Este es el reporte de Antonis Tectonidis, de su viaje con Vassula, a Canadá, Venezuela y Chile, en abril de 2002.
Abril 9
Después de un día en Nueva York, Vassula y yo,
llegamos, en la tarde, vía Calgary, a Lethbridge, en un avión de hélices. Canadá
aún se encontraba cubierto de nieve. Sandi y Len Whyte nos estaban esperando en
el aeropuerto. Ambos, Sandi, productora de televisión, y Len, jefe de ingenieros
de televisión, trabajan para el “Canal del Milagro”, e invitaron a Vassula a dar
dos entrevistas, en televisión. El Canal del Milagro es un canal de televisión
Cristiano, Ecuménico,con cobertura en todo Canadá, y parte del norte de Estados
Unidos. Está enfocado al Protestantismo, y está abierto a la
Unidad.
Abril 10
La primera entrevista fue en vivo, por televisión e Internet, al mismo tiempo. Vassula, de manera sencilla, habló de los primeros días de los Mensajes, los días con su Ángel. Habló acerca de su ternura y de la alegría que sintió, a través de esta comunicación, como si hubiera puesto sus pies en el Cielo. Explicó la forma en la que recibe los Mensajes Divinos, y el cambio en su escritura, sin ninguna presión. Habló de su misión para el beneficio de la Iglesia, ya que fue Dios Quien le ordenó: “Ve y diles...”.
Su plática fue cautivadora y relajada, y el centro telefónico del Canal del Milagro estaba candente, alcanzando números récord. Fue “la más grande retroalimentación por parte de la audiencia”, como nos informaron después Sandi y Len. Vassula habló del Espíritu Santo, del Segundo Pentecostés, y la renovación de la Iglesia. Al final, Paul, el anfitrión, le pidió a Vassula que resumiera su misión. Ella respondió con la orden que Dios le dio: “Revive Mi Iglesia”.
Después de un breve descanso para almorzar, regresamos al estudio, para hacer la siguiente entrevista para la “Línea de la Vida”. Este es el programa principal del canal y es dirigido por Joan y el Dr. Dick Dewert, presidente del Canal del Milagro. El programa fue pregrabado; no en vivo como el primero. El Dr. Dick y Joan estaban muy emocionados escuchando a Vassula explicar cómo todo cambiará y será transformado por el Derramamiento del Espíritu Santo, para que las personas que están muertas, espiritualmente, vayan corriendo ahora, como la mujer Samaritana, a decirle a todos que Dulce es el Señor. Hablaron, también, del Mensaje para Canadá del 4 de marzo de 1992.
Después de la entrevista, dejamos Lethbridge, en
coche, disfrutando los paisajes y nos alojamos, en la noche, en
Calgary.
Abril 11
Temprano, por la mañana, iniciamos el largo viaje
a Caracas, Venezuela. En el aeropuerto, leímos en el periódico acerca de la
crisis política en Caracas, con grandes manifestaciones y disturbios. Cuando llegamos, más tarde
esa noche, María Treviño, Benito Prieto y dos religiosas, la Hermana San Luis
(de cerca de 95 años) y la Hermana Amparo, con otras personas de la VVeD, nos
estaban esperando. Su recibimiento fue realmente cálido, con la misma alegría y
emoción que nuestra familia, en todas partes del mundo, comparte en dichas
ocasiones. Pero, grande, también, fue su dolor por las personas que murieron en
los disturbios. De acuerdo con las últimas noticias, la policía estaba ahora en
control de la situación y un General estaba, temporalmente, gobernando el
país.
Abril 12
El Obispo Armenio de Caracas, Monseñor Gomidas
Ohanian, había invitado a cada una de las autoridades Eclesiásticas de Caracas,
(cerca de 15 personas), a una reunión Ecuménica, en esta Arquidiócesis, con el
fin de presentarles a Vassula y su misión.
Cuando
llegamos, Monseñor Gomidas Ohanian, le mostró a Vassula algunas pinturas de
Nuestra Señora que él mismo pintó, y platicó con ella acerca de pintura. Para
entonces, ya todos habían llegado. Después de presentaciones breves en el
jardín, fuimos a la Catedral para un servicio conmemorativo por aquellos que
murieron el día anterior en los disturbios. Fue un maravilloso servicio
Ecuménico. Ahí, frente al altar, estuvieron todos presentes con Vassula y el
Monseñor Gomidas Ohanian. Representando al Cardenal Velasco estaba el Padre
Vinke Ramón, secretario del Consejo de la Iglesia de Caracas, Monseñor Orlando
Guerrero, Obispo de la Iglesia Anglicana de Venezuela y de los Países Andinos,
Monseñor Popa Costica, Obispo de la Iglesia Ortodoxa Romana con un sacerdote
acompañante, junto a Monseñor Georges Kahhale Zouhairaty, Obispo Apostólico de
los Griegos Católicos Melquitas de Venezuela y Monseñor Joseph Dib, vicario del
Arzobispo de la Iglesia Católica Ortodoxa y la Iglesia Apostólica de Venezuela,
junto al Padre Raphael Bayed Mardeni, asesor legal del Consejo de las Iglesias y
el Padre Emmanuel Remoundakis de la Iglesia Griega Ortodoxa y unos cuantos más.
Uno tras otro, oraron en su propio idioma y
orgullosa tradición. Español, mezclado con inglés, árabe, griego, rumano, y
latín, formando un himno celestial. Después, fuimos al salón de la parroquia
donde se preparó un almuerzo. El Obispo Armenio les habló acerca de la misión de
Vassula y sus frutos. Luego, uno tras otro, agregaron algunas palabras, ya que
la mayoría de ellos ya conocían la Verdadera Vida en Dios. La Hermana Amparo dio
testimonio y habló acerca de una carta que ella envió al Santo Padre para
defender la VVeD, recién publicada la Notificación y para su sorpresa, la
alentadora respuesta que recibió. Todo eso hizo que el Padre Emmanuel, el
sacerdote Griego Ortodoxo, se acercara a Vassula, y con gran ternura, le dijera:
“Hija, ¿Son verdad todas las cosas maravillosas que escucho acerca de ti? ¿Por
qué no vienes a mi Parroquia esta noche para los “saludos” (en la tradición
Ortodoxa, los viernes durante la Cuaresma, se venera a Nuestra Señora con
letanías maravillosas del Ave María llamadas “saludos”) y, después, me puedes
platicar todo acerca de ellas”.
Vassula aceptó la invitación y fuimos a la Iglesia
de la Dormición de Nuestra Señora. Ahí, para gran sorpresa de todos nosotros,
justo antes del fin de la Ceremonia, el Padre Emmanuel le dijo a los presentes
que tenían la gracia de contar con la presencia de la Profeta del Señor, un
instrumento de la Misericordia de Dios, e invitó a Vassula a hablarles. Vassula
habló cerca de diez minutos. En pocas palabras, explicó sus experiencias
iniciales con su Ángel, y todas las cosas que siguieron, las cuales cambiaron no
sólo su vida, sino también, la vida de muchas otras personas, e invitó a todos a
la reunión del día siguiente. Luego en el salón de la parroquia, todas las
personas griegas rodearon a Vassula, hablaron con ella y se tomaron algunas
fotos. Antes de irnos, el Padre Emmanuel pidió los libros, en griego, para su
Iglesia. En cuanto regresé a Grecia, le enviamos algunos juegos de todos los
volúmenes.
Esa noche, durante la cena, la Hermana San Luis presentó a Vassula a siete u ocho hermanas de su congregación y a dos jóvenes sacerdotes Católicos.
Antes de continuar con la reunión principal, tengo
que hacer un alto y compartirles la visita a las dos Beth Myriams, que hicimos
ese mismo día. La primera fue la Beth Myiam ProPatria, situada en un barrio
pobre de Caracas, donde la mayoría de las casas están hechas de ladrillos de
barro, en una plaza enfrente de la Iglesia. En el pequeño patio hay una gran
estatua de Nuestra Señora del Monte Carmelo, que indica la singularidad de esta
casa, propiedad de la Asociación de la VVeD, ya que se compró con préstamos y
donativos del grupo. El lugar estaba lleno de gente que esperaba encontrarse con
Vassula. El sacerdote de la Parroquia también se encontraba ahí para darle la
bienvenida. Todo estaba sorprendentemente limpio y en orden. Una sala con sofá y
sillones, una gran mesa de comedor, tres o cuatro pequeñas recámaras, una gran
cocina con todos los aparatos eléctricos básicos y un pequeño jardín, con otro
comedor externo. Esto no es un simple refugio, sino que se siente como un hogar,
de hecho como el hogar de Nuestra Señora. La alegría en sus caras felices hace
que uno pronto se dé cuenta de que es una verdadera Viña, que dio los Frutos del
Espíritu Santo.
La segunda Beth Myriam es la Beth Myriam de Puerto Hierro, situada también en una vecindad pobre de Caracas. Este lugar es propiedad del Padre Mancini y se sostiene con donativos. Veinte personas de la VVeD cuidan el lugar. La casa también estaba llena de gente que esperaba a Vassula. Estaba limpia y todo está en orden, a pesar de las obras que se están llevando a cabo. El comedor con algunas mesas y la cocina, con todas las instalaciones necesarias y una pequeña capilla, tienen cupo ya para 375 personas, diariamente. No a todas se les sirve en la casa, sino que también, se entregan los alimentos para llevar, mientras que algunos otros son entregados a la gente por voluntarios. Un par de habitaciones recién pintadas están listas para funcionar como oficina médica de primeros auxilios, dirigida por un doctor voluntario y una enfermera para consolar a las personas de las calles. Hay también baños y almacenes para guardar los alimentos y ropa. La gran sorpresa estaba en el cuarto superior. Ahí, en cooperación con el grupo de oración local del Santo Padre Pío, el doctor voluntario y la enfermera, cuidan a 6 huérfanos de entre 2 a 7 años de edad, después de que sus padres murieron por la enfermedad del SIDA.
El trabajo que las personas de la VVeD están
haciendo en Caracas es increíble. Ellos establecieron estas Beth Myriams en sólo
dos años. No es de sorprender que el Cardenal Velasco de Caracas condecoró en
público a 10 personas por sus actos. Cinco de ellas son de la Asociación de la
Verdadera Vida en Dios y cinco de las Parroquias de las Beth
Myriams.
Abril
13
A las 9:00 AM, llegamos al “Parque Naciones
Unidas”. La Hermana San Luis, de 95 años de edad, tomó a Vassula de su mano y la
llevó al estadio. Había alrededor de 7000 a 8000 personas reunidas. El Padre
Mancini expuso el Santísimo Sacramento en Adoración, mientras se rezaba el
Rosario. Cuando la figura angélica de la Hermana San Luis apareció junto a
Vassula, la gente empezó a vitorear.
La situación política era todavía problemática,
con nuevos disturbios en las calles, pero ahora del lado opuesto. Esto dificultó
la asistencia de la gente, especialmente, aquellos de fuera de Caracas. En
circunstancias diferentes, este número podría haberse duplicado fácilmente. ¡Qué
atmósfera tan festiva! No lejos de aquí, la gente estaba peleando por ideas
políticas terrenales, mientras que en este lugar las personas estaban
compartiendo una alegría celestial, alabando al Señor, cantando y
baliando.
En su plática, Vassula enfatizó el hecho de que su presencia no era por “suerte”, ya que esta palabra no existía en el Vocabulario de Dios, sino que era de verdad, un Llamado. Un Llamado a convertirse en apóstoles del fin de los tiempos, un Llamado para cristianizar una generación descristianizada. También habló de cómo, actualmente, un gran número de gente valora más las energías de los elementos naturales, como los cristales y los metales, en vez de buscar el Incomparable Derramamiento del Espíritu Santo. Antes de terminar, les pidió a todos que se pusieran de pie y que rezaran juntos la maravillosa oración de Santa Gertrudis la Grande, en la que Jesús le prometía que liberaría a 1000 almas del Purgatorio cada vez que se dijera.
"Padre Eterno, te ofrezco la Preciosísima Sangre
de Tu Amadísimo Hijo,
Jesucristo, en unión con todas las Misas que se
celebran en el mundo
entero en este día, por todas las Benditas Ánimas del
Purgatorio, por
los pecadores en todas partes, por los pecadores en la
Iglesia
universal, por los pecadores en mi casa y en mi familia. Amén".
(Aprobada y recomendada por el Cardenal de Lisboa,
Portugal, el 4 de marzo de 1936. La oración puede ser, útilmente, modificada
para orar por las almas más olvidadas o cualquier otro grupo específico de
almas).
Después de la plática, partimos al aeropuerto. Canelón, nuestro chofer, a través de un teléfono celular, pidió información para conducirnos por calles seguras y abiertas, lejos de los disturbios. En el avión a Santiago de Chile, escuchamos las últimas noticias, la crisis había terminado y el gobierno anterior estaba de nuevo en el control.
Llegamos a Santiago de Chile, hasta después de medianoche. Ahí nos
reunimos con nuestra ‘familia’: Olga Gajardo, Fanny y Álvaro Barros, Elizabeth
Pennycook y Cristina Allende, quienes nos estaban esperando. Eran nuevas
personas para mí, pero el abrazo, la alegría y la recepción cálida y entusiasta
era la misma.
Abril
14
El día comenzó con la Misa Dominical en “Las Pequeñas Almas” con el Padre Contardo y una breve visita a una pequeña librería junto a la Iglesia, donde se pueden adquirir los libros de la VVeD.
La reunión fue en el gimnasio Don Bosco a las 13.00. Cerca de 3000 personas se reunieron allí, incluso gente de lugares lejanos, como Perú, Argentina, Uruguay y una pareja de Grecia (que después de la plática, vinieron a ofrecerle a Vassula algunas "kourampiedes", unas galletas tradicionales griegas hechas en casa). Un coro y una banda singular, todos ellos ex-prisioneros convertidos por los Mensajes de la VVeD, estaban cantando himnos y canciones. La plática de Vassula estuvo, principalmente, enfocada en el Derramamiento del Espíritu Santo, en estos días del fin de los tiempos que estamos viviendo, invitándolos a todos a vivir los Mensajes, y no sólo a leerlos, para que todos sean apóstoles. Terminó su plática, de nuevo, con la oración de Santa Gertrudis y con las Bendiciones del Espíritu Santo.
En la tarde, Álvaro y Fanny Barros prepararon una
cena de despedida para Vassula. Todas las personas, de la VVeD, que ayudaron a
preparar la exitosa reunión, se encontraban ahí: Olga Gajardo, Elizabeth
Pennycook, Cristina Allende, y el Padre Harry Peterson, así como algunas
personas que viajaron desde Perú y Uruguay. Fue una velada relajante, después de
una pesada semana.
Abril 15
Después del desayuno, partimos al aeropuerto y el
largo viaje de regreso comenzó.
Todo lo que puedo decir, después de esta oportunidad única de viajar con Vassula en un viaje misión como éste, es que no importa qué tan largo o detallado sea el reporte, si no lo vives, no te puedes imaginar la emoción. La fuerza física que Nuestro Señor le da a Su Obediente Instrumento, se transmite también a la persona que viaja con ella. La fatiga es mínima para tal esfuerzo y la Gracia es incomparable.
En Cristo,
Antonis Tectonidis
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