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EN SU BATALLA, ME DEJARON MUTILADO

12.04.1990

Mensaje para las reuniones de oración del 9 de junio, en Les Ulis, cerca de París, y del 16 de junio de 1990, en Milán.

La paz esté con ustedes.

Yo soy la Resurrección; el que cree en Mí, aunque haya muerto, vivirá. Yo soy el Espíritu Santo de Verdad, Yo soy el Recordador de Mi Palabra que viene a ustedes para sacudirlos de su profundo sueño.

Se ha dicho que Mi Espíritu de Gracia será derramado pródigamente sobre toda la humanidad y que sus hijos y sus hijas profetizarán. Todo lo que la Escritura dice se está cumpliendo. Desde el Cielo, Yo los estoy preparando para reconocer la Verdad. Los estoy alentando al desplegar portentos en el Cielo y en la tierra. Estoy dando visiones a los pobres y a los pequeños. Yo les estoy enviando a Mi Madre, en diferentes naciones, para que los instruya como una Maestra. Estoy desplegando Mi Infinita Misericordia como un estandarte sobre sus cabezas, generación, para educarlos y hacerlos regresar a la divinidad. Si ustedes Me escucharan hoy, Yo levantaría su alma y alcanzarían el lugar del descanso.

¡Generación! Tú has estado adorando por demasiado tiempo, ídolos innombrables, ídolos sin vida, invenciones que te dañan de muerte. Tú les has concedido honores divinos, corrompiendo tu vida. Durante años Yo no he escuchado el sonido de tu voz, ni de tu paso. No Me has invocado ni has alabado Mis Maravillas. ¡Ah, generación! ¿Por qué Me has rechazado a Mí, tu Santo? Ven y escúchame de nuevo: el Amor volverá a ti como Amor. Esta es Mi Promesa, así que, estén preparados para recibirme y Yo les daré el Don de Mi Amor y el Don de Mi Santidad.

Amados, ustedes que están reunidos aquí hoy, sepan que soy Yo, Jesús, quien los ha buscado y los ha llamado desde lo profundo del desierto, para entrar en Mi Jardín de Delicias: Mi Asamblea.

Yo soy el Sagrado Corazón siempre tan Sensible que les pide que hagan la paz y se reconcilien Conmigo. Que aquellas espinas que están rodeando Mi Sagrado Corazón florezcan como una guirnalda de flores. Ábranme su corazón y recíbanme. Ofrézcanme su corazón y Yo los arrebataré para deleitar Mi Corazón. Háblenme con su corazón y Yo no Me quedaré sin responder. Sepan que Yo que soy su Rey y el Soberano de todo, desciendo hasta ustedes en este mundo empapado de pecado, para buscarlos.

Amigo Mío, ¿cuánto tiempo más tengo que buscar? Mis Ojos están gastados buscando tu respuesta acogedora a Mi Espíritu de Gracia. Yo abro Mi Boca jadeando ansiosamente, esperando tu respuesta, pero la palabra no está ni siquiera en tu lengua... Mi Espíritu de Gracia clama hacia ustedes para conducirlos a las Profundidades de Mi Sagrado Corazón, pero hoy Mi Espíritu de Gracia no obtiene ningún agradecimiento por Su Misericordia...

Yo Me inclino hasta ustedes, desde Mi Trono, hasta sus puertas. Vengo hasta ustedes cansado y como un mendigo andrajoso, tan Herido que estoy irreconocible, descalzo y abandonado. Escuchen Mis Lamentos: soy Yo, el Cristo... Estoy Sediento... Estoy Sediento por falta de amor... Mis Labios están resecos por la sed de amor... Mi Boca más seca que el pergamino de tanto repetir Mis Súplicas... Mi Corazón está enfermo de amor... Yo los amo hasta la locura, a pesar de su asombroso orgullo y maldad.

Yo vengo a ustedes, Mis pequeños, con Mi Corazón en la Mano. Yo sé cuán pobres son, pero ¿puedo compartir su comida con ustedes? ¿Calmarán Mi sed? ¿Apaciguarán Mis Llagas?

No, ustedes no Me han buscado, soy Yo quien los ha buscado y los he encontrado desnudos en este desierto en el que están viviendo. Permítanme entrar en su corazón y Yo lo adornaré majestuosamente. Si Me permiten entrar en su corazón, Yo les haré ver Mis Heridas, las que Me han infligido en la casa de Mis mejores amigos. Se asombrarán por Su Profundidad y quedarán golpeados por las numerosas marcas salvajemente infligidas en Mi Cuerpo. Las Heridas de Mi Cuerpo son tales que, en su batalla, Me dejaron Mutilado.

Yo les digo solemnemente: cualquiera que no acoge el Reino de Dios, como un pequeño niño, nunca entrará en él. Búsquenme en la sencillez de corazón y Me encontrarán. No Me pongan a prueba y Me verán, reconociendo Mi Omnipotencia. No se queden distantes y fríos a Nuestros Llamados, no sean sordos a Nuestros Llamados. Escuchen Nuestras Súplicas, abran sus oídos y reconozcan la Voz del Pastor. Si son débiles, Yo los levantaré y los llevaré sobre Mis Hombros. Yo estoy listo para borrar cada uno de sus pecados con Mi Pureza y con Mi Luz.

¡Oh amigo! ¿Por qué todavía vacilas con titubeos? Tu cordón umbilical está todavía unido a Mí. Yo soy la Fuente de tu aliento, soy la Generosa Fuente que nutre de todo y es con Mi Palabra que te doy la vida y te preservo de la muerte. No son las diferentes cosechas que comes, Mi amigo, las que te dan la vida, Soy Yo El que te da la vida. ¡Eleva, entonces, tus ojos hacia Mí y atesora Mi Palabra en tu corazón, y tú vivirás! Ven y pídeme que abra tus ojos y Yo ansiosamente, vendré y retiraré tu velo, amigo Mío.

Ven y pídeme que te haga volver de tu exilio, donde muchos de ustedes se han desviado, y Yo acudiré Presuroso hacia ti. Aún cuando en el tiempo de tu maldad hayas construido un muro a través de Mi Camino para separarme de ti, Yo, con un Soplo de Mi Aliento, derribaré ese muro, luego te recordaré Mi Amor. Te recordaré que Yo soy El que más te ama, y que tu morada es Mi Sagrado Corazón. Yo les recordaré que no hagan diferencias entre ustedes, en Mí. Yo les recordaré que estén unidos de corazón y de alma, y que se amen unos a otros, como Yo los amo.

Sí, soy Yo, el Constante Recordador de Mi Palabra, Quien les habla para refrescar su memoria. Reciban Mi Espíritu Santo...

Bendigo a cada uno de ustedes y, en este mismo instante, Yo dejaré sobre sus frentes el Suspiro de Mi Amor. Sean uno.