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LOS CIMIENTOS DE LA TIERRA SE SACUDIRÁN

11.09.1991

Señor, yo miro a los Cielos y busco las cosas Celestiales. Yo busco Tu Santo Rostro para sentir Paz y para poderme alegrar. Busco Tu Santo Rostro para poderlo contemplar.

Y Yo, por Mi parte, Mis Ojos miran el mundo de hoy, buscando nación tras nación, escrutando alma tras alma, en busca de un poco de calor, de un poco de generosidad y de un poco de amor. Pero muy, muy pocos gozan de Mi favor. Muy pocos se molestan en vivir una vida santa. Y los días están volando y las horas son ahora contadas antes de la gran retribución. ¡Mis ciudades 1 se han convertido en prostitutas! ¡Despiadadas! ¡Se han convertido en una ciudadela de los demonios! ¡Corruptas todas por dentro, comidas por el gusano! ¡Un refugio para la víbora y el escorpión! ¿Cómo puedo Yo no soplar sobre estos renegados Mi Fuego Purificador?...

De repente, Jesús cambió de tono, y después de esperar unos segundos, con un tono muy grave que me dejó asombrada, dijo:

La tierra va a temblar y a estremecerse. ¡Y todo el mal edificado en las Torres 2 se colapsará en un montón de escombros y será enterrado en el polvo del pecado! En lo alto, los Cielos se estremecerán y los cimientos de la tierra se sacudirán! Oren para que la Mano del Padre no caiga en invierno.

Las islas, el mar y los continentes serán visitados por Mí, inesperadamente por el estruendo y por la Llama. Escuchen atentamente Mis últimas Palabras de aviso, escuchen ahora que todavía hay tiempo. Lean Nuestros Mensajes
3 y dejen de ser despreciativos o sordos cuando el Cielo habla. Bajen sus voces y escucharán las Nuestras.

Piensen dos veces antes de juzgar; piensen más de dos veces, antes de condenar las Obras del Espíritu Santo. Yo no perdonaré a ninguno que se burle del Espíritu Santo, blasfemándolo, abiertamente. La Justicia los precipitará al infierno.

¡Levanten todos ustedes sus rostros y busquen en los Cielos Mi Santo Rostro para que Lo contemplen! Levanten sus ojos hacia el Cielo y no perecerán.

¡Arrepiéntanse! Y pidan al Padre que se apiade. Pronto, muy pronto ahora, los Cielos se abrirán y Yo les haré ver

El Juez





1 Aquí, ciudades es utilizado por Dios para significar la palabra "almas"
2 Como la Torre de Babel
3 Jesús y María, Aquellos Dos Testigos


Después de los acontecimientos en Nueva York, el 11 de septiembre de 2001, (10 años exactos después de recibir el Mensaje anterior), Vassula escribió el siguiente comentario:

Quiero que la gente tenga cuidado de cómo interpretar este Mensaje. Interpretar las profecías no es fácil, a menos que sea a través de la Luz del Espíritu Santo. Este Mensaje apocalíptico debe ser interpretado de la siguiente manera:

Nuestra generación se ha enfriado para con el Amor de Dios. Y, ya que nuestro mundo actual está viviendo una gran apostasía, Dios intervino para advertirnos, dándonos señales, es decir, con estatuas que derraman lágrimas de sangre, íconos llorando lágrimas de aceite o sangre. Los Mensajes de la VVeD, también han sido un signo, al igual que algunas otras Apariciones que han venido a advertirnos, y a llevarnos a todos a la oración. Muchos de estos signos han sido rechazados, despreciados y perseguidos, y esto nos recuerda Apocalipsis 11, en relación a los Dos Testigos, que son María y Jesús, con la misión apostólica de Elías (representando la profecía), y Moisés (recordador de la ley), como se describe en el Mensaje del 24 de diciembre de 1991.Deben leer este Mensaje para que puedan entenderlo completamente.

La apostasía significa el rechazo de la Verdad Divina, lo que nos condujo a una vida sin Dios. La apostasía atrae el mal a la tierra. Nuestra Señora dio un Mensaje importante a este respecto (15 de mayo de 1990).

En los Mensajes de la VVeD, Dios nos ha dado suficientes oportunidades para arrepentirnos y vivir santamente. Sin embargo, el mundo está sordo a los clamores de Dios, y, por el contrario, ridiculiza cada llamado que viene desde lo Alto, advirtiéndonos que, si no cambiamos nuestros corazones y hacemos sacrificios, reparaciones y nos arrepentimos, nuestros pecados nos traerán la muerte. Cristo nos ha estado pidiendo que leamos las Escrituras: Segunda de Tesalonicenses 2, para entender que, de hecho, ya estamos viviendo el final de los tiempos, y que Pablo ha dicho que los reconozcamos por las dos señales que son la gran apostasía y el espíritu de rebelión. Este espíritu de rebelión juega a ser Dios e imita a Dios, y se coloca por encima de Dios. Hoy en día, el mundo cree en su propia auto realización. Son aquellos que le gritan a Dios: ¡No te necesitamos!

Dios no castiga y no quiere ver sufrir a su pueblo, pero nosotros nos estamos auto destruyendo, y atraemos sobre nosotros todo el mal. Esta es la razón por la que, en muchos de los Mensajes, y no sólo en el del 11 de septiembre de 1991, Cristo nos ha estado advirtiendo que Satanás está preparando un gran holocausto para destruirnos.

Las personas que murieron, buenas o malas, son las víctimas de hoy, por nuestros pecados y por nuestra sordera para anunciar que Dios nos ha estado advirtiendo para salvarnos y para librarnos del sufrimiento y de la muerte. Por nuestros propios pecados, hemos hecho víctimas a personas inocentes, y hemos creado grandes sufrimientos, innecesariamente. Debemos orar por todas aquellas familias que han perdido a sus seres queridos, para que Dios les dé fortaleza y un espíritu de perdón.

Vassula