecha. Luego, caminan al centro de la Iglesia y se paran en un tapete especial frente a una mesa.
Aquí, se lleva a cabo el Rito de la CORONACIÓN. La novia y el novio sostienen velas y la congregación los rodea, de manera informal. No hay una procesión dentro y fuera de la Iglesia, y los cantos del coro son muy hermosos.
Hasta hace poco, los matrimonios eran arreglados, por lo que ahora se le pregunta a la pareja si se están casando por su propia voluntad. Luego, el novio es coronado con las palabras: “El siervo de Dios (se dice el nombre) es coronado, hacia la sierva de Dios (se dice el nombre), en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”, y la novia es coronada, de manera similar. Los griegos usan coronas de hojas y flores, pero los rusos usan coronas especiales de metal que se conservan en la Iglesia. Éstas son sostenidas sobre las cabezas de la pareja, por tres pares de padrinos.
Las coronas simbolizan el hecho de que el hogar Ortodoxo es una colonia del Reino de Cristo. Son coronas de felicidad, pero, también, son coronas de martirio, recordando a la pareja, el sacrificio que cada uno debe hacer en la vida marital.
Después de dos lecturas Bíblicas, la pareja bebe de una copa común, significando la vida común que harán juntos y el sacerdote los conduce tres veces en una procesión alrededor de la mesa.
La procesión circular representa la naturaleza inquebrantable del Matrimonio. Sin embargo, la Iglesia Ortodoxa reconoce que las personas, algunas veces, fracasan en estos esfuerzos eternos. Es por esto, que el DIVORCIO se concede a causa del adulterio, de acuerdo con las Palabras de Cristo, en el Evangelio de San Mateo, y se permite, volverse a casar por la Iglesia. Sin embargo, en la segunda ceremonia se incluyen ciertas oraciones penitenciales. Se permiten hasta tres matrimonios, pero no un cuarto. El otorgamiento del divorcio, por la Iglesia, no es reciente, sino una práctica antigua. El matrimonio, de hecho, no contiene votos formalistas, como en los servicios occidentales. Una pareja Ortodoxa no dice: “Hasta que la muerte nos separe”, aunque, por supuesto, se espera que intenten ese objetivo.
Al final del servicio, los miembros de la congregación suben para besar a la feliz pareja. Las bodas Ortodoxas son, frecuentemente, celebradas en domingo, después de la Liturgia. Por esto, la ceremonia civil se lleva a cabo, por separado, en otro día de la semana, ya que el registro civil no trabaja el domingo.
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