Papa Juan Pablo II y el Patriarca Teoctisto, en Rumania, en mayo de 1999 por Isabelle Gay
(Jesús a Vassula, el 5 de octubre de 1994). Esta visita a Rumania, organizada de una manera tan inesperada y providencial, fue una señal de que el Señor quería que Vassula estuviera presente en esta visita histórica del Papa Juan Pablo II a su hermano del Este, su Beatitud, el Patriarca Teoctisto, Patriarca de la Iglesia Rumana Ortodoxa. Yo acompañaba a Vassula, y ambas estuvimos entre los huéspedes oficiales del Patriarca Teoctisto, así que nuestro acceso privado a ciertos eventos, fue enormemente facilitado. Partimos de Ginebra, hacia Bucarest, el miércoles 5 de mayo de 1999. Durante muchos días, la temperatura allí fue de 27 grados centígrados, por lo que, nos sorprendimos bastante, cuando, al aterrizar, el piloto anunció una temperatura de 7 grados centígrados. Fuimos recibidas con lluvia y viento helado, tempestuosos. Era como si la naturaleza se hubiera desatado, previamente a un evento feliz. Sin embargo, el viernes 7 de mayo, el día de la llegada del Santo Padre, el cielo estaba claro y así permaneció, hasta su partida. Ese mismo día, cerca de la 1.30 P.M., el Santo Padre y el Patriarca Teoctisto eran esperados en el Patriarcado, en el centro de Bucarest. Este Patriarcado está situado en una colina que mira hacia una encantadora y agradable plazuela, rodeada, también, por una Catedral y el Palacio Patriarcal. Como teníamos pases, pudimos entrar, tras una revisión minuciosa de los policías. El Santo Padre y el Patriarca, ambos vestidos de blanco, llegaron en el "papamóvil". Fueron recibidos, con entusiasmo, por el tañer de las campanas y maravillosos himnos Bizantinos. Empezaron orando en la Catedral, después, cruzaron la plaza y subieron las pocas escaleras hacia el pórtico del Patriarcado, desde donde dieron sus respectivos discursos. Estábamos paradas al pie de esas escaleras, a tres metros del Papa y del Patriarca, de frente a los Obispos, a los Cardenales y a los Metropolitanos que los acompañaban. Estábamos paradas tan cerca del Santo Padre, que hubo un momento, después de mirar a la multitud, en que sus ojos nos miraron, y con una inclinación, le sonrió a Vassula, como saludándola. Internamente, Vassula sinitó que la había reconocido. Después de sus discursos, el Papa y el Patriarca se dirigieron al Patriarcado, y salieron unos minutos más tarde. Los seguía el Metropolitano Daniel, la mano derecha del Patriarca, quien saludó a Vassula, cordialmente, desde lo alto de las escaleras. Lo acompañaba el Padre Bria, quien fuera el anterior director del Departamento de "Unidad y Renovación" en el Concilio Mundial de las Iglesias, en Ginebra, y quien arregló nuestro viaje. Vassula conoció al Metropolitano Daniel y al Patriarca Teoctisto en Iasi, Rumania, en mayo de 1994, en una consulta organizada por el Concilio Mundial de las Iglesias, con el tema "Espiritualidad Cristiana para Nuestros Tiempos". Vassula había sido invitada a participar, y fue acompañada por el Padre O'Carroll. Vassula fue invitada a presentar el Mensaje, y la petición del Señor respecto a la unificación de las fechas de Pascua. La petición fue tomada en consideración, y una de las cinco recomendaciones finales de la consulta fue que se tomara "una nueva iniciativa hacia la celebración común de la Pascua". Esto fue seguido por una consulta en Aleppo, Siria, en marzo de 1997, invitando a las Iglesias para convenir en una fecha común para la celebración de la Pascua. La idea fue retomada, en Washington, en octubre de 1998, en la Consulta Teológica Católica - Ortodoxa de Norteamérica. Su recomendación fue seguir el principio estipulado por el Concilio de Nicea. Es interesante observar que la Iglesia Luterana, también, está trabajando sobre este mismo punto. Ishmael Noko, secretario general de la Federación Mundial Luterana, pidió a los 124 miembros de dicha Federación, que estudiaran la propuesta de la Consulta de Aleppo, en 1997, para una fecha de Pascua común. En una entrevista en Ginebra, el Reverendo Noko enfatizó la importancia de este acuerdo: "Lo que está en juego es más que la cuestión de una fecha común para la Pascua, es la cuestión de la unidad de la Iglesia, en relación a un hecho que define a la Iglesia como el Cuerpo de Cristo. El Cuerpo de Cristo está dividido por los cálculos matemáticos, pero, la Resurrección de los muertos nos da más poder para elevarnos sobre las limitaciones humanas. Una fecha común para la celebración de la Pascua sería una visible señal de unidad." Vassula, a quien me atrevo a considerar el Juan Bautista de nuestros tiempos, muestra al mundo, a través del carisma que se le ha dado, el camino a la unidad. Habíamos preparado dos carpetas, una para el Papa, y otra para el Patriarca. En ellas, se incluían una selección de ciertos Mensajes, importantes, de la Verdadera Vida en Dios, sobre la fecha común de la Pascua, y la reconciliación entre la Iglesia del Este y la Iglesia del Oeste. Enfatizamos ciertos pasajes, para hacerlos notar la insistencia y urgencia del llamado del Señor, para la unificación de la fecha de Pascua.
Nos preguntábamos si Vassula lograría darles las carpetas, y poder hablar, un poco, con ellos, sobre el contenido de las mismas. En ese momento, no parecía posible. Como habíamos sido invitadas a la recepción oficial en el palacio del Patriarca, al día siguiente, sábado, 9 de mayo de 1999, pensamos que todavía tendríamos la oportunidad de hacerlos. Llegamos cerca de las 6 P.M. Pasamos por la revisión de seguridad, y nos invitaron a tomar nuestros asientos en el anfiteatro del palacio. Era un exquisito teatro, decorado bellamente, pero con sencillez. Algunos minutos más tarde, algunos Obispos y Cardenales, que estaban acompañando al Santo Padre en este viaje, tales como los Cardenales Sodano, Cassidy y Silvestrini, tomaron sus asientos, a dos metros de donde nos encontrábamos. Estuvimos tentadas a que Vassula se presentara, pero nos parecía más apropiado que lo hicieran el Padre Bria o el Metropolitano Daniel. Sin embargo, ninguno de ellos se encontraba ahí en ese momento. Antes de entrar al anfiteatro, un coro de niños les dio la bienvenida al Santo Padre y al Patriarca. Mientras entraban al salón, les aplaudieron estruendosamente, seguidos por un hermoso himno de Resurrección. Ese himno fue cantado muchas veces, durante esos tres días. Después del discurso del Santo Padre, el cual concluyó golpeando el escritorio, diciendo: "....esta visita es una visita inolvidable", inició la recepción, y nos encontramos paradas a un metro del Santo Padre. Recepción
En el gran salón, en donde había muchas mesas pequeñas de buffet, habían dos sillones y una pequeña mesa para el Santo Padre y el Patriarca. El aspecto cálido y confortable de esta reunión fue, ciertamente, inesperado por el Santo Padre y su comitiva. Habíamos planeado darle la carpeta al Papa, cuando entrara al salón, pero después del canto del Padre Nuestro, en rumano, y la bendición, algunas personas rodearon al Santo Padre, formando una barrera entre él y Vassula. Este hecho obligó al Santo Padre y al Patriarca a abandonar el salón. Cada vez que pensábamos que lo íbamos a lograr, percibíamos obstáculos.... Vassula, una Ortodoxa, entre Ortodoxos, apoyada por su Iglesia, fue testigo de esta reunión y vio, con sus propios ojos, el cumplimiento de ciertas profecías del Señor, dadas en los Mensajes de la Verdadera Vida en Dios: La Gloria brillará desde la ribera oriental. Por eso es por lo que Yo le digo a la Casa del Oeste: volved vuestros ojos hacia el Este. No lloréis amargamente por la Apostasía y la destrucción de vuestra Casa. No tengáis pánico, porque mañana comeréis y beberéis juntos con Mi retoño de la ribera oriental. Mi Espíritu os reunirá.
...En Mi Misericordia y por causa de Mi Amor, Yo elevaré del Este, por lo menos uno que le dirá a su hermano: 'Ven y pisa en mi terreno; ven y come de mi mesa, ven y bebe conmigo; mis tinajas están rebosantes con nuevo vino. Vamos a pastorear nuestros corderos juntos y hagamos un Edén de nuestras pasturas. Mi Corona de Gloria Me será ofrecida desde el Este.
...Yo elevaré Mi Descendencia de la Casa del Este para traer unidad y, al final, todas las naciones se unirán bajo Un Nombre... Desde el Oriente apresuraré un corazón generoso que, en su lealtad, sellará un pacto de paz con el Occidente.
Hoy, cualquier delicadeza de parte de Mis criaturas para restaurar Mi Casa tambaleante Casa, Me conmueve profundamente. Cualquier paso hacia la unidad, regocija a todo el Cielo; cualquier oración ofrecida por la restauración de Mi Cuerpo, disminuye la Ira de Mi Padre; cualquier reunión en Mi Nombre, por la unidad, hace derramar Mis Bendiciones sobre los miembros de esas reuniones. Mis Ojos velan a aquéllos que Me aman, y que, a pesar de sus imperfecciones, llevan a cabo Mis Fervientes Deseos." Después de la partida del Papa y del Patriarca, nos reunimos con el Embajador Rumano para la Santa Sede, a quien Vassula había conocido en Roma, y con el Padre Galeriu, un sacerdote Ortodoxo, muy espiritual, que apoya la Verdadera Vida en Dios en Rumania. La mañana del domingo, 9 de mayo de 1999, fuimos a una gran plaza rodeada de vegetación, donde asistimos a la Divina Liturgia Ortodoxa, presidida por el Patriarca Teoctisto, con la presencia del Santo Padre, en la cual, participó una enorme multitud. Llegamos una hora antes, con el fin de tener buenos asientos. En esta ocasión, conocimos a uno de los consejeros del Patriarca, el Padre Basil. Lo acompañaban el Padre Bria y su esposa, y los tres se sentaron junto a nosotras. El Padre Basil había vivido en Lausana, y con agrado, habló de esto con nosotras. Cuando le hablé del carisma de Vassula, se mostró interesado. Le di un folleto acerca de los Dones del Espíritu Santo, y le ofrecimos darle otros libros, después de la celebración. Como estábamos hospedadas a unos cuantos metros, era sencillo. Pudimos hablar con él, extensamente. Como no entendemos rumano, él estuvo muy atento, durante la Liturgia, y nos la explicó para que entendiéramos. Durante la Comunión, un pequeño número de personas se acercaron a recibirla, la mayoría niños. Solo el Patriarca la distribuía. Luego, en la tarde, en una inmensa plaza, frente a lo que fue el palacio de Ceaucescu, el Santo Padre celebró la Misa, ante una multitud muy cálida y entusiasta, de aproximadamente, un millón de personas, que habían venido de todas partes de Rumania. El Patriarca también participó, junto con los sacerdotes Ortodoxos y Católicos griegos. Los cantos y oraciones se elevaron al cielo, con una impresionante fuerza interior. De una manera perfectamente organizada, cerca de cien sacerdotes ubicados entre la gente, dieron la Comunión a aquéllos que quisieron recibirla, todo esto en una atmósfera de ferviente oración y contemplación. Cuando terminó la Misa, la multitud empezó a cantar, vigorosamente:
Alegremente, el Santo Padre concluyó diciendo: "Entonces, ¡apresurémonos!". La visita de tres días del Papa tuvo lugar en una atmósfera, que fue, particularmente, amistosa, relajada y cordial, sin demasiado protocolo. El Patriarca había prestado gran atención a los detalles más pequeños. Se podía sentir una gran alegría y ternura mutua. En cuanto a las dos carpetas, finalmente, pudimos entregarlas en buenas manos. Del Mensaje del 24 de diciembre de 1989, la víspera de Navidad (La caída de la dictadura comunista en Rumania). "Mi Flor, Yo Soy la Luz del mundo. Canta y se feliz, canta de alegría, pues Soy Yo, Jesús, quien lleva a cabo estas Maravillas. Mi Cruz será, de nuevo, erigida en cada Iglesia, ¿lo ves?. Una paz universal está para venir pronto, la Paz está a punto de nacer. Ora por este nacimiento de Paz y Amor. Hoy la tierra siente los primeros dolores del alumbramiento. Estos son, Mis bienamados, los primeros signos de Amor. Yo soy el Dueño del Cielo y de la tierra y con Mi poder, demostraré a cada nación que soy Todopoderoso. He dicho que derribaré con Mi Aliento a todos los que os han reducido a esclavitud. Que vuestras naciones se den cuenta de que todo está sometido a Mi Poder y que lo que he realizado de un soplo es para Mi Gloria. Ningún hombre puede borrar Mi Ley. Que las naciones se den cuenta de que Yo, el Señor, he venido a liberar de la prisión a estos cautivos y levantarlos hacia Mí. Soy Yo quien he reducido a vuestros enemigos a un oprobio eterno y esto no es todo. Yo sellaré con tu hermana, Rusia, una alianza de Paz y de Amor, y olvidaré sus crímenes, y haré de ella Mi Esposa otra vez, y de su corazón surgirá este cántico:
Mi alma tiene sed de este momento glorioso. Yo Me propongo mostrar Mi Esplendor y Mi Gloria a cada nación que vive bajo estos cielos, a través de tu hermana, Rusia. Yo la revestiré de Mi Belleza y Mi Integridad, y la presentaré con orgullo ante tus hermanos a fin de que puedan ver por ella, y en ella, Mi Belleza y Mi Integridad. Hija, las nupcias de la conversión de tu hermana están para venir pronto. He dicho que soy El que desciende a la miseria de vuestra era para consolar a los oprimidos y liberar a sus cautivos de su prisión y a los que viven en la oscuridad del calabozo. Soy Yo, vuestro Salvador, quien vengo a liberaros de las fauces del dragón rojo. Soy Yo, vuestro Jesús, Mis palomas, quien vengo a romper vuestras jaulas y liberaros. Soy Yo, vuestro Santo, que jamás os ha abandonado, y os digo en verdad que vuestras puertas no Me serán cerradas. Vassula, Yo sumiré en la desgracia y la humillación a todos estos poderes del mal, estos poderes que han abatido Mi Casa y han hecho de Ella tumbas abiertas. Mi Luz resucitará a tu hermana Rusia y a todos sus países vecinos. Yo romperé todas vuestras cárceles y os liberaré. Aprende que la salvación y la liberación vienen de Mí solo. Ora por tu hermana, ora por sus vecinos. - Mi Señor, Tú has dicho: "¡Ay del que atesora bienes que no son suyos y se carga de deudas! ¿No se alzarán de repente sus acreedores, no se levantarán sus exactores y será presa de ellos?" (Habacuc 2,7). Es exactamente lo que ha sucedido en Rumania, pero gente inocente lo ha pagado con su sangre. Estate segura de que Yo tengo Conmigo a todos los santos mártires de tu época, víctimas de la furia de Satanás. Tengo Conmigo a todos los que han perecido como víctimas. Yo te digo que su furor era tal que, al saber que perdía su presa, tenía la intención de aniquilar a cada una de Mis flores. (Desde lo alto, Jesús miraba,entonces, a Rumania.) No llores, pequeña, porque Yo, el Señor, reconstruiré tus ruinas y te multiplicaré para que des testimonio de Mi Nombre. Yo te haré ver grandes cosas bajo Mi Nombre. ¡Libre al fin!. Libre para venir Conmigo, Tu Salvador, y vivir en Mi Sagrado Corazón. Con Mi Luz perseguiré a tus enemigos, que son también Mis enemigos. No llores a tus hijos que ya no existen, porque hoy Yo te anuncio que he puesto a cada uno de ellos en las profundidades de Mi Corazón. -¡Bendito sea nuestro Señor, el Dios de Misericordia, porque Él ha visitado a Su pueblo!. Él ha venido en su ayuda; ha venido a dar la Luz a los que viven en las tinieblas y en sombras de muerte. Gloria a Aquel que viene a guiar nuestros pasos por el camino de la Paz y del Amor. Amén.
Vosotros habéis acabado con la paciencia de Mi Padre. De nuevo esta vez os pido que unáis las fechas de la Pascua para que Mi Espíritu brille sobre vosotros con gracia y haga de Mi Casa una. Hoy os estoy hablando pero no valoráis Mis Palabras en estos Mensajes. Cuando un día lo hagáis, será demasiado tarde... ¡Ah! si uno sólo de estos hombres que trabajan por la unidad, si uno sólo de ellos no sucumbiera a sus pasiones, a sus miedos, y fuese adelante unificando las fechas de la Pascua, Yo, Dios, le exaltaría.
...Así pues, Yo te imploro, Casa del Oeste, que vayas adelante y desenmascares al Maligno unificando las fechas de la Pascua como en la Iglesia primitiva.
..reza para que se unan la casa del Este y del Oeste, como dos manos cuando están unidas en oración, un par de manos, similares, y con belleza, cuando, unidas juntas, señalan el cielo en oración. Que esas dos Manos, pertenecientes al mismo cuerpo, trabajen juntas y compartan su capacidad y recursos una con otra... Que esas dos Manos Me eleven juntas, ah... ¿cuándo Me elevarán sobre el Altar esas Manos de Mi Cuerpo, sosteniéndome juntas?.
.…vayan ahora y encuéntrense con su Hermano y unan las fechas de la Pascua; entonces, les daré el Don de Amor y restauraré su vista. No quiero que perezcan en su propia locura; verdaderamente, doble es Mi Dolor, doble es Mi Gemido. Vayan ahora y mitiguen Mi Pena, hermano, ve y glorifícaMe, uniendo las fechas de la Pascua.
¿No habéis oído que Yo voy a optar por una fecha?
Qué gloriosos erais en vuestros primeros días! Venid y reconstruid Mi Casa en Una, unificando la fecha de Pascua..
|