CONSAGRA TODOS TUS DÍAS Y TUS NOCHES A LA ORACIÓN, AL SACRIFICIO Y A LA PENITENCIA
5.06.92
Pequeña, decidida, defiende la Verdad hasta la muerte. Continúa dándote a Mí, tu Dios, y consagra todos tus días y tus noches a la oración, al sacrificio, a la penitencia. Ofréceme tu voluntad y el Enemigo no tendrá oportunidad de acercarse a ti. Guarda la profunda enseñanza que has aprendido de Mí y no te preocupes cuando tus acusadores te calumnien. Los llamo a la unidad desde Mi Cruz, así que nunca pierdas la confianza, pues soy Yo, el Resucitado, Quien llama a todos. No eres tú, soy Yo, el Cristo y tu Redentor, Quien llama a sus ovejas dispersas.
Vassula, sé gentil y paciente con tus acusadores pues ellos no saben lo que hacen. Amándolos como Yo te amo, niña Mía, y dándote a ti misma como sacrificio, tú Me estarás complaciendo. A través de tu sacrificio, Yo restauraré Mi Casa y muchas almas regresarán a Mí. Tú, que eres menos que el menor de todos Mis hijos, has sido confiada con Mi Cruz de Unidad. Mi Cruz de Unidad es pesada pero debes llevarla con amor y paciencia.
Sé Mi Eco y proclama a todos las Infinitas riquezas de Mi Sagrado Corazón. Tú debes proclamar que la Unidad sólo será construida sobre el amor y la humildad. Permanece leal a Mí, tu Señor, y recuerda que Mi Padre te creó precisamente para este propósito, para darnos gloria a Nosotros. 1 Así que, mantente firme y no te tambalees en las tempestades. Yo estoy a tu lado. No temas, la Verdad hablará.
Sí, Mi ayudante leal, tú recibirás de Mi Espíritu todo lo que Yo tengo que decir. Mis Palabras, niña Mía, serán como una lámpara brillante sobre el candelero sagrado; ellas serán como una espada en tu boca. Yo abriré tu boca para que hables sin temor. Ten valor, niña Mía, Yo Mismo Me estoy ocupando de tu causa. Escucha, hoy tus acusadores están cubiertos de confusión, pero tú escaparás de su espada; aquí... 2 éste es tu Refugio, ¿Ves? Aquí es donde tú estás... Yo soy tu Fuerza, tu Fortaleza.
Aunque el látigo caiga sobre tu espalda, incesantemente, no te descorazones. Recuerda cómo Yo ofrecí voluntariamente Mi espalda por tu salvación, sin quejarme. Es a ti, Mi sacerdote, a quien el mundo va a rechazar, porque estás atestiguando la verdad que Yo te he dado. Tú no hablas por ti misma, no, las palabras escritas son las Mías, las de tu Abba. Yo vivo en ti y tú en Mí, tú eres Mi Templo y Yo vivo en ti. Y ahora que Yo te he revestido te recordaré una vez más: ningún siervo es mayor que su Amo. Si el mundo no Me ha conocido a Mí, que soy Amo y Dios, y Mi propia gente no Me aceptó, aunque Yo vine a Mi dominio, ¿reconocería y aceptaría el mundo hoy a cualquiera enviado por Mí? ¡Nunca! Yo te he dicho estas cosas, hija Mía, para recordarte que si el mundo Me persiguió, también te perseguirán a ti; si ellos Me hirieron, también te herirán a ti; si ellos se burlaron y se mofaron de su Rey, también se burlarán y se mofarán de toda su casa; y si ellos Me crucificaron a Mí, su Dios, también te arrastrarán hasta el Calvario y te crucificarán.
Vassula, tu carrera no ha terminado... Ofréceme tu vida como un buen soldado ya que te he enrolado en esta Santa Batalla para pelear contra el error y para que seas una amenaza para Satanás y todo su imperio. No tengas miedo de los sufrimientos que vienen a ti; sé valiente bajo las pruebas, sé paciente como Yo soy paciente. Hoy, Satanás está engañando a muchos de ustedes; el hombre del engaño está entre ustedes, extendiendo sus errores a un gran número de ignorantes y somnolientos, porque ellos han preferido su propio placer en lugar de Mí, su Dios. Algunos mantienen la apariencia exterior de religión, pero han rechazado el poder interior de ella: Mi Santo Espíritu.
Así pues, cualquiera que es Mi siervo y procede de Mi casa ciertamente será atacado; pero, Mi leal ayudante, pronto Yo te llevaré a salvo al hogar, en Mi Reino Celestial. Ora y sacrifícate, ora y sacrifícate. Mira tu miseria, de vez en cuando, para que no caigas en la tentación; nunca te sientas satisfecha contigo misma. Mira tu miseria para que te mantenga alerta y despierta; despréciate y humíllate para que Yo siempre pueda elevarte hacia Mí y perfeccionarte. Satanás es poderoso, pero no por mucho tiempo.
Esperanza, Vassula Mía, alábame y glorifícame. Soy Yo, Cristo, Quien está hablando en ti.
1 La Santísima Trinidad
2 Con Sus dos Manos, Jesús me mostró Su Corazón que era como un fuego, pero con una llama dorada
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