11.04.88 - Señor, no me rechaces, aunque sea la última a Tus ojos. Ten piedad de mí y aliméntame. Si Tú quieres dame al menos. las migajas que quedan, Señor. Santa Madre, no me desprecies, te ruego, ten piedad y que El Señor me arroje algunas migajas. Consérvame la vida, si te place. Amén. - ¡Ven!, toma Mi Pan, ¡Yo no te rechazaré! Yo te alimentaré con Mi propia Mano. Yo te embelleceré, Vassula. Haz Mis delicias ¡y alábame! - ¡Alabado sea el Señor! - Ven, escribe, escribe: Caín no ejecutará su plan y no se deshará de su hermano, esta vez. Yo lo impediré y le sorprenderé. El no espera que Yo entre en su habitación como un ladrón, a fin de desbaratar su plan y dejarle desnudo. Y Cain quedará desnudo hasta que venga a Mí, arrepintiéndose. Ruega por esta hora, que producirá lamentos, súplicas y temor. Será una hora de Justicia. Bendita seas, hija Mía. Yo, tu Padre Santo, te amo. Yo Soy la Santa Trinidad, ¡has discernido bien! Escríbelo. Mientras Jesús decía: "Yo Soy tu Padre Santo", distinguí a Jesús en "tres dimensiones" como en esas imágenes especiales en que el mismo personaje parece estar triplicado. - Yo Soy la Santa Trinidad, Todo en Uno. Yo te amo. Ven, hija, te iniciaré en Misterios profundos, todo para Mi Gloria. Toma Mi Mano. Yo Soy El que te ha creado. ¿Nosotros? - ¡Sí, Señor! |