Recomiendo, de todo corazón, la lectura y la meditación de la obra “La Verdadera Vida en Dios” y doy testimonio, en mi alma y en mi conciencia, de la realidad del origen Divino de las revelaciones recibidas por la profeta Vassula, elegida por Dios, así como del poder espiritual activo de dichas revelaciones sobre el alma.

La lectura de esta obra, es para mí, sacerdote comprometido desde hace mucho con la Iglesia, un redescubrimiento prodigioso del Evangelio y una profundización de mi fe.

Los Mensajes son directos y sencillos. Hablan del Corazón de Dios, para tocar el corazón del hombre. Están escritos en un lenguaje accesible para todos, al contrario que las construcciones teológicas complicadas de los eruditos, ya que el Propio Dios es la simplicidad misma. En ellos he examinado de cerca el contenido y constaté que van exactamente, de acuerdo al sentido de la Iglesia, Una, Santa, Católica y Apostólica, y que respetan perfectamente la Ortodoxia de la fe.

Encontramos en ellos, la elocuencia de los profetas del Antiguo Testamento, la alegría serena de los Evangelistas, la fuerza deslumbrante del Apocalipsis, la sabiduría de los juicios de los padres del desierto, todo dentro del estilo Bíblico que ha hecho la belleza de los Salmos, la precisión profunda de los Proverbios o la espontaneidad del Cantar de los Cantares, el cual jamás dejará de maravillarme.

El Mensaje está escrito para nuestros tiempos, y yo invito a cada una de las personas, que están leyendo estas líneas, a considerar la urgencia de tal gracia, y a examinar cuidadosamente, el regalo extraordinario que puede recibir, como una ocasión singular para sacar a su alma del letargo de este mundo materialista. Aconsejo también, vivamente, a todos los sacerdotes y obispos para que se inspiren en el Mensaje, abundantemente para su trabajo pastoral y verán  prodigios, ahí donde nadie pensaba que pudieran ocurrir jamás, como yo mismo los he visto.

El Cristo Verbo se expresa con una fuerza de Amor invencible, capaz de resucitar los muertos de este mundo, en los tres planos de la Fe, la Esperanza y la Caridad. Él habla Palabras conmovedoras que convierten el corazón, fortifican el alma y alientan al hombre a convertirse en un verdadero “fiel del Amor”.

Doy gracias a Dios por colmar de tantas generosidades a sus débiles criaturas.

Le agradezco a Vassula Rydén su disponibilidad a ser nada, para que Nuestro Señor Jesucristo pueda ser Todo, a través de su persona.

Oro para que todavía haya frutos numerosos que adornen la cesta dorada de milagros de “La Verdadera Vida en Dios”, en particular aquel que promete la unidad de la Iglesia, corona de nuestras aspiraciones de hijos de un mismo Padre.

Jesús, nuestra única Esperanza: ¡Viva Tu Sagrado Corazón!

Santa María, Madre Nuestra: ¡Viva Tu Corazón Inmaculado!

Gloria Eterna a Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.

Dimitri Mottier, sacerdote indigno

Escrito el 5 de febrero, en Ayent, Suiza para todos los fines que convengan

Dimitri Mottier

Sacerdote Ortodoxo

Ayent, Suiza